La Filosofía Cartesiana y el Acceso a la Verdad
El tema anteriormente expuesto adquiere su justificación en la **Filosofía cartesiana** como condición para acceder a la verdad en cualquier rama del saber.
Una vez demostrado, en la segunda parte, que el método funciona en las matemáticas, Descartes lo aplica a la filosofía. Esto lo hace en la cuarta parte del *Discurso del Método*, donde Descartes aplica el método para llegar a fundamentar los principios de la metafísica: el alma y Dios, y con ello a garantizar la verdad sobre mi conocimiento del mundo y del mundo mismo.
La Duda Metódica como Camino a la Verdad
En la cuarta parte, Descartes comienza aplicando las reglas del método. Esto le lleva a comenzar con la primera regla: dudar de todo aquello que no aparezca de manera clara y distinta a mi razón, por lo que comienza con la **duda** como método para llegar a la verdad. La duda es **metódica** pero no escéptica, es **hiperbólica**, artificiosa. La duda afecta solo a lo teórico, pero no a la práctica (moral).
Comienza dudando de todo aquello que me muestran mis sentidos.
Razones para dudar
Hay cinco razones por las que dudamos:
- Las falacias de los sentidos. Los sentidos a veces nos engañan, y esto nos lleva a dudar de lo que conocemos por ellos.
- No se puede distinguir entre estar despierto y estar dormido. Cuando estamos soñando, todo nos parece real. Esto nos lleva a dudar de que exista la realidad.
- Hipótesis de un dios engañador, que nos ha creado de forma que estamos siempre equivocados. Esto nos lleva a dudar de todos los conocimientos.
- Hipótesis del “genio maligno”. Como Dios es bueno, no nos va a engañar, por lo que no hay un Genio Maligno que nos engañe.
- Hipótesis de la locura: Descartes se pregunta ¿podemos fiarnos de que estamos usando la razón correctamente?
El Descubrimiento del Cogito
A través de la duda como método, llega al descubrimiento de una verdad indubitable: **“cogito ergo sum”** (sustancia pensante, razón, alma, cuyo atributo fundamental es el pensamiento), que aparece como primera verdad clara y distinta (aquí vemos la primera regla del método, la evidencia). La sustancia pensante es el primer principio en el orden de existencia o de realidad, la sustancia infinita o Dios. La actividad del pensamiento recae sobre las ideas, que por su forma no se diferencian, pero sí por su contenido. Según su contenido, hay tres clases de ideas:
- Ideas adventicias: vienen de fuera, ej: un árbol, a través de los sentidos.
- Ideas facticias: las inventa la mente combinando ideas anteriores. Ej: una sirena.
- Ideas innatas: ideas que tenemos al nacer, ej: Idea de infinito, el alma. No proceden de los sentidos.
La Existencia de Dios
Pasamos del solipsismo del yo a la idea de infinito, como una idea innata del yo. La idea de infinito es la idea de Dios. Dios es la sustancia infinita, cuyo atributo es la infinitud, la perfección. Descartes continúa con sus deducciones y demuestra que Dios existe a través de tres argumentos racionales, dos argumentos causales y el argumento ontológico.
- Dios como causa de mi idea innata de perfección: Yo no soy perfecto, no poseo esas perfecciones, entonces yo no he podido ponerlas en mí, puesto que yo dudo y no soy perfecto, soy imperfecto y finito, entonces ha debido ponerlas en mí una realidad a la que le correspondan todas esas perfecciones, omnipotencia, omnisciencia, eternidad, y como lo perfecto no puede provenir de la nada, Dios existe.
- Dios causa del yo: como somos imperfectos, tiene que haber alguien perfecto que nos haya creado, luego Dios existe.
- Argumento ontológico: Si Dios es perfecto, tiene que tener todas las características de un ser perfecto, y una de esas características es existir. Por tanto, Dios existe. Al demostrarse la idea de Dios, que es perfecto, bueno y veraz, queda rechazada la hipótesis del Genio Maligno. Dios es la causa del yo y del mundo y garantiza la veracidad del criterio de verdad (claridad y distinción de la razón), resolviendo así la posible duda sobre la indistinción sueño/vigilia, quedando garantizada
El Mundo y las Sustancias Extensas
la claridad y distinción de la realidad y de las matemáticas.
Mundo: Sustancia extensa.
Demostrada la existencia de Dios, como éste es bueno y veraz no podrá permitir que el hombre viva en un error, porque si no Dios no sería bueno y por lo tanto no sería perfecto. Entonces Dios va a ser la garantía de verdad de que el mundo físico existe. Las sustancias extensas existen con sus dimensiones y sus movimientos, formas, tamaños… y las ideas adventicias sobre ellas también. Descartes distingue entre las cualidades primarias y las secundarias en los cuerpos. Las primarias son las que se pueden cuantificar matemáticamente, son objetivas y Dios garantiza su veracidad, como hemos señalado anteriormente.
Reduce la realidad física a las matemáticas, pasando toda la naturaleza por el tamiz de la geometría. Por tanto, la tercera y última sustancia, el Mundo.