Descartes, Empirismo y Contrato Social: Razón, Experiencia y Origen del Estado

El Argumento Gnoseológico y Ontológico en Descartes

Según Descartes, la idea de un ser perfecto no puede provenir de nosotros, seres imperfectos; por lo tanto, tiene que haber sido una realidad divina la que la ha hecho surgir en nuestras mentes. Esto se conoce como el argumento gnoseológico. Para desarrollarlo, Descartes utiliza el siguiente método:

  • Se parte de la idea de un ser perfecto.
  • Se busca su origen o causa.
  • La causa no puede ser menor que el efecto.
  • La causa es un ser perfecto: Dios.

Del conjunto de ideas que posee el yo pensante, sobresale una idea que permite ir más allá de la propia subjetividad, una que permite afirmar que fuera de mí mismo existe una realidad extramental. Es la idea innata de Dios.

El Argumento Ontológico

Dios es la realidad que permite superar mi subjetividad. Ahora ya sé que fuera de mí hay otra realidad, la sustancia perfecta, un ser que no puede permitir que mis ideas claras y distintas sean un engaño. Dios se convierte en garantía del conocimiento. En Dios existen las grandes verdades matemáticas; las leyes de la naturaleza son decretadas por Dios.

En sus argumentos a favor de la existencia de Dios, Descartes incorpora el antiguo argumento ontológico de San Anselmo, si bien reforzado. Así como la idea de triángulo es inseparable de sus propiedades (como que la suma de sus ángulos es 180 grados), la esencia de Dios es inseparable de su gran propiedad: la existencia. A este ser perfecto no le puede faltar una perfección como es la existencia.

Filosofía Empirista: La Respuesta de Hume

Por empirismo entendemos la corriente filosófica que se desarrolló en los siglos XVII y XVIII en las islas Británicas. Se caracterizó básicamente por defender que, en el proceso de conocimiento, la experiencia es la fuente fundamental y el límite. Para los empiristas, la razón estaba supeditada y limitada por los datos sensoriales.

Hay que señalar como precedentes remarcables a Guillermo de Ockham, quien establecía el recurso a la experiencia como procedimiento indispensable en cualquier investigación, y a Francis Bacon, que definía el método inductivo basado en la experiencia y la razón.

Características Comunes del Empirismo

  • Supremacía de la experiencia: La experiencia es la fuente fundamental de conocimiento. Pasa a ser el criterio para establecer la verdad y el límite hasta el que puede acceder la razón humana. Más allá de los sentidos, la razón no tiene nada que hacer. Aunque se valoran la función y la importancia de la razón en el proceso de conocimiento, se supedita su capacidad a la experiencia.
  • Negación de la existencia de ideas innatas: La mente humana está inicialmente vacía, es como una hoja en blanco donde no hay nada escrito. Para llenarla, dependemos de la información proporcionada por los sentidos. Todo conocimiento es adquirido.
  • Interés por el estudio del conocimiento humano: Se ocupan de cómo es posible nuestro conocimiento, cuál es su origen y cuáles son sus límites.
  • Dificultad o imposibilidad de una metafísica: Los empiristas constatan las dificultades para obtener un conocimiento metafísico válido. Algunos pensadores, incluso, niegan la posibilidad de conseguirlo.
  • Ciencias experimentales como modelo: Se fijan sobre todo en el recurso a la observación y la experimentación de ciencias como la física.

Contractualismo Social: El Origen del Estado

Tradicionalmente se consideraba que, por su nacimiento, los seres humanos ocupaban en la sociedad una posición a la que iban asociados unos deberes. Unos eran responsables de proteger a los demás, y otros tenían el deber de velar por el bienestar espiritual de la comunidad; pero la mayoría cargaba con las labores más pesadas: trabajar y proveer. Unos pocos escogidos gozaban del derecho divino de mandar y ser obedecidos.

En el siglo XVII, acontecimientos históricos como las guerras y los conflictos religiosos hacían difícil justificar la concepción divina del poder. El crecimiento de una nueva clase social, la burguesía, junto a sus reivindicaciones de igualdad, hicieron tambalear la división inamovible de la autoridad. En este contexto apareció la teoría del contrato social, según la cual el Estado y el poder son fruto de un pacto o contrato entre los miembros racionales y libres que forman la comunidad.

El Contrato Social según Hobbes: El Leviatán

La teoría política de Hobbes comporta un giro de la perspectiva tradicional: el poder no tiene un origen divino, sino que proviene de la voluntad de los seres humanos.

Según Hobbes, los seres humanos son esencialmente iguales, y no han nacido predeterminados para llevar a cabo labores diferentes en función de aptitudes también diferentes. Todos los hombres gozan de parecidas posibilidades de conseguir sus objetivos: el que está menos dotado de astucia consigue por la fuerza lo que el otro alcanza con su inteligencia.

Esta igualdad, unida al natural egoísmo humano, hará pensar a Hobbes que la vida sin una autoridad firme y temida sería un auténtico infierno, ya que todos se convertirían en un peligro para todos (Homo homini lupus est, «el hombre es un lobo para el hombre»).

1. El Estado de Naturaleza

Situación hipotética anterior al pacto. El ser humano viviría en completa libertad e igualdad, no existirían las leyes ni la autoridad, por lo que todo el mundo tendría derecho a todo. A causa del egoísmo y la desconfianza mutua, el hombre se convertiría en un lobo para el mismo hombre, y el estado de naturaleza se transformaría en un estado de guerra generalizada de todos contra todos (Bellum omnium contra omnes). Esta situación impediría cualquier avance o progreso humano: no existiría agricultura, ni industria, ni ciencia, ni cultura. Ahora bien, el instinto de autoconservación, juntamente con el deseo natural de seguridad y una vida confortable, hará que los hombres busquen la manera de salir de esta situación de peligro constante mediante la razón.

2. El Pacto

El deseo de vivir en paz y seguridad impulsa a los hombres a renunciar a su libertad y poder ilimitados del estado de naturaleza y a pactar una forma de vida más represiva pero más segura. Los hombres pactan entre sí un contrato por medio del cual se traspasa todo el poder a un tercero (un individuo o una asamblea), que se convertiría en el soberano al que todos se someterán a cambio de protección. El miedo a la muerte violenta y el deseo de seguridad hacen que el ser humano abandone el estado de naturaleza.

3. El Estado o Leviatán

Este pacto constituye el origen del Estado. Del contrato surge un soberano que acapara todo el poder. El soberano no tiene que ser necesariamente un monarca personal, pero su poder ha de ser absoluto e indivisible. Ningún poder terrenal puede estar por encima de él o quitarle una parte de su poder. Su función es garantizar la paz y la seguridad. Sólo en el caso de que el soberano sea incapaz de cumplir la función para la cual le han sido dados todos los poderes (mantener la seguridad y el orden), los súbditos tendrían el derecho de romper el pacto y buscar otro protector.

El Contrato Social según Locke: Un Pacto Liberal

La teoría política de Locke se halla, por un lado, muy cercana a la de Hobbes (ambos parten de un estado de naturaleza y un pacto para fundar el Estado), pero, por otro lado, se encuentra en las antípodas del absolutismo defendido por Hobbes.

Para Locke, el origen y la legitimación del Estado también son fruto de un pacto entre los individuos que forman la sociedad. Ahora bien, este contrato no comporta la renuncia a los derechos personales ni la justificación del absolutismo. Con su teoría, Locke pretende justificar la legitimidad de derechos individuales fundamentales, como el derecho a la vida, a la libertad y, crucialmente, a la propiedad privada. La sumisión al poder político no debe significar una renuncia a los derechos individuales. El Estado se subordina a los intereses individuales y su fin principal es la protección de esos derechos.

El contrato social se concreta de esta manera:

1. El Estado de Naturaleza

Locke se aparta de la concepción pesimista de Hobbes sobre el estado de naturaleza. Para Locke, en este estado, además de disfrutar de libertad e igualdad, los hombres poseen derechos naturales inalienables otorgados por Dios: derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad (que surge del trabajo). Existe una ley natural, dictada por la razón, que obliga a todos a respetar estos derechos. Ahora bien, aunque no es un estado de guerra, la ausencia de una autoridad común y leyes establecidas puede llevar a conflictos, ya que cada individuo es juez de su propia causa y la aplicación de la ley natural puede ser parcial.

2. El Pacto

Con la intención de asegurar el cumplimiento y la protección imparcial de estos derechos naturales, los hombres libres pactan su incorporación a la sociedad civil y la creación de una autoridad política. No renuncian a sus derechos transfiriéndolos irrevocablemente al soberano, como en Hobbes. Lo que hacen es otorgar a los gobernantes el poder necesario para que protejan esos derechos de forma efectiva y legislen para el bien común. El consentimiento de los gobernados es la base de la legitimidad.

3. El Estado Liberal

De este pacto surge el Estado, pero el poder del Estado no es absoluto, sino representativo y limitado. Los gobernantes están al servicio de los individuos y del respeto a la ley natural. Locke aboga por una división de poderes (legislativo, ejecutivo y federativo) para evitar la concentración y el abuso de poder. Si el soberano o el gobierno no cumplen con su función de proteger los derechos individuales o actúan de forma tiránica, el pueblo tiene derecho a la resistencia, a la insurrección y a la anulación del pacto, estableciendo un nuevo gobierno.

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