Descartes, Locke y Rousseau: Filosofía, Método y Contrato Social

Descartes: La Existencia de Dios y el Método Cartesiano

Tesis del texto: La tesis central es que la idea de Dios no puede ser producto de la mente finita de Descartes. Al ser un ser finito, Descartes no podría concebir la idea de un ser infinito sin que esta idea provenga de un ser verdaderamente infinito, es decir, Dios mismo. Descartes concluye que la existencia de Dios es necesaria, ya que la idea de un ser infinito no podría ser generada por un ser limitado como él.

Comentario breve de las ideas principales: En este pasaje de las *Meditaciones Metafísicas*, Descartes reflexiona sobre el origen de la idea de Dios en su mente. Argumenta que la idea de un ser infinito, sumamente inteligente y poderoso, no puede haber surgido de su propia mente finita, ya que él no podría haber generado una idea tan perfecta a partir de su limitación. Esta idea debe haber sido puesta en él por una causa igualmente perfecta y suprema, que es Dios. Este razonamiento le lleva a afirmar que Dios existe necesariamente.

Para abordar la relación entre el texto de la Tercera Meditación de Descartes y la teoría del modelo matemático en Descartes, podemos encontrar una conexión clave en su concepto de certeza y método de conocimiento.

Método y Certeza en las Matemáticas

Descartes, como se menciona en el modelo matemático, considera que las matemáticas son el tipo de conocimiento más fiable debido a su método riguroso, basado en axiomas evidentes y deducciones lógicas que llevan a conclusiones verdaderas. En las matemáticas, Descartes ve la certeza como una propiedad derivada del método utilizado por los matemáticos, más que de las propias matemáticas en sí. Este es un punto fundamental porque el método es algo que se aplica a la razón humana, que también es la base para la filosofía y la búsqueda de la verdad.

Relación con la Meditación 3: La Idea de Dios y el Método de Conocimiento

En el contexto de la Tercera Meditación, Descartes aplica un razonamiento similar al del método matemático para llegar a la conclusión de que la idea de Dios debe haber sido puesta en su mente por un ser infinito y perfecto (Dios mismo), ya que él, siendo finito, no podría haber generado esta idea por sí mismo. Este es un ejemplo claro de cómo Descartes aplica su método para deducir verdades, al igual que lo haría un matemático con axiomas y teoremas. En este caso, la intuición y la deducción, que son los dos modos de conocimiento según Descartes, juegan un papel crucial en cómo llega a la certeza de la existencia de Dios.

El Conocimiento Claro y Distinto

Siguiendo su modelo matemático, Descartes afirma que los conocimientos que son claros y distintos son ciertos y no pueden ser objeto de duda. Esta certeza es aplicable no solo a las matemáticas, sino también a los conocimientos filosóficos cuando se siguen reglas claras. En la Tercera Meditación, la existencia de Dios se presenta como una verdad clara y distinta, similar a cómo una proposición matemática debe ser clara para ser considerada verdadera. Al tener la idea de un ser infinito y perfecto (Dios) claramente en su mente, Descartes concluye que esta idea debe haber sido colocada en él por un ser con esas cualidades, lo cual refuerza la certeza de la existencia de Dios.

La Relación entre la Duda y la Certeza

El proceso de duda metódica es central tanto en la filosofía cartesiana como en su enfoque matemático. En el campo de las matemáticas, los matemáticos no dudan de los axiomas evidentes (como «dos más dos es cuatro»), pero en filosofía, Descartes utiliza la duda para eliminar todo lo incierto y llegar a lo que es absolutamente indudable. La idea de Dios es parte de esta certeza, porque, al ser el ser infinito y perfecto, no puede engañar a Descartes, y por lo tanto, la verdad se puede confiar en ella.

Este razonamiento se deriva del mismo método que Descartes utiliza en las matemáticas: un análisis detallado, basado en principios evidentes, y deducción rigurosa.

La Universalidad del Método Cartesiano

Por último, Descartes busca unificar todas las ciencias bajo un único método que sea tan sólido y confiable como el que utilizan los matemáticos. Este enfoque implica que la razón, como la fuente de todo conocimiento, debe operar con un método claro y distinto para alcanzar verdades seguras. Esta *Mathesis universalis*, que busca un método único para todas las ciencias, no es solo una referencia a las matemáticas, sino también a la filosofía. En este contexto, la Tercera Meditación se conecta directamente con la teoría del modelo matemático en Descartes, ya que ambos buscan una base sólida para la certeza y la verdad, ya sea en las ciencias físicas o en las cuestiones metafísicas como la existencia de Dios. En resumen, la Tercera Meditación se inserta en el marco más amplio del método cartesiano, que busca alcanzar verdades universales y seguras, ya sea a través de la duda metódica o la deducción rigurosa. Tanto en la filosofía como en las matemáticas, Descartes confía en un método de conocimiento que le permita llegar a certezas claras y distintas, como la existencia de Dios, lo que refuerza su visión de un conocimiento universal y unificado.

Glosario Filosófico: Escolástica, Racionalismo y Empirismo

Escolástica:

  1. Fe y razón
  2. Teología natural
  3. Agustín de Hipona
  4. Universales
  5. Sustancia y accidentes
  6. Causa primera
  7. Analogía del ser
  8. Acto y potencia
  9. Tomás de Aquino
  10. Conocimiento a posteriori y a priori

Racionalismo:

  1. Razón (como fuente principal del conocimiento)
  2. Ideas innatas
  3. Método cartesiano
  4. Verdad necesaria
  5. Spinoza
  6. Sustancia pensante (Res cogitans)
  7. Sustancia extensa (Res extensa)
  8. Dios como garante del conocimiento
  9. Dualismo mente-cuerpo
  10. A priori (conocimiento independiente de la experiencia)

Empirismo:

  1. Experiencia sensorial (como fuente del conocimiento)
  2. Tabula rasa
  3. Inducción
  4. Percepción
  5. Ideas simples y complejas
  6. Evidencia empírica
  7. Causalidad
  8. Locke (Empirismo moderado)
  9. Hume (Empirismo radical)
  10. Conocimiento a posteriori

Locke: Liberalismo Político y Derechos Naturales

Las ideas de Hobbes eran inadmisibles para la burguesía mercantil. El liberalismo político de John Locke (1632-1704), expuesto en su obra *Ensayo sobre el gobierno civil*, representa los intereses de una burguesía que necesitaba garantías jurídicas para sus propiedades y libertad económica para producir y comerciar.

Estado de Naturaleza

Su visión es más optimista que la de Hobbes. Para Locke, el estado de naturaleza no era un estado belicoso, como decía Hobbes, sino de ayuda mutua y buena voluntad. En el estado de naturaleza los hombres viven en paz aunque surgen conflictos. Los seres humanos tienen derechos consustanciales a la naturaleza humana: vida, libertad y propiedad. Esos derechos son naturales, previos al Estado, van unidos y, por tanto, nadie puede quitárselos, son inalienables. Pero lo cierto es que surgen conflictos y la falta de una autoridad hace imposible garantizar la protección de esos derechos. La invención del dinero empeora la situación, hace posible que la riqueza se acapare, y se puede comprar el trabajo de otro hombre, por ello aparecen pobres y rebeldes. La posibilidad de que se vean privados de sus derechos naturales moviliza a los ciudadanos a llegar a un pacto y renunciar a parte de su soberanía.

Pacto

Para garantizar una vida digna y pacífica, los individuos ceden sus derechos (no todos) a un soberano, pero entendiendo que tal cesión no es perpetua ni irrevocable (Locke reconoce el derecho a la rebelión si el soberano no cumple lo pactado). El gobernante debe rendir cuentas a sus súbditos y su principal función es preservar los derechos individuales. El poder del Estado se divide para que no recaiga en una sola persona y los poderes se controlen entre sí: poder legislativo, poder ejecutivo –que abarca también la justicia- y poder federativo –para las relaciones internacionales, alianzas, declaraciones de guerra-.

Estado de Sociedad

De todo ello resulta el modelo de democracia liberal, en el que los individuos eligen a sus gobernantes periódicamente, y estos tienen como misión garantizar el orden social y proteger los derechos. El poder del Estado no es absoluto sino representativo: los gobernantes están al servicio de los ciudadanos, que ceden parte de su libertad para que la autoridad proteja sus derechos. Si el soberano no cumple con esa función de garantizar los derechos básicos, el pueblo tiene derecho a la insurrección y a la anulación del pacto.

Rousseau: El Contrato Social y la Voluntad General

Estado de Naturaleza

En oposición a Hobbes, Rousseau afirma que, lejos de ser una guerra permanente, el estado de naturaleza se caracteriza por la libertad, la igualdad y la bondad. Los hombres viven en armonía (mito del buen salvaje) hasta que la aparición de la sociedad (y la propiedad) promueve el egoísmo y la maldad. El hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad lo corrompe. Afirma que el hombre en ese estado natural (salvaje, pre-social) carece de moral, de lenguaje y de propiedad; vive integrado y satisfecho en la Naturaleza, que le da todo. Es una vida verdaderamente igualitaria donde las únicas desigualdades existentes –edad, salud, fuerza, etc.- quedan paliadas gracias a la compasión y la piedad.

Pacto

La situación idílica del estado de naturaleza se corrompe al aparecer la propiedad privada. A las desigualdades naturales se suman ahora las desigualdades sociales. Pero, una vez abandonado aquel estado de inocencia originaria, ya no hay vuelta atrás y solo un pacto entre ciudadanos puede mitigar las consecuencias de esa sociedad corrupta. Nace así la necesidad de un contrato social para corregir las desigualdades sociales que ha traído la propiedad y recuperar aquella libertad perdida.

Estado de Sociedad

El contrato social rousseauniano consiste en la eliminación de los egoísmos individualistas y la sumisión de cada ciudadano a la Voluntad General, que no es la suma de las voluntades individuales, sino la orientación de la mayoría hacia el bien común. Esta voluntad general (todos mandan sobre todos y todos obedecen a todos) es la fuente de las leyes que regulan la conducta de los ciudadanos (por lo que, en el fondo, cada uno se obedece a sí mismo). El poder es indivisible e intransferible, pues todos los poderes residen en la ciudadanía reunida en asamblea. El gobernante debe regirse por la voluntad general. Su modelo político sería la democracia directa o asamblearia, un modelo donde prima más la igualdad que la libertad (Locke) o el orden (Hobbes). La asamblea es inalienable, indivisible, infalible. Este modelo influyó en ideologías contemporáneas como el anarquismo o el ecosocialismo. Rousseau da mucha importancia a la educación: una educación orientada al refuerzo de la naturaleza humana defendiendo la espontaneidad y la creatividad; debe insistir en la experimentación, la enseñanza moral, los sentimientos, y debe preparar para la vida política y social.

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