Descartes: El Pilar de la Modernidad y el Racionalismo
Descartes es reconocido como el «padre de la modernidad» y el introductor del racionalismo, una corriente filosófica que promueve las matemáticas como método de conocimiento y la deducción como herramienta para exponerlo. Este enfoque resalta la autosuficiencia de la razón y el innatismo de las ideas. La razón, para Descartes, es autónoma y soberana, buscando no solo verdades, sino certezas absolutas.
La Búsqueda de la Certeza y los Modos de Conocimiento
Las preocupaciones centrales de Descartes son ontológicas: ¿Es posible conocer la verdad? ¿Cómo podemos alcanzarla? Según la estructura de la razón, Descartes identifica dos modos de conocimiento:
- INTUICIÓN: Se centra en las naturalezas simples y evidentes, fruto de una mente pura y atenta.
- DEDUCCIÓN: Establece conexiones entre las naturalezas simples, formando una sucesión de intuiciones.
Ambos modos se alinean con el método matemático, el cual Descartes considera el único camino hacia la certeza. Este método se desarrolla en cuatro pasos:
- EVIDENCIA: Aceptar solo lo que es evidente.
- ANÁLISIS: Descomponer el todo en partes simples para entender su esencia.
- SÍNTESIS: Reconstruir el todo a partir de sus componentes.
- RECUENTO Y ENUMERACIÓN: Revisar los pasos anteriores para asegurar la certeza.
Las Meditaciones Metafísicas de Descartes
Descartes elabora seis meditaciones metafísicas para explorar estos conceptos:
Primera Meditación: De las cosas que se pueden poner en duda
Descartes busca una certeza indudable como base del conocimiento. Emplea la duda metódica, cuestionando todo lo que proviene de los sentidos y la posibilidad de distinguir entre el sueño y la vigilia. Incluso las verdades matemáticas son puestas en duda bajo la hipótesis de un genio maligno.
Segunda Meditación: Del alma, que es más fácil de conocer que el cuerpo
A pesar de la duda radical, Descartes encuentra una certeza: la existencia del yo pensante. El famoso «Cogito ergo sum» (Pienso, luego existo) se convierte en el fundamento de su filosofía.
Tercera Meditación: De Dios, que existe
Descartes analiza las ideas, entendiéndolas como representaciones mentales. Clasifica las ideas en adventicias, facticias e innatas. Argumenta la existencia de Dios a partir de la idea de infinito, que no puede originarse en un ser finito como él.
Cuarta Meditación: Del error
El error surge de la voluntad cuando se precipita sin el consentimiento del entendimiento. La razón, por sí misma, no yerra.
Quinta y Sexta Meditación: Realidad material y relaciones entre cuerpo y alma
Descartes define la sustancia como aquello que no necesita de otra cosa para existir. Distingue entre sustancia pensante (mente) y sustancia extensa (cuerpo). Propone la glándula pineal como punto de conexión entre ambas.