El Método de Descartes: Estructura de la Razón y Búsqueda de la Certeza
Descartes propone que la razón opera a través de dos mecanismos fundamentales: la intuición y la deducción. La intuición se presenta como una luz natural que permite captar conceptos con claridad, distinción y certeza absoluta. La deducción, por otro lado, es la cadena de conexiones necesarias que se establece a partir de conceptos conocidos con certeza, es decir, a partir de intuiciones.
Reglas del Método Cartesiano
El método cartesiano se compone de una serie de reglas para garantizar el correcto uso de la intuición y la deducción:
- Evidencia: Aceptar únicamente como verdadero aquello que se presente a la razón como evidente, es decir, con claridad y distinción. Una idea es clara cuando la mente la percibe sin obstáculos, y es distinta cuando la percibe separada de cualquier otra idea.
- Análisis: Dividir cada una de las dificultades a examinar en el mayor número de partes posibles para resolverlas mejor, descomponiendo los conocimientos hasta llegar a los elementos más simples.
- Síntesis: A partir de las ideas simples y evidentes percibidas por intuición, iniciar un proceso de deducción mediante una cadena de intuiciones.
- Enumeración: Revisar y comprobar todo el proceso de análisis y síntesis, realizando enumeraciones completas y revisiones para asegurar que no se omita nada.
La Duda Metódica: Fundamento para la Búsqueda de la Verdad
La duda es una exigencia del método en el momento del análisis. Al buscar verdades evidentes que resistan toda duda, Descartes pone en cuestión todo conocimiento comúnmente aceptado.
Características de la Duda Cartesiana
- Es universal y radical.
- Es metódica y no escéptica. A diferencia de la duda escéptica, que es permanente, la duda cartesiana es provisional y constructiva, un punto de partida para buscar la certeza.
- Es teórica, solo afecta al nivel de la reflexión filosófica y no al de las creencias y la conducta. Descartes propone una moral provisional que no cuestiona las creencias comúnmente aceptadas.
Razones para la Duda Universal
- El engaño de los sentidos: No es prudente fiarse de aquello que alguna vez nos ha engañado.
- La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: Existe la posibilidad de confundir el sueño con la realidad.
- La hipótesis de un genio maligno: Un ser superior podría inducirnos a error en nuestros razonamientos, incluso en aquellos que parecen evidentes, como los matemáticos.
La duda cartesiana tropieza con una primera certeza: la propia existencia del sujeto que piensa y duda. Esta es la primera verdad indubitable.
La Metafísica de Descartes: De la Sustancia Pensante a la Sustancia Infinita
La Sustancia Pensante: «Pienso, luego existo»
Aunque podamos engañarnos en todo cuanto pensamos, el hecho mismo de pensar y dudar implica la existencia de un yo que piensa y duda: «Pienso, luego existo». Esta afirmación no es una deducción, sino una intuición, ya que la mente intuye de una sola vez la relación necesaria entre pensar y existir. Al afirmar la propia existencia, se afirma la existencia de una cosa que piensa. El cogito no solo es la primera verdad, sino también un criterio de verdad: se aceptará como verdadero todo aquello que se presente a la mente con la misma claridad y distinción.
Las Ideas: Puente entre el Pensamiento y la Realidad
Descartes solo puede partir del pensamiento para demostrar la realidad. En el pensamiento encuentra las ideas que piensa el yo. El concepto de idea cambia con Descartes: la idea ya no garantiza la existencia de la realidad que le corresponde. El pensamiento piensa ideas y habrá que demostrar que a la idea corresponde una realidad. Todas las ideas son igualmente reales como actos mentales, pero no todas tienen la misma realidad objetiva.
Clasificación de las Ideas
- Adventicias: Provienen de la experiencia externa.
- Facticias: Construidas por la mente a partir de otras ideas.
- Innatas: Ideas claras y distintas que el entendimiento encuentra en sí mismo, no son construidas por la mente ni proceden de la experiencia.
Las ideas adventicias y facticias dependen de la realidad exterior, que Descartes aún no ha demostrado. La investigación se centra en las ideas innatas.
La Sustancia Infinita: Dios
Según Descartes, el concepto de finito proviene de la idea de infinito, que no tiene origen en el yo, sino que ha sido puesta por una naturaleza más perfecta, por una sustancia infinita: Dios. A partir de la presencia de la idea de Dios en la mente, Descartes prueba su existencia mediante dos argumentos:
- Argumento de la objetividad de las ideas: La idea como realidad objetiva requiere una causa real proporcionada. La idea de un ser infinito requiere una causa infinita, y la idea de un ser más perfecto que el yo solo puede haber sido puesta por un ser que reúna todas las perfecciones.
- Argumento ontológico: Todos tenemos la idea de Dios como un ser que reúne todas las perfecciones. Una de las perfecciones es la existencia, por lo tanto, Dios ha de existir.
Comparación con un Triángulo
De la misma manera que la definición de triángulo exige que la suma de sus lados sea 180 grados, la definición de Dios exige todas las perfecciones. Es posible pensar en un triángulo perfecto que no exista en la realidad, pero no en un Dios que no exista, ya que la existencia forma parte de la esencia de Dios.
Gassendi acusó a Descartes de incurrir en un círculo vicioso al poner a Dios como garantía del principio que se ha seguido para llegar a la propia existencia de Dios. Demostrada la existencia de Dios, queda garantizado el principio de evidencia, ya que Dios, en su infinita bondad, no permitiría que nos equivocáramos al percibir algo con absoluta claridad y distinción.
La Crítica de Hume a los Conceptos Metafísicos
Hume extiende su crítica a toda la metafísica tradicional. Si el entendimiento está limitado por las impresiones, no es posible abordar cuestiones abstractas como el concepto de sustancia.
Análisis de Conceptos Metafísicos
- La realidad material (el mundo): Solo conocemos nuestras propias impresiones y no una realidad distinta de ellas. La realidad es una suposición no comprobable y sin justificación racional, pero imprescindible para la vida.
- La sustancia infinita (Dios): El argumento ontológico queda invalidado porque la existencia es una cuestión de hecho, y su contrario no implica contradicción. Si la inferencia causal es aceptable únicamente entre dos impresiones, no es válida en este caso, ya que de Dios no tenemos impresión alguna.
- La sustancia pensante (el yo): Los filósofos anteriores la explicaron como una intuición inmediata. Hume argumenta que solo tenemos intuiciones de nuestras impresiones, y ninguna de ellas es permanente. El yo no puede ser una impresión más, sino una realidad psíquica permanente donde van a parar nuestras impresiones. La memoria posibilita que reconozcamos la conexión entre las impresiones que se suceden, confundiendo sucesión con identidad.
Fenomenismo y Escepticismo
- Fenomenismo: No conocemos la realidad exterior, sino únicamente nuestras percepciones, que son fenómenos aislados.
- Escepticismo: No es posible un conocimiento cierto a través de la experiencia. Escepticismo moderado que acepta la creencia como guía para la vida y tiene utilidad práctica.
Contribución de Hume a la Ciencia Moderna
Una ley general no se puede justificar racionalmente. La inducción es un hecho psicológico que se explica por el hábito y la asociación de ideas. Las leyes de la naturaleza no son seguras, sino probables.
Las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino: Argumentos para la Existencia de Dios
- Vía del movimiento: Todo lo que se mueve requiere de un motor. Debe existir un primer motor inmóvil: Dios.
- Vía de la causa eficiente: Todo ser existente tiene una causa. Debe existir una primera causa incausada: Dios.
- Vía del ser necesario: Los seres contingentes existen y mueren. Debe existir un ser necesario y eterno: Dios.
- Vía del ser supremo: Juzgamos hechos y acciones en función de un bien supremo. Ese bien supremo es Dios.
- Vía del gobierno del mundo: Todo en el mundo tiende a un fin. Ese fin ha sido impreso por una mente superior divina: Dios.