Descartes y Ortega: Un Diálogo Filosófico

Descartes y Ortega: Un Diálogo Filosófico

Introducción

Este ensayo explora las relaciones entre la filosofía de René Descartes y José Ortega y Gasset, centrándose en tres ramas fundamentales de la filosofía: la epistemología, la ontología y la antropología.

Epistemología: La Subjetividad y la Realidad

Ortega reconoce en Descartes la inclusión de la subjetividad en el conocimiento de la realidad. Sin embargo, critica la reducción de la subjetividad, el pensamiento, a la realidad radical. Para Ortega, la realidad radical es la vida, la vida humana concreta, de la que surgen todas las demás cosas, incluido el pensamiento.

Ortega propone la perspectiva y las circunstancias como elementos fundamentales del conocimiento, en oposición al yo pensante cartesiano. El modelo matemático de la razón cartesiana, según Ortega, impide comprender la vida humana.

Para Ortega, la razón pura cartesiana debe ser sustituida por una razón vital. La verdad cartesiana, basada en la evidencia, debe ser reemplazada por la perspectiva, por el punto de vista del sujeto individual fiel a su circunstancia. Una verdad absoluta, al modo cartesiano, al margen de toda perspectiva, es imposible.

Ontología: Sujeto y Objeto en la Realidad

La perspectiva, para Ortega, es un elemento esencial de la realidad, incluyendo aspectos individuales y colectivos en los que el sujeto vive.

Descartes concibe la realidad como una sustancia independiente del sujeto, siendo este el continente (el yo) y el mundo su contenido.

Ortega, en cambio, sostiene que sujeto y objeto, yo y mundo, no son independientes entre sí. El yo existe en unas circunstancias concretas, y estas siempre son circunstancias de un yo. Esta superación del idealismo cartesiano se expresa en la famosa frase de Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo».

Para Ortega, sujeto y objeto, yo y mundo, son los dos elementos necesarios e interdependientes de la vida humana. Ortega habla de la vida en un sentido biográfico, lo que le pasa al sujeto/individuo concreto a lo largo del tiempo. De ahí la necesidad de la razón para entender el sentido de la vida humana, que es el objetivo fundamental de la filosofía.

Antropología: La Vida Humana como Proyecto

Para Ortega, lo que define al ser humano es su vivir, y esta vida posee características (categorías) que la hacen auténticamente humana. La vida humana es ser consciente de lo que nos pasa, de nuestra circunstancia, y ocuparnos de ellas.

Estas circunstancias definen la fatalidad y la libertad que caracterizan a la vida humana. Las circunstancias que nos encontramos y no elegimos pertenecen al ámbito de la fatalidad, mientras que las que dependen de nuestra voluntad hacen posible la libertad humana, e implican necesariamente la responsabilidad que cada ser humano tiene con su vida.

Para Ortega, la vida de cada ser humano es un proyecto, algo que va haciéndose y cambiando a lo largo del tiempo. Por eso, para Ortega, el ser humano no tiene naturaleza o esencia, tiene historia.

El ser humano debe comprender su propia vida, y para ello es necesaria la razón, que es, junto con la irracionalidad, uno de los aspectos de la vida humana. Pero esta razón no es la cartesiana, sino una razón vital e histórica, capaz de encontrarle el sentido a la vida humana.

El Método Cartesiano: Un Análisis

Contexto Histórico

El método cartesiano surge en un contexto de crisis generalizada: la guerra de los Treinta Años, el Barroco, la desintegración de la autoridad del Papa y la unidad religiosa, el humanismo renacentista, la revolución científica y la matematización del conocimiento.

La unidad religiosa había comenzado a deteriorarse siglos atrás (siglo XIV con el nominalismo de Ockham). La revolución científica (siglo XVII) y el modelo heliocéntrico impulsaron la matematización del conocimiento. El racionalismo y el empirismo, junto con el escepticismo, marcaron el panorama intelectual de la época.

El Método Inductivo de Francis Bacon

El método inductivo de Francis Bacon pretende establecer leyes universales sobre las propiedades físicas de los cuerpos. Para ello, realiza tablas de presencia, ausencia o grado de frecuencia de un fenómeno. Este método se aleja del cartesiano por no dar suficiente importancia al papel de las matemáticas y de las hipótesis en la ciencia.

El Método Resolutivo-Compositivo de Galileo

El método resolutivo-compositivo de Galileo conecta perfectamente con el método cartesiano. Permite expresar los fenómenos físicos en lenguaje matemático. Galileo tiene una visión matematizada de la realidad que coincide con la cartesiana. Su método consiste en el análisis de los datos (resolución), formulación de una hipótesis (composición) y confirmación mediante experimentos u observaciones de la hipótesis (resolución experimental). La resolución y la composición estarán presentes en el análisis y síntesis del método cartesiano.

El Proyecto Cartesiano: Un Método para la Certeza

El proyecto cartesiano exige un método para alcanzar la certeza del conocimiento. Descartes, influenciado por la lógica y la matemática, busca un método que permita construir un sistema de conocimiento sólido y fiable.

La Evidencia: La Primera Regla del Método

La multiplicidad de leyes y opiniones existentes en la época lleva a Descartes a buscar un método que permita distinguir la verdad de la falsedad. La primera regla del método cartesiano es la evidencia: solo aceptar como verdadero aquello que sea claro y distinto, que no deje lugar a dudas.

Aplicación del Método a la Metafísica

Descartes aplica su método a la metafísica para establecer los principios del conocimiento. La duda metódica, la búsqueda de la primera certeza, es el punto de partida de su filosofía.

La Duda Metódica: Un Camino hacia la Certeza

Descartes, consciente de la falibilidad de los sentidos y de la posibilidad de error, decide dudar de todo lo que pueda ser puesto en duda. Esta duda metódica es un proceso sistemático que busca eliminar cualquier posible error en el conocimiento.

La Primera Certeza: El Yo

A través de la duda metódica, Descartes llega a la primera certeza: el yo. La frase»pienso, luego exist» expresa la certeza de la existencia del yo, que se define como un ser que piensa.

Análisis de la Naturaleza del Yo

Descartes analiza la naturaleza del yo, llegando a la conclusión de que es una sustancia simple, indivisible e inmaterial. El yo es la fuente de todas las ideas y el fundamento del conocimiento.

El Yo Pensante como Modelo de Verdad

El yo pensante, para Descartes, es el modelo de verdad. La evidencia, la claridad y la distinción son las características que definen la verdad. La duda metódica, al eliminar cualquier posible error, permite acceder a la verdad.

La Existencia de Dios: Argumentos y Demostraciones

Descartes, a partir de la certeza del yo, busca demostrar la existencia de Dios. Presenta tres argumentos principales:

  • Primera demostración casual: La idea de Dios, como un ser perfecto, no puede provenir de la nada, sino que debe tener una causa, que es Dios mismo.
  • Segunda demostración casual: Si solo existiera el yo, no podría explicar la existencia del mundo, ya que el yo es finito y el mundo es infinito. Por lo tanto, debe existir un ser infinito, que es Dios, que ha creado el mundo.
  • Tercer argumento: la prueba ontológica: La idea de Dios como un ser perfecto incluye la existencia. Si Dios no existiera, no sería perfecto. Por lo tanto, Dios debe existir.

La Naturaleza de Dios

). (266-288) Posteriormente quise indagar otras verdades… (Tercer argumento de la existencia de Dios: la prueba ontológica)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *