Reglas del Método Cartesiano
Descartes intenta por todos los medios encontrar un conjunto de reglas a la hora de pensar que, si se obedecen, garanticen que las conclusiones que sacamos de lo que pensamos son las correctas. De esta forma, Descartes opina que podrá organizar todo el saber humano partiendo de conclusiones que son verdad, de las que es imposible suponer que no sean ciertas. Lo bueno de partir de conclusiones que son verdad es que se pueden deducir de estas verdades nuevos conocimientos que también lo sean, porque él supone que si un conocimiento deriva directamente de otro que es verdad, el nuevo también lo será.
A ese conjunto de reglas al que me refería antes, Descartes lo llama Método. Su método es un sistema ordenado que tiene las siguientes reglas:
1. Regla de la Evidencia: Según la cual nunca debemos considerar cierta una idea que no sea clara (es decir, de la que sea imposible dudar si existe o no) y distinta (es decir, que sea tan clara que resulte imposible de confundir con ninguna otra).
Hay 2 formas de llegar a la conclusión de que una idea es evidente:
a. Utilizando la intuición, que supone tener en tu mente la idea de que algo es evidente o cierto de una forma tan clara que es imposible pensar que ese algo no sea cierto.
b. Utilizando la deducción, que supone partir de una idea que es cierta/evidente (cierta y evidente significan lo mismo para Descartes) y derivar de esta otras ideas que han de ser ciertas/evidentes porque son hijas de la idea madre cierta/evidente.
2. Regla del Análisis: Según la cual, para conocer que una idea es cierta, podemos reducirla a sus componentes o partes más sencillas, los cuales podemos saber que son ciertos utilizando la intuición. Si las partes son ciertas, la idea compleja que es la suma de esas partes también lo será.
3. Regla de la Síntesis: Partiendo de que las partes de una idea compleja son ciertas, se puede saber que la idea compleja formada por esas partes es cierta. Es el proceso contrario a la regla anterior. Tú sabes que toda idea que esté formada por elementos que son ciertos será también cierta.
4. Regla de la Enumeración: Como Descartes era un matemático muy cuidadoso, incluye esta regla que consiste, antes de considerar que una idea es cierta, en repasar todos los pasos dados en nuestra mente para llegar a construir esa idea, de cara a garantizar que no nos hemos equivocado a la hora de concluir que esa idea es cierta. Si todos los pasos mentales son correctos, es imposible que nos hayamos equivocado.
Duda Metódica y Cogito
Una vez que Descartes ha establecido su Método, que permite saber si una idea/conocimiento (idea y conocimiento es lo mismo) es verdad/cierta, aplica este método a la metafísica (que Descartes considera el fundamento/la raíz de todo el conocimiento científico humano, el árbol de las ciencias), para averiguar si hay algo que pueda considerarse la primera verdad de la que proceden todas las demás verdades, debiendo ser esta primera verdad absolutamente cierta.
Solo una idea que se pueda considerar la primera verdad absolutamente cierta, de la que sea imposible dudar, puede ser el fundamento de todo el conocimiento científico humano, y Descartes trata de encontrar esa idea que pueda considerarse la primera verdad.
Para encontrar esa primera verdad, Descartes cree que hay que dudar de todo, no creerse nada; y si, a pesar de intentar no creerse nada, hay una idea que nos parece que es verdad, de la que es imposible dudar que sea verdad, entonces habremos encontrado la primera verdad. A esta actitud de intentar no creerse nada, Descartes la llama Duda Metódica, es decir, duda con método. Se trata de dudar de una forma organizada.
La Duda Metódica tiene 4 niveles:
1. Desconfianza hacia el conocimiento que nos entra por los sentidos: porque los sentidos nos engañan acerca de cómo son las cosas. Es posible que nos engañen siempre. No podemos confiar en los sentidos.
2. Confusión entre sueño y vigilia: A veces no somos capaces de distinguir lo que soñamos y la realidad. Pudiera ser que lo que creemos que es realidad fueran cosas soñadas, así que no podemos confiar en lo que creemos real.
3. Hipótesis del Dios engañador: Tal vez Dios nos ha creado de forma que nosotros no podamos hacer otra cosa que engañarnos constantemente con respecto a lo que creemos real, incluso en los razonamientos más evidentes.
4. Hipótesis del genio maligno: Aun cuando Dios sea bueno y no nos engañe ni quiera que nos engañemos, podría existir un espíritu malvado (una especie de demonio) que se divierta haciendo que nos equivoquemos cada vez que pensamos acerca de si algo es cierto o no. Por eso no podemos fiarnos de nada ni nadie, ni siquiera de nosotros mismos.
Pero eso de no fiarnos ni de nosotros mismos no termina de ser así, dice Descartes, porque al dudar ya tenemos ahí algo de lo que es imposible decir que no es así: Si dudas, piensas (para dudar hay que pensar), y si piensas es que existes. Pienso luego existo (Cogito Ergo Sum) dice Descartes. Es imposible creer que «Pienso luego existo» no es absolutamente verdad, lo miremos desde el punto de vista que lo miremos. Es por ello que Descartes dice que «Pienso luego existo» es la primera verdad de la que es imposible dudar, y es (por tanto) el fundamento de la metafísica.