Empirismo y Racionalismo: Dos Corrientes Filosóficas Fundamentales
1. El Empirismo
El empirismo es la tendencia filosófica que considera la experiencia como criterio o norma de verdad en el conocimiento. La experiencia, en este contexto, no se refiere a la «participación personal en situaciones repetibles» (con un significado personal y subjetivo), sino a la experiencia repetida de ciertas situaciones que nos ofrece un criterio objetivo e impersonal para conocer las cosas o las situaciones.
El empirismo se caracteriza por dos aspectos fundamentales:
- a) Niega la absolutización de la verdad o, como mínimo, niega que la verdad absoluta sea accesible al hombre.
- b) Reconoce que toda verdad debe ser puesta a prueba y, a partir de la experiencia, puede eventualmente ser modificada, corregida o abandonada.
El empirismo no se opone de ninguna manera a la razón, pero niega la pretensión de establecer verdades necesarias, es decir, verdades que valgan de una manera tan absoluta que se haga innecesaria, absurda o contradictoria su verificación o su control.
La mayor parte del tiempo actuamos o pensamos de manera empírica. Esperamos que sucedan las cosas más por hábito o costumbre que por razonamiento científico. En este sentido, el empirismo se contrapone al racionalismo.
2. El Racionalismo
El racionalismo es la tendencia filosófica que considera la realidad gobernada por un principio inteligible al que la razón puede acceder y que, en definitiva, identifica la razón con el pensar. En sentido general se contrapone al irracionalismo (no al empirismo), y a lo largo de la historia ha conocido múltiples variantes:
- Racionalismo ético: se denomina así al intelectualismo moral socrático.
- Racionalismo metafísico: el racionalismo platónico (que considera la realidad ordenada según el modelo ideal y final del Bien).
- Racionalismo religioso: es el de los deístas (Kant, los Ilustrados, la Revolución francesa…) que identifican la verdad revelada con los datos últimos de la razón y creen en un dios racional pero no providente.
- Racionalismo ontológico: es el pensamiento hegeliano (para quien el proceso de lo real coincide con la autorrealización de la Razón o Espíritu).
Los diversos tipos de racionalismo (cartesianos o no, platónicos o no, hegelianos o no) defienden todos la tesis de que la razón no es una facultad (psicológica) sino una concatenación de verdades necesarias.
En cambio, la tesis del empirismo es, como se ha dicho, que no hay verdad necesaria, que toda verdad puede ser puesta a prueba, controlada y, eventualmente, modificada o abandonada.
El racionalismo es la expresión de una razón fuerte que encuentra en sí misma el principio de su justificación.
3. Otros Aspectos del Empirismo
- Negación de cualquier conocimiento o principio innato (que deba ser reconocido como válido necesariamente).
- Negación de lo suprasensible (es decir, de cualquier realidad que no se deje comprobar de algún modo objetivo, constatable).
- Afirmación de la importancia de la realidad actual o de lo inmediatamente presente a los órganos sensoriales, es decir, de la realidad de hecho (de facto, y no de jure).
- Reconocimiento del carácter humano —es decir, limitado, parcial e imperfecto— de las herramientas que el hombre posee para atestiguar, para conocer y para controlar la verdad (empirismo crítico).
- La aplicación de tales instrumentos (por limitados que sean) para todos los ámbitos de la realidad y para cada (supuesta) verdad.
Llevado a sus consecuencias más extremas, el empirismo puede conducir al escepticismo, como fue el caso de Hume. De hecho, el primer teórico del escepticismo griego, Sexto Empírico [180-220 d.C.], fue un empirista. Una diferencia básica entre el empirismo antiguo y el de Hume reside en el carácter moral del primero, en oposición al carácter básicamente gnoseológico del segundo.
4. Racionalismo: Ideas Innatas y la Crítica de Locke
El racionalismo es la corriente filosófica que piensa que la experiencia no es una fuente de conocimiento fiable, ya que los sentidos solo nos informan de las apariencias de la realidad, pero no de la realidad en sí misma, y que cree que solo se puede conseguir llegar a la verdad a través del análisis racional de ideas evidentes, que conocemos por intuición.
En este caso es más importante la lógica y la intuición de verdades racionales que la experiencia. Estas verdades que conocemos por intuición se denominan ideas innatas. Esto no significa que ya las conozcamos cuando nacemos, sino que no hace falta que las aprendamos. Basta con pensar en ellas para verlas claras. No niegan que la experiencia es necesaria para relacionarnos adecuadamente con el entorno, pero la comprensión de lo que experimentamos se basa en ideas innatas.
De todas maneras, los racionalistas solo se ponen de acuerdo cuando hacen matemáticas o lógica (ya explicaremos por qué al hablar de epistemología). Pero cuando hablan de la naturaleza y de la realidad en general no están nunca de acuerdo en qué es verdad y qué no lo es.
El empirista John Locke (1632-1704) criticaba el racionalismo porque consideraba que era el origen de todos los prejuicios. Creía que cuando nacemos nuestra mente es como una «tabula rasa», es decir, una especie de hoja en blanco donde habrá que «imprimir» los contenidos a partir de la acumulación de experiencias. Las ideas que no se puedan referir a un origen empírico las considerará fantasías sin fundamento. En cambio, los racionalistas las consideran verdades evidentes, y esta es la fuente de muchos enfrentamientos.