Dimensiones de la Ciudadanía Contemporánea
Justicia y Pertenencia
Se entiende que el hecho de saberse y sentirse ciudadano de una comunidad puede motivar a los individuos a trabajar por ella. Constituyen dos aspectos de la vida humana: el lado ‘racional’, el de una sociedad que debe ser justa para que sus miembros perciban su legitimidad; y el lado ‘sentimental’, representado por esos lazos de pertenencia que forman parte de nuestra identidad.
La racionalidad de la justicia y el sentimiento de pertenencia han de ir a la par si deseamos asegurar una democracia sostenible.
Se recogen dos tipos de implicaciones:
- El reconocimiento de la ciudadanía se refiere a la responsabilidad que tiene cada sociedad respecto a su población. Un aspecto del reconocimiento es el legal y el real.
- El ejercicio de la ciudadanía se refiere a la responsabilidad que corresponde a cada persona. Remite a dos asuntos: el ejercicio de los deberes cívicos y del voluntariado.
Nuevas Facetas de la Ciudadanía
Ciudadanía Económica
Implica tomar en serio una ética empresarial y un estímulo a la responsabilidad social de las empresas, poniendo en práctica una ética del consumo justo. Hay que tener como objetivo erradicar la pobreza como el principal objetivo de una economía puesta al servicio de las personas.
Ciudadanía Civil
El impulso ético que anima lo mejor de la sociedad civil tiene su expresión en tres lugares:
- El voluntariado o tercer sector social (organizado desde la gratuidad y generosidad de los ciudadanos)
- Las profesiones (instituciones que se legitiman por el servicio que prestan a la sociedad y que han de tomar en serio la ética profesional)
- La opinión pública crítica, mediante el uso público de la razón.
Ciudadanía Intercultural
Las sociedades contemporáneas se van abriendo poco a poco a una nueva dimensión de la ciudadanía que se basa en la ética intercultural. Consiste en invitar a un verdadero diálogo entre quienes pertenecen a los distintos grupos de manera que se respeten sus diferencias y se vayan fijando entre todos los principios de convivencia justa y feliz.
Ciudadanía Cosmopolita
La noción de ‘ciudadanía cosmopolita’ consiste en construir un mundo en el que todas las personas se consideren ciudadanos de pleno derecho en cualquier lugar del planeta.
Es preciso universalizar los derechos humanos de la 1ª, 2ª y 3ª Generación apostando por una globalización ética, por una mundialización de la sociedad y la justicia.
Origen del Concepto de Ciudadanía
Definición Usual
‘El habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene en el gobierno del país’.
La ciudadanía parece tener como rasgos fundamentales:
- Pertenecer a una comunidad política
- Disfrutar de unos derechos protegidos por la ciudad, en los que se incluye la posibilidad de participar en las tareas de gobierno.
Ciudadanía en la Antigüedad Grecolatina
En el derecho romano, el término civis estaba reservado para aquellos miembros de la comunidad que reunían ciertos requisitos. El resto de la población no eran considerados ciudadanos.
En la Grecia clásica se utilizó el término polités para el ciudadano. En las ciudades griegas los ciudadanos podían participar en el gobierno de la polis, ciudad-Estado, a través de la democracia, el gobierno del demos, del pueblo.
Tanto en Grecia como en Roma, el ciudadano era alguien a quien se destacaba el deber de defender a la ciudad.
Ciudadanía en la Democracia Griega: Tradición Política
Cada ciudad era un pequeño Estado independiente y procuraba ser autosuficiente.
El ciudadano tenía la responsabilidad de acudir a la Asamblea y tomar parte en los debates públicos acerca de los problemas de la ciudad. La mayor parte de los cargos públicos se asignaban mediante sorteo, para ser ejercidos por un año. La edad mínima para ser admitido como ciudadano estaba en los 30 años.
Para los griegos de la época clásica ser ciudadano significaba ocuparse de las cuestiones públicas y hacerlo mediante deliberación y se completaba con la votación. Tres principios:
- Isonomía (todo ciudadano tenía los mismos derechos y deberes)
- Isegoría (todo ciudadano tenía el derecho que cualquier otro a hacer uso de la palabra y expresar su opinión ante la Asamblea)
- Koinonía (se distinguía entre lo particular y lo común, y se entendía que el ciudadano que solo atendía a lo propio era un idiota).
Ciudadanía en la Antigua Roma: Tradición Jurídica
La ciudadanía consistía en el reconocimiento legal de algunas personas como miembros de la República y luego del Imperio. El ciudadano gozaba de protección jurídica. El jurista Gayo dice que el ciudadano es el que actúa bajo la ley y espera la protección de la ley a lo largo y ancho de todo el imperio. El civis latino es distinto del polités: el ciudadano griego era un sujeto activo al que se le exigen responsabilidades de gobierno. En Roma se entiende como un título jurídico que permite reclamar ciertos derechos.
Limitaciones de la Ciudadanía Antigua
Tres limitaciones de los modelos de ciudadanía en Grecia y Roma:
- Se trataba de una ciudadanía excluyente: eran ciudadanos los varones adultos, quedando excluidos las mujeres, niños, extranjeros y esclavos.
- Solo se consideraban ‘libres e iguales’ a los miembros de la comunidad política, y no a todo ser humano. La Edad Moderna reconoce que los seres humanos nacen libres e iguales.
- Los derechos individuales no estaban suficientemente protegidos.
Doble Raíz de la Ciudadanía Moderna
Se muestran dos tradiciones: la tradición de la participación política a través de la deliberación y la protección legal de los derechos de la persona.
- Primera idea republicana de ciudadanía que insiste en que los ciudadanos han de participar.
- Segunda idea liberal que subraya la prioridad de los derechos y resta importancia a la participación política.