Dionisos y Apolo: La visión trágica de la vida en la filosofía de Nietzsche

Dionisos y Apolo: La filosofía como visión trágica de la vida

Ya en el nacimiento de la tragedia aparecen temas fundamentales de la filosofía de Nietzsche al describir la vida como el fondo originario y profundo. El arte, frente a la ciencia o la filosofía, aparece como la mejor forma de interpretar la vida. Nietzsche afirmó que el pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones fundamentales de la realidad sin ocultarse ninguna de ellas. La intuición será el mejor método para comprenderla, ya que la vida no puede ser captada por la razón, por no ser posible una comprensión conceptual de la misma.

Nietzsche desarrolla sus ideas a través de una descripción de la evolución de la cultura griega, de manera metafórica, con la contraposición entre ‘lo apolíneo y lo dionisíaco’, la ‘visión trágica del mundo’ o el ‘mundo como juego trágico’.

Apolo

Según Nietzsche, Apolo expresaba para ellos un modo de estar ante el mundo; era el dios de la luz, la claridad y la armonía, frente al mundo de las fuerzas primarias e instintivas. Representaba también la individualización, el equilibrio, la medida y la forma, la racionalidad. Para la interpretación tradicional, toda la cultura griega era apolínea.

Nietzsche es contrario a esta interpretación, pues afirma que es correcta para el mundo griego a partir de Sócrates, pero no para el mundo griego anterior, considerado por Nietzsche como el momento más característico del espíritu griego. Así mismo, Nietzsche da más importancia a la Grecia arcaica y sitúa en el siglo V a. C. el inicio de la crisis vital del espíritu griego. Considera que es en la tragedia antigua donde se da la unificación de lo dionisíaco y lo apolíneo. En el fenómeno de lo trágico ve la verdadera naturaleza de la realidad.

Al vaivén de la vida, Nietzsche le llama la contraposición de lo apolíneo y lo dionisíaco. Lo trágico es, pues, para Nietzsche, un principio cósmico; el mundo es un juego trágico y la tragedia es la llave que proporcionará la comprensión del mismo. La intuición es el modo de captación de ese fondo oscuro y profundo que es la vida. La vida escapa a toda comprensión conceptual y solo a través del arte se logra su expresión. La filosofía es aquí arte, una sabiduría trágica, una mirada que penetra en la lucha originaria de los principios antagónicos de Dionisos y Apolo.

Con la racionalidad socrática llegará la decadencia de la cultura griega y de la autenticidad filosófica, y comienza la época de la razón y del hombre teórico. En definitiva, la decadencia del espíritu griego antiguo supuso el triunfo de lo apolíneo sobre lo único real, según Nietzsche, lo dionisíaco.

La crítica de la cultura occidental. Crítica a la filosofía

En Humano, demasiado humano, Nietzsche define la metafísica como la ciencia que trata de los errores fundamentales del hombre, pero lo hace como si estos fueran las verdaderas fundamentales. La metafísica es una inmensa ficción o sueño que el hombre se inventa. Lo que provoca la metafísica en general es la corrupción del texto. La tarea que se propone Nietzsche es la de desenmascarar todo idealismo. La metafísica es el mundo al revés, pues habría que partir de intuiciones de lo sensible, real y cambiante. La eliminación de la diferencia entre mundo verdadero y mundo aparente es para Nietzsche el punto culminante de la humanidad, el mediodía. Esta metáfora significa: el instante de la sombra más corta, final del error más largo. El error más largo de la humanidad es la creencia en dos mundos. Nietzsche arremete así pues contra el concepto de verdad. Su pensamiento puede considerarse un fenomenismo. Una verdad es tal por su valor pragmático (pragmatismo). Y frente al dogmatismo metafísico, Nietzsche defiende un perspectivismo: no hay hechos sino interpretaciones.

La tarea que se propone Nietzsche es la inversión de la ontología y de la valoración que se ha hecho del ser hasta ahora. En esta línea son fundamentales dos capítulos del Crepúsculo de los ídolos: El problema de Sócrates, en el que se realiza una crítica de este pensador y La razón en la filosofía. Tras la crítica a Sócrates, inicia el ataque global a la metafísica, a la que califica de Egipticismo, con lo que quiere decir que Platón fue seducido en Egipto por los sacerdotes, haciéndose extraño a la auténtica esencia helenística.

El capítulo La razón en la filosofía del Crepúsculo de los ídolos tiene un carácter fundamental como crítica de la metafísica y del nihilismo. Su tesis es una crítica al platonismo. Desde las primeras líneas del texto, el autor va a describir la idiosincrasia que define a los filósofos, y con esta expresión Nietzsche pretende descalificarlos por no ser capaces de percibir una realidad que cambia de forma continua. La falta de sentido histórico y el odio a la noción del devenir son síntomas repetidos que arrancan con Parménides y llegan hasta el positivismo. Así, lo aparente, lo cambiante y lo que deviene no tiene valor. Solo se reconoce como valioso lo que no cambia, lo permanente.

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