Dualismo Antropológico en Descartes
René Descartes, nacido en Francia en 1596, fue un filósofo cuyo pensamiento marcó un hito en la historia de la filosofía occidental. Tras una temprana pérdida materna y una educación en el colegio de la Flèche que le dejó insatisfecho, salvo en matemáticas y latín, Descartes se sumergió en una crisis intelectual y existencial. El contexto de su época, marcado por la caída de las clases sociales renacentistas y las tensiones religiosas entre Reforma y Contrarreforma, influyó en su búsqueda de un conocimiento verdadero e indudable.
El Método Cartesiano y la Primera Verdad
Descartes, decepcionado por los saberes recibidos, se propuso desarrollar un método filosófico propio para combatir el escepticismo. Este método, basado en la duda metódica, buscaba alcanzar una verdad fundamental e indudable. Descartes sometió a juicio todo conocimiento proveniente de los sentidos y de la tradición, hasta llegar a una primera verdad: «Cogito, ergo sum» (Pienso, luego existo). Esta verdad, el Res cogito, revela la existencia del yo como una substancia pensante, distinta del cuerpo.
Dualismo Cartesiano: Res Cogitans y Res Extensa
A partir de esta primera verdad, Descartes establece su famoso dualismo antropológico, dividiendo al ser humano en dos substancias distintas e irreductibles:
- Res Cogitans: El alma o mente, cuya esencia es el pensamiento. Es inmaterial, indivisible y libre.
- Res Extensa: El cuerpo, cuya esencia es la extensión. Es material, divisible y sujeto a las leyes de la mecánica.
Descartes argumenta que, a diferencia del alma, no hay nada que obligue al cuerpo a existir. Esta concepción se relaciona con el mecanicismo, aunque Descartes lo asocia principalmente con la res extensa y no directamente con el cuerpo humano.
La Existencia del Mundo y la Veracidad Divina
Descartes deduce la existencia del mundo exterior, la res extensa, a través de la existencia de Dios. Argumenta que un Dios bueno y veraz no permitiría que nos engañáramos sistemáticamente sobre la existencia de un mundo externo. Este mundo, al igual que el cuerpo, está compuesto por substancias con diferentes esencias, todas ellas sujetas a las leyes de la mecánica.
La Interacción entre Alma y Cuerpo: La Glándula Pineal
Uno de los mayores desafíos para el dualismo cartesiano es explicar cómo dos substancias tan diferentes pueden interactuar. Descartes recurre a una explicación fisiológica, situando en la glándula pineal, ubicada en la base del cerebro, el punto de interacción entre el alma y el cuerpo. Esta solución, aunque controvertida, representa un intento de conectar lo inmaterial con lo material.
Pasiones, Razón y Voluntad: El Combate Interior
Descartes describe la relación entre alma y cuerpo como un combate entre las pasiones, la razón y la voluntad. Las pasiones son sentimientos originados en el cuerpo que afectan al alma. Pueden ser involuntarias, cuando se imponen al alma, o irracionales, cuando se oponen a la razón. El alma, a través de la razón y la voluntad, debe esforzarse por controlar y encauzar las pasiones. Descartes no considera las pasiones como algo necesariamente negativo, sino como fuerzas que deben ser gobernadas.
La Libertad y el Conocimiento
Para Descartes, la libertad reside en el alma, ya que no es una substancia material y, por lo tanto, no está sujeta a las leyes de la mecánica. La libertad es esencial para la voluntad y nos permite elegir entre diferentes opciones. Sin embargo, Descartes advierte que la libertad puede llevarnos al error si no está guiada por el conocimiento. La indiferencia, en este sentido, es un signo de ignorancia.
Conclusión: Un Dualismo Problemático
En resumen, Descartes concibe el mundo como una vasta res extensa gobernada por el mecanicismo, dentro de la cual se encuentra el ser humano, compuesto de alma y cuerpo. El cuerpo, como parte de la res extensa, comparte sus propiedades, mientras que el alma, dotada de la capacidad de pensar, nos otorga libertad. Sin embargo, la explicación de la interacción entre alma y cuerpo a través de la glándula pineal resulta problemática y no logra establecer una conexión convincente. En última instancia, la radical separación entre alma y cuerpo propuesta por Descartes plantea interrogantes que continúan siendo debatidos en la filosofía actual.