Argumentos de Descartes para la existencia de Dios
La idea de un ser perfecto
Tras establecer la primera verdad, «Pienso, luego existo», Descartes busca demostrar la existencia de Dios. Su primer argumento se basa en la causalidad de la idea de ser infinito. Descartes, consciente de sus imperfecciones como ser pensante que duda, se pregunta cómo puede tener la idea de un ser perfecto si él mismo es imperfecto. Concluye que esta idea debe provenir de un ser infinito y perfecto: Dios.
Dios como causa del ser
El segundo argumento se centra en Dios como causa del ser. Descartes argumenta que, al ser imperfecto, no puede ser su propio creador. Por lo tanto, debe existir un ser más perfecto que él, que actúa como su causa: Dios.
El argumento ontológico
El tercer argumento es el ontológico. Descartes sostiene que un ser perfecto debe existir no solo en el pensamiento, sino también en la realidad. La existencia, como perfección, es inherente a la idea de un ser perfecto.
Dios como garantía de verdad
Descartes busca refutar la teoría del genio maligno y establece que solo lo claro y distinto es verdadero. La existencia de Dios, como ser perfecto y no engañoso, garantiza la verdad de las ideas claras y distintas en nuestra mente.
El dualismo antropológico de Descartes
Separación entre alma y cuerpo
Descartes propone un dualismo antropológico, dividiendo la realidad en dos sustancias: el alma (sustancia pensante) y el cuerpo (sustancia extensa). Afirma una estrecha unión entre ambos, pero también la posibilidad de que el alma exista independientemente del cuerpo.
El cuerpo como máquina
Descartes adopta una perspectiva mecanicista del cuerpo. El cuerpo, sujeto a las leyes de la naturaleza, se comporta de manera mecánica y determinista. Las acciones corporales son explicables a través de procesos mecánicos, sin libertad.
El alma libre e inmortal
El alma, inmaterial e inmortal, actúa con completa libertad. Aunque unida al cuerpo, puede existir sin él. La libertad del alma se manifiesta en la lucha entre las pasiones (corporales) y la razón (propia del alma).
La libertad en la razón
La libertad reside en el alma y se ejerce cuando el entendimiento tiene ideas claras y distintas. En la elección entre opciones, el alma actúa según lo bueno y verdadero. La lucha entre pasiones y razón es el terreno de la libertad.
El desafío de la relación alma-cuerpo
Descartes enfrenta el desafío de explicar la relación entre alma y cuerpo, con atributos distintos. Las propuestas de una conexión en la glándula pineal o la comparación del cuerpo con un instrumento del alma no ofrecen una base sólida. Este tema sigue siendo un interrogante en la filosofía moderna.