Duda y Certeza en el Pensamiento Cartesiano
La duda y la certeza son dos estados mentales respecto a la verdad. En la certeza, se está seguro de la verdad, mientras que en la duda, el sujeto no sabe si su contenido mental es verdadero o falso. La duda aparece en el Discurso del Método como resultado de las reglas del método: solo admitir lo claro y distinto, análisis del problema en sus partes mínimas, síntesis y repasar todo lo hecho. Mediante la duda, Descartes busca encontrar una primera verdad indubitable. Utiliza la duda como medio hacia la verdad. Lo contrario de la duda es la certeza. La duda es universal, pero excluye la religión, ya que la considera por encima de la razón, y la moral, que no busca la verdad sino la acción.
Motivos de la Duda Metódica
Descartes da cuatro motivos por los que la duda es el punto de partida para la verdad:
- Los sentidos nos engañan, y puede ser que lo hagan siempre.
- Cometemos errores al razonar, a veces hasta en lo más seguro.
- A veces confundimos la vigilia y el sueño, tomando el sueño como verdadero.
- Un genio maligno nos engaña incluso en aquello que parece evidente.
La certeza es un estado subjetivo, el término de la duda.
Pensamiento e Ideas: La Res Cogitans
El pensamiento es el acto de pensar. Las demás actividades del alma son pensamientos, ya que somos conscientes de ellos. Su idea de res cogitans se deduce del cogito ergo sum. Los contenidos del pensamiento son las ideas; somos conscientes de ellas y de ellas podemos hablar. Descartes dice que no conocemos las cosas, sino las ideas. Distingue dimensiones en las ideas para oponer la certeza a la duda. Las ideas son modos del pensamiento, distinguidas por su realidad objetiva.
Clasificación de las Ideas según su Origen
Según su origen, las ideas pueden ser:
- Facticias: las inventamos nosotros (por ejemplo, una sirena).
- Adventicias: llegan por los sentidos.
- Innatas: se encuentran en nosotros, como la idea de Dios.
Descartes afirma que no hay mundo en absoluto, solo mentes pensantes, a las que Dios da percepción sensible.
Alma y Cuerpo: Res Cogitans y Res Extensa
Tras la primera verdad (cogito), Descartes explica lo cognoscible a partir de ella. La siguiente verdad es la res cogitans (el yo es una sustancia pensante). Descartes dice que puede fingir no tener cuerpo, pero no que dejara de pensar, pues no existiría. Considera al hombre una sustancia pensante. Según él, sustancia solo puede ser Dios o aquello que no necesita nada para existir. Por lo tanto, el yo es sustancia.
Tenemos la res cogitans, inmaterial, que no necesita del cuerpo para existir. Es una realidad espiritual, cuya esencia es puro pensamiento. También tenemos la res extensa. La extensión es la única idea clara y distinta del cuerpo. Descartes afirma que el cuerpo es pura extensión. Para probar la existencia del cuerpo, hay que demostrar la existencia de Dios, que no permite que nos engañen siempre los sentidos.
Las Tres Sustancias
Hay tres tipos de sustancias:
- Sustancia infinita (Dios).
- Res cogitans (alma).
- Res extensa (cuerpo).
Descartes afirma que el hombre es su alma y su res cogitans, unidas al cuerpo por la glándula pineal. El hombre está dotado de voluntad, es libre y autónomo, pero su cuerpo es pura extensión de las leyes de la mecánica.
Cogito y Criterio de Verdad
El Cogito como Fundamento del Conocimiento
Descartes quería un sistema de ciencias ordenadas deductivamente y unificadas por un método. Ese sistema sería como un árbol: las raíces serían la metafísica, el tronco la física y las ramas otras ciencias aplicadas. En la segunda parte del Discurso del Método plantea el método, y en la cuarta lo aplica. El punto de partida es la duda metódica. Con ella descubre su primera verdad (cogito ergo sum). El cogito es la primera verdad porque es la primera hallada, porque es el principio firme de su sistema científico y porque es el prototipo de verdad y certeza.
Descartes lo formuló en forma de deducción, por lo que se trata de una intuición, una captación inmediata de la naturaleza simple, y se refiere a la existencia real. El cogito había sido planteado antes de forma parecida (si fallor, sum), cuando la verdad dependía del mundo exterior. En Descartes, todo se centra en el sujeto y su anterioridad.
El Criterio de Verdad: Claridad y Distinción
El criterio de verdad es la claridad y distinción acompañando a la intuición. La evidencia se basa en una idea clara y distinta, excluyendo la posibilidad de error. Claro es aquello presente y manifiesto a una mente atenta; distinto es aquello preciso y diferente, cuyo contenido es claro. El prototipo de idea clara es la naturaleza simple; no se puede dudar de ella al ser siempre verdadera.
Demostraciones de la Existencia de Dios
En su duda metódica, Descartes habla de la existencia de un genio maligno que nos engaña continuamente. Por eso, debe defender que Dios existe, un ser omnipotente que impide que el genio nos engañe. Dios es garante de la verdad y de la demostración de la existencia del mundo. Dos de los argumentos se basan en el principio de causalidad, y el tercero se llama ontológico.
Primera Demostración
En la mente hay dos clases de ideas: las que se refieren a seres exteriores y la idea de un ser perfecto. Al primer tipo las llama adventicias por venir de fuera de nosotros, pero las del texto pueden ser facticias, creadas por su misma mente. También tenemos la idea de un ser perfecto por el hecho de ser imperfectos al dudar. La imperfección es innata, causada por el mismo Ser perfecto.
Segunda Demostración
Soy imperfecto porque dudo, y tengo la idea de perfección. La poca perfección que poseo no viene de mí, ya que me habría dado todas las perfecciones. Dependo de una causa que posee todas las perfecciones: Dios.
Tercera Demostración: Argumento Ontológico
El argumento ontológico es una prolongación de la intuición de la existencia del yo. Hay una idea que considera infinitas: la extensión infinita.