1.- Él método de Descartes
– Tras surgir el heliocentrismo, así como un hundimiento del
geocentrismo y un gran atasque en la filosofía, Descartes tenía el
objetivo de encontrar en la razón la roca firme para poder evitar
error y progresar en las ciencias. Su objetivo se basaba
principalmente en unificar todas las ciencias.
– La principal vía que utilizará Descartes será el método el método
cartesiano, que tiene como referencia los principios matemáticos que
maravillaba a este filósofo ya que no había necesidad de acudir a la
experiencia.
– El método cartesiano tiene un doble objetivo: evitar el error y
llegar a verdades las cuales sean indudables, y por tanto a partir de
las conocidas extraer nuevas verdades. Para lograr ésto Descartes
afirmaba que era necesario destruir todo lo anterior, es decir el
conocimiento, y comenzar a levantar uno nuevo. En este trabajo la
intuición y deducción jugarán un papel importante.
– Sin embargo, este método matemático no es aplicable tal cual a todas
las cosas, por lo que habrá que extraer sus claves para aplicarlas de forma
distinta.
2.- Intuición y deducción. Análisis y síntesis.
– Descartes afirmaba que la razón opera de dos modos diferentes, pero
a la vez se complementan: la intuición, que es un instinto natural que
tiene por objeto las naturalezas simples. Luego, la deducción es la capacidad de la razón para llegar a nuevas verdades a través de conexiones entre las verdades simples ya conocidas. – Un orden lógico es el proceso de pensamiento según Descartes. En
primer lugar un proceso de análisis, de descomposición, hasta llegar a
los elementos o naturalezas simples. En segundo lugar, proceso de
síntesis, de reconstrucción, deductiva de lo complejo a partir de lo
simple. Esta forma de razonar es el único método a raíz de funcionar
de una razón única.
– Aparte del orden lógico, Descartes establece un método con cuatro
reglas para pensar con rigor. En primer lugar, la regla de la
evidencia, que consiste en no admitir nunca por verdad algo que no se
conociera evidentemente, por la intuición. Además, es inmediata y no
necesita demostración. La regla de análisis, que consiste en
descomponer las ideas complejas para valorar las una a una. Regla de
síntesis, que consiste en la reconstrucción deductiva del saber a
partir de los elementos simples. Por último, Regla de numeración, que
consiste en hacer recuentos generales que sean tan completos como para
no omitir nada.
3.-
La duda metódica
– Descartes afirma que su método se obtiene que partir de cero e
introduce la duda metódica, es decir, respecto a todos los
conocimientos, parte de que no sabe nada.
– Esta duda metódica se caracteriza por varias cosas: la duda es
universal, es decir se extiende a todos los tipos de conocimiento, lo
captado por los sentidos; los razonamientos y lo que queda en la
memoria. Aunque esta duda tiene dos excepciones: la religión y la
moral, ya que es una necesidad práctica y la regíón una creencia. También se caracteriza por que no es estética sino ficticia. La duda es voluntaria y no hay motivo para dudar y nace de la voluntad.
– Descartes justifica la duda con unos motivos: la confusión entre el
sueño y la realidad, el engaño de los sentidos y la hipótesis del
genio malvado. Es por eso que no se puede estar seguro de nada por lo
que hay que empezar por algo. Sin embargo, Descartes encuentra la prima
certeza la cual es indudable. Cogito ergo sum, pienso luego existo.
4.- La primera certeza: el cogito
– Tras haber llegado una duda metódica, Descartes encuentra una verdad,
una certeza entre todas las dudas que es indudable: cogito ergo sum,
es decir; pienso luego existo.
– A pesar de lo que piense es falso; estoy pensando por lo que existo.
Pero con ese existo se refiere a un yo pensante, pues en mí algo que
piensa. El luego existo no es una conclusión del pienso, sino algo que
es captado por la intuición. Como pienso es un ser pensante, es una
verdad simple.
– Sabemos con certeza que somos unos res cogitrans, seres pensantes, ya
que lo captamos mediante la intuición. Es evidente para nosotros el
pensar existir, pero respecto a mi cuerpo todavía hay una gran duda.
– El cogito al ser un príncipe evidente ya que es claro y distinto, es
premisa para el resto de principios. Es un punto de partida para
construir el fundamento de toda su filosofía.
– Descartes explicaba que lo único que se puede afirmar como algo
verdadero es lo captado inmediatamente. Lo que pienso y siento, pero no
los sentidos ni mi cuerpo ya que es material y aún hay duda sobre
ello. Pensamiento y cuerpo son dos cosas distintas, dualismo como el
de Platón.
5.- La duda metódica y la primera certeza: el cogito
– Como hemos visto anteriormente, Descartes introduce la duda metódica,
es decir, que duda respecto a todos los conocimientos y parte de que
no sabe nada. Estaba se caracteriza por las siguientes razones.
– En primer lugar, la duda es universal. Abarca todos los tipos de
conocimientos, como los adoptados por los sentidos, que hace
referencia el mundo material, los razonamientos y lo que tengo dentro
de mi memoria. Aunque cabe destacar dos excepciones: la moral y la
religión de segundo lugar la duda no es estética sino ficticia. Por
último la duda es voluntaria.
– Para justificar esta duda, Descartes plantea los siguientes motivos:
la confusión entre sueño y realidad, el engaño los sentidos y la
hipótesis del genio maligno. Todas ellas hacen que no se puede estar
seguro de nada. Sin embargo, Descartes encuentra una primera certeza
indudable: cogito ergo sum.
– Él lo que razona es que dentro de mí hay un yo pensante, que al ser
captado por intuición, tengo absoluta certeza ese pensamiento. Se basa
en que en la medida que pienso puedo afirmar que existo.
6.- Clases de ideas: adventicias, ficticias e innatas.
– La primera verdad indudable la cual Descartes llega facilita un
criterio de certeza. Este criterio permite aceptar aquellas ideas que
fueron claras y distintas como evidentes. Es por eso que Descartes
plantea una clasificación según su grado de certeza.
– En primer lugar, están las ideas adventicias, que Descartes las define
como aquellas ideas que parecen proceder de la realidad exterior. Al no
ser segura la existencia de un mundo exterior, son y ideas que no
se podrán demostrar hasta que sean evidentes.
– En segundo lugar, están las ideas ficticias que vienen de nuestra
imaginación, son construcciones de la fantasía. Éstas ideas no tienen
un valor de verdad, por lo que no se refieren a nada.
– Por último, las ideas innatas, que forman parte del pensamiento. Al
ser simples y evidentes estas ideas, su punto de partida del
conocimiento también lo son.
– Aunque, por ahora, no se puede afirmar como cierto nada acerca del
mundo exterior. Para hallar una verdad habría que demostrar la
existencia de un Dios no engañador.