El Mito del Carro Alado en el Fedro de Platón
El presente texto es un fragmento de una de las obras más importantes de Platón, el Fedro. Platón (427-347 a.C.), filósofo griego de la época clásica, vivió el esplendor del siglo V de Pericles, así como la guerra del Peloponeso y sus consecuencias para Atenas (Gobierno de los Treinta, restauración de la democracia, muerte de Sócrates, etc.). Su contexto filosófico inmediato incluye a los sofistas y a Sócrates, de quien fue discípulo. La influencia de su maestro se manifiesta en la forma dialógica de sus obras, donde Sócrates es el protagonista principal.
Platón, educado en el respeto a la moderación y las leyes, observó el debilitamiento de estos valores y el auge de comportamientos individualistas. Comprendió que esta decadencia política se relacionaba con las doctrinas relativistas de los sofistas. Por ello, se enfrentó a ellos, oponiendo sus argumentos a los de los sofistas. Otras influencias en su filosofía provienen de Parménides (desvalorización del mundo sensible frente al mundo del ser), Heráclito (el mundo sensible en continuo devenir) y la escuela pitagórica (importancia de las matemáticas y la reencarnación del alma).
El Mito y la Naturaleza del Alma
El diálogo Fedro pertenece a la etapa de madurez de Platón, junto con Menón, Fedón, República y El Banquete. En estos diálogos, Sócrates expone temas pitagóricos, como la inmortalidad del alma, y teorías propias de Platón, como la Reminiscencia y la Teoría de las Ideas.
Este fragmento pertenece al mito del carro alado, una alegoría que explica la naturaleza y función del alma. Platón compara el alma humana con un carro tirado por dos caballos alados y dirigido por un auriga. Uno de los caballos es bueno y el otro malo, lo que dificulta la conducción. En el caso de los dioses, ambos caballos son buenos, facilitando el manejo.
Platón distingue entre seres inmortales (dioses) y mortales (seres vivos). Expone la concepción del alma como principio de vida y la teoría de la reencarnación: el carro viaja por las regiones celestiales hasta que el caballo negro se rebela, pierde las alas y cae al mundo sensible, quedando encerrado en un cuerpo. Esta unión antinatural hace al ser vivo mortal, ya que el alma abandonará el cuerpo. En los dioses, la unión de cuerpo y alma es natural, por lo que son inmortales.
El Viaje de las Almas y la Teoría de las Ideas
Platón narra el viaje de las almas por las regiones celestiales y las dificultades de las almas humanas para seguir a las de los dioses. Las almas de los dioses se mueven por la bóveda celeste, contemplando el ser (en clara alusión al mundo de las Ideas).
Las almas de los hombres, debido al caballo díscolo, apenas logran ver el ser. La que logra ver algo, queda libre de sufrimiento hasta la próxima revolución. Si el alma no ha conseguido ver, pierde las alas y cae a tierra, tomando posesión de un cuerpo. Si el alma ha visto alguna vez, se fijará a un cuerpo humano, y según lo que haya visto, será el alma de un amante de la sabiduría, un gobernante, un sofista o un tirano.
Al final de una vida, las almas son juzgadas. Transcurrido un milenio, volverán a la superficie de la tierra, eligiendo el tipo de vida que quieren. Ningún alma recuperará las alas antes de diez mil años, a no ser la que se haya mantenido durante tres generaciones en el estado de amante de la sabiduría.
La Teoría del Alma y su Relación con la Política
La teoría del alma de Platón, heredada de los órficos y pitagóricos, es fundamental en su filosofía. Es clave para su concepción del conocimiento (el conocimiento es recuerdo –anámnesis– de lo contemplado en el mundo de las Ideas, suponiendo la reencarnación e inmortalidad del alma) y para su concepción antropológica y política.
Su doctrina del alma como principio de conocimiento racional se vincula a la Teoría de las Ideas. Platón establece un dualismo entre el Mundo de las Ideas (real) y el mundo sensible (cambiante). A este dualismo ontológico corresponde un dualismo antropológico entre cuerpo y alma: dos realidades unidas temporalmente. El alma es afín a las Ideas, mientras que el cuerpo pertenece al mundo físico.
Las afirmaciones principales de la teoría platónica del alma son:
- a) El alma, inmaterial y simple, es inmortal.
- b) La unión del alma con el cuerpo es accidental y transitoria. El lugar propio del alma es el mundo de las Ideas.
- c) Mientras está unida al cuerpo, la misión del alma es purificarse, preparándose para la contemplación de las Ideas.
- d) El alma constituye la verdadera esencia del ser humano.
La Tripartición del Alma
Platón, en sus obras maduras (República y Fedro), adoptó una división tripartita del alma. A través del mito del carro alado, se describe que el alma humana tiene tres dimensiones:
- Alma racional: Representada por el auriga, es la facultad de conocimiento. Tiene la función de gobernar a las otras partes del alma.
- Alma irascible: Representada por el caballo blanco, es la facultad de la voluntad. Radican en ella los impulsos voluntarios y los afectos (deseo del bien, justicia…).
- Alma concupiscible: Representada por el caballo negro, es la facultad por la cual deseamos los placeres.
La Justicia en el Individuo y en la Ciudad-Estado
La concepción del hombre de Platón es la base de su pensamiento político, expuesto en su diálogo República. El diálogo comienza con un enfrentamiento entre Sócrates y los sofistas sobre la justicia. Se concluye que es necesario definir la virtud de la justicia tanto en el alma humana individual como en la ciudad-estado.
Según los sofistas, las únicas leyes naturales eran la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte. Platón considera esto erróneo, ya que menosprecian el elemento diferenciador del ser humano: la razón. Platón divide el alma en tres partes: racional, irascible y concupiscible. Esta división se basa en la experiencia de conflictos internos.
La Estructura de la Ciudad-Estado Ideal
Platón diseña una ciudad ideal en la República, configurada en tres clases sociales:
- Productores: Se ocupan de las necesidades básicas (alimento, vivienda, etc.). Constituyen la base económica de la sociedad.
- Auxiliares: Mantienen la convivencia y defienden la ciudad. Son elegidos por sus aptitudes (fuerza, valentía, etc.).
- Gobernantes o guardianes perfectos: Encargados del gobierno de la polis. Elegidos de entre los mejores auxiliares, deben tener conocimiento del mundo de las Ideas.
Existe una correlación entre la estructura tripartita del alma y la de la polis. La justicia es la misma en el individuo que en el estado, la diferencia es de escala.
La Virtud y la Función de Cada Parte
Según Platón, cada individuo y grupo social debe desempeñar la función para la que está más capacitado. Cada ser tiene una función que desempeñar, de acuerdo con su esencia, y esta función constituye el fin (telos). La virtud (areté) de un ser consiste en la capacidad para realizar de modo excelente su función.
En el individuo:
- a) La función del alma racional es el gobierno y su virtud es la sabiduría o prudencia (phrónesis).
- b) La fortaleza o valor (andreía) es la virtud del alma irascible.
- c) La templanza o moderación (sophrosyne) es la virtud del alma concupiscible.
En el estado:
- a) La función de los guardianes perfectos es el gobierno y su virtud es la sabiduría o prudencia (phrónesis).
- b) La fortaleza o valor (andreía) es la virtud de los auxiliares.
- c) La templanza o moderación (sophrosyne) es la virtud de los productores.
Definición de Justicia
En el individuo: La justicia es el ordenamiento adecuado de las tres partes del alma. El alma es justa cuando cada parte ejerce su función y posee su virtud.
En el estado: La justicia tiene lugar cuando cada clase social cumple su función específica. Justicia es que “cada cual haga lo suyo”.
El Gobierno Ideal y la Crítica a la Democracia
El gobierno del estado ideal platónico le corresponde al sabio, que conoce las Ideas. Platón identifica el saber teórico y el saber práctico (solo el que conoce la Idea de Justicia gobernará justamente), continuando el intelectualismo moral de Sócrates. Concibe la política como un saber.
Platón critica la democracia ateniense, considerándola la forma de gobierno más alejada de la constitución ideal, exceptuando la tiranía. Su crítica se refiere a la irracionalidad de la democracia, que permitía gobernar tanto al capaz como al incapaz. Esta aversión se fundamenta en la concepción de la política como un saber riguroso (episteme).
Frente a la democracia, Platón propone la aristocracia. En la República, ofrece las distintas formas de Estado, ordenadas de mejor a peor:
- a) Aristocracia: Gobierno de los mejores y más sabios.
- b) Timocracia: Gobierno regido por la ambición y el ansia de honor.
- c) Oligarquía: Una minoría ambiciosa ostenta el poder.
- d) Democracia: Gobierno de todos, pero la masa no está preparada para gobernar.
- e) Tiranía: Se imponen la demagogia y la astucia.