El Concepto de Valor en ‘El Capital’ de Marx
En la introducción a El Capital, Marx plantea el estudio de la mercancía como la forma elemental de riqueza en el sistema capitalista. El dinero, a su vez, es el equivalente general, la mercancía donde el resto expresan su valor; es el espejo donde todas reflejan su igualdad y proporcionalidad cuantitativa.
Valor de Uso y Valor de Cambio
Marx distingue en toda mercancía su valor de uso y su valor de cambio:
- Valor de uso: Es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad, desde las más biológicas hasta las espirituales. Es la utilidad de una mercancía en virtud de sus propiedades.
- Valor de cambio: Es la proporción cuantitativa por la que se cambia una mercancía. Es el valor que un objeto tiene en el mercado, expresado en términos monetarios. Este valor depende de circunstancias exteriores, como la escasez o abundancia, y está sujeto a la ley de la oferta y la demanda.
La Fuerza de Trabajo como Mercancía
Un rasgo peculiar de la sociedad capitalista, según Marx, es que la fuerza de trabajo también es una mercancía. El trabajador, al no disponer de otros recursos, debe vender su fuerza de trabajo en el mercado. Esta fuerza de trabajo tiene:
- Valor de cambio: El sueldo que recibe el trabajador.
- Valor de uso: Su capacidad para producir otras mercancías.
Las mercancías creadas por este trabajo tienen un valor de cambio superior al salario del trabajador, generando una diferencia crucial que se analizará a continuación.
La Plusvalía: El Motor del Capitalismo
Marx se dedicó a analizar la sociedad de su época para influir en su transformación. Su crítica de la economía política se plasma en su obra principal, El Capital.
Marx observa que el valor de cambio, en el sistema capitalista, supera al valor de uso. Esto se debe a una transformación del esquema de producción:
- Esquema preindustrial (M-D-M): El dinero es un simple medio de intercambio entre mercancías.
- Esquema capitalista (D-M-D’): El dinero se convierte en el fin en sí mismo, buscando incrementarse (D’). Este incremento es la plusvalía.
Origen de la Plusvalía
El capitalista compra máquinas, materias primas y fuerza de trabajo. La clave de la plusvalía reside en que el trabajo del obrero se puede comprar a un precio inferior al valor de la mercancía que produce. El trabajo se convierte en una mercancía más, sujeta a la oferta y la demanda.
Marx denuncia esta situación, señalando que el capitalismo reduce al trabajador a un medio para obtener ganancia, degradándolo a un factor de producción.
La Propuesta Marxista
El marxismo propone la desaparición de la plusvalía. El valor del objeto producido debe retornar al productor, ya sea mediante el reparto de beneficios entre los obreros (cooperativismo) o a través de la redistribución estatal (servicios públicos, subsidios, etc.).
El Trabajo: Categoría Antropológica en Marx
Marx considera el trabajo como la fuente principal de riqueza, pero rechaza la forma en que se presenta en la sociedad capitalista, donde la propiedad privada arrebata al trabajador el fruto de su labor.
La Propiedad Privada y la Alienación
La propiedad privada es, para Marx, la fuente de los males, al permitir al empresario disponer de los medios de producción, dejando al obrero solo con su fuerza de trabajo, alienado del producto que crea. Las leyes del mercado (oferta y demanda) obligan a abaratar costos, exacerbando esta situación.
El Trabajo como Esencia Humana
Para Marx, la noción de trabajo trasciende lo económico y se convierte en una categoría antropológica. El hombre se distingue por su capacidad de transformar la realidad a través del trabajo, expresando sus capacidades físicas y mentales. El trabajo, idealmente, debería ser un fin en sí mismo, un espacio de desarrollo y perfeccionamiento.
Marx se opone a la visión tradicional que prioriza la razón, argumentando que la capacidad de producir (el trabajo) es lo que define al ser humano.
La Revolución Industrial y el Trabajo Alienado
La Revolución Industrial transformó la forma de entender el trabajo, concentrando los medios de producción y abriendo paso al capitalismo. En este sistema, la explotación capitalista se «disfraza» bajo la apariencia de un contrato entre iguales (obrero y capitalista). Sin embargo, la compraventa de fuerza de trabajo oculta la apropiación del trabajo no retribuido del obrero.
El Capital y la Dinámica del Sistema Capitalista
En la sociedad capitalista, la mercancía se convierte en un objeto abstracto, un fetiche. El dinero, en particular, domina al ser humano. El capitalista busca multiplicar el dinero, y la plusvalía generada por la fuerza de trabajo se convierte en nuevo capital, iniciando un proceso de acumulación.
El Círculo Vicioso del Capitalismo
Marx describe un «círculo vicioso»:
- La competencia exige precios bajos.
- Los precios bajos requieren mayor rendimiento (más máquinas, mejores talleres).
- Esto implica mayor capital y, por tanto, mayor necesidad de acumulación.
- Crece la masa de obreros desocupados, disminuyendo el consumo.
- Para reactivar el consumo, se crean nuevas industrias o se expanden las existentes.
Este ciclo se interrumpe periódicamente con crisis: almacenes llenos, quiebras, desempleo y revueltas.
La Concentración del Capital y la Lucha de Clases
El proceso de acumulación conduce a la concentración y centralización del capital. El número de capitalistas disminuye, mientras que la masa de trabajadores empobrecidos crece, se organiza y se subleva. El propio desarrollo del capitalismo genera las condiciones para su superación, ya que el monopolio del capital se convierte en un obstáculo para la producción.
La Complejidad del Mercado y las Funciones del Capitalista
El segundo volumen de El Capital describe el funcionamiento del mercado. Los capitalistas, para mitigar los riesgos, crean bancos y adoptan medidas de seguridad. El capitalista, además de industrial, se convierte en comerciante, banquero y terrateniente. Aunque la sociedad de clases ha sido una constante histórica, Marx destaca que en el capitalismo moderno las desigualdades se acentúan.
Breve Biografía de Karl Marx
Karl Heinrich Marx (1818-1883) nació en Tréveris, Prusia. Estudió en Berlín, donde se relacionó con los «Jóvenes Hegelianos». Colaboró con la Rheinische Zeitung, donde su análisis de la realidad social y política lo llevó a criticar la teoría del Estado de Hegel y a desarrollar su propio pensamiento.