La vida: La realidad radical
Para Ortega y Gasset, la vida constituye la realidad radical. No es la única realidad, pero sí aquella a la que cualquier otra hace referencia. Frente al mundo externo, verdadero ser para el pensamiento antiguo y medieval, y la subjetividad o el yo de los modernos, Ortega afirma que el dato radical del Universo es la coexistencia de ambos, y a eso le llamamos vida. El concepto de vida designa una actividad, un acontecimiento: lo que le ocurre a cada cual con sus circunstancias.
Ortega también hace referencia a la vida como lo ‘dado’, en un sentido próximo al de Nietzsche. En este sentido, el concepto de vida se opone al racionalismo antivital heredado de Sócrates. Sin embargo, Ortega no cae en el biologicismo de Nietzsche. Busca un equilibrio: entiende que lo cultural no puede ahogar nuestra espontaneidad biológica, pero tampoco podemos admitir que esta se sitúe por encima de lo cultural. Para Ortega, la vida es el lugar donde se manifiestan el cuerpo, el alma, la mente, la cultura, los valores… Aunque la vida es particular, la vida de cada cual, Ortega detecta algunos rasgos comunes a todo vivir: las categorías del vivir o atributos del vivir.
Características del vivir:
- Vivir es saberse y comprenderse: Los objetos físicos no se sienten ni saben de su ser, no son para sí mismos; nosotros sí.
- La vida es nuestra vida: El loco, por no saberse a sí mismo, está enajenado, alienado, no se pertenece. En cambio, nuestra vida es nuestra e intransferible: nadie puede vivir por mí.
- Vivir es encontrarse en el mundo: El mundo no es algo exterior a nuestra vida, forma parte de ella al igual que el yo. Nos damos cuenta antes de la existencia del mundo que de la nuestra. Vivir es auparse con lo otro, lo cual es evidente en el deseo.
- La vida es fatalidad: Las posibilidades de vida están marcadas por mi circunstancia, y esta no la he elegido yo. Es precisamente este hecho lo que hará posible la libertad: podemos actuar porque no tenemos en nuestra mano un número infinito de posibilidades (esto sería la pura indeterminación), y en un mundo en donde todo fuese posible no cabría decidirse por nada.
- La vida es libertad: La circunstancia nos ofrece un margen de posibilidades. Ortega subraya el carácter dramático del vivir: vivir es como subirse a un escenario a improvisar.
- La vida es futurición: Nuestro ser consiste no en lo que es, sino en lo que va a ser, en lo que debemos hacer. El hombre no tiene naturaleza, sino historia.
El perspectivismo
En Verdad y perspectiva, Ortega explica que en la tradición filosófica se han dado dos interpretaciones opuestas del conocimiento: el objetivismo o dogmatismo y el escepticismo o subjetivismo.
Objetivismo/Dogmatismo vs. Escepticismo/Subjetivismo
El objetivismo o dogmatismo declara que la realidad existe en sí misma y que nos es posible su conocimiento. También defiende la idea de que la verdad solo puede ser una y la misma, con independencia de la cultura y la época a la que pertenezca el individuo que la alcance. Desde esta interpretación de la verdad, todo lo que tenga que ver con la influencia del sujeto individual lleva inevitablemente al error. La verdad solo es posible cuando no está deformada por el sujeto que conoce. Para poder acceder a la verdad, el sujeto del conocimiento deberá carecer de rasgos propios, ser extrahistórico y, en cierto modo, estar más allá de la vida. La mayor parte de los autores han defendido este punto de vista, particularmente Platón.
Frente a esta doctrina tenemos el subjetivismo: es imposible el conocimiento objetivo puesto que los rasgos del sujeto cognoscente, sus peculiaridades, influyen fatalmente en el conocimiento. El subjetivismo es relativismo. Niega la posibilidad de la verdad, del acceso al mundo, y concluye en la idea de que nuestro conocimiento se refiere a la apariencia de las cosas. Los partidarios más importantes del subjetivismo han sido, en la antigüedad, los sofistas y, posteriormente, Nietzsche.
El error de estas teorías
Estas dos doctrinas opuestas tienen algo en común: ambas admiten una tesis errónea: la creencia en la falsedad del punto de vista del individuo. Ortega insiste en el error de este presupuesto: el punto de vista individual es legítimo porque es el único posible. La realidad, si es tal, siempre se muestra de ese modo. La realidad no es una invención, pero tampoco algo independiente de la mirada, pues no se puede eliminar el punto de vista.
El perspectivismo: La propuesta de Ortega
Ortega se enfrenta a las dos interpretaciones tradicionales de la verdad (objetivismo y subjetivismo) y propone como solución su teoría de la perspectiva. Según esta, la realidad es múltiple; no existe un mundo en sí mismo, existen tantos mundos como perspectivas. La verdad es aquella descripción del mundo que sea fiel a la perspectiva. La única perspectiva falsa es la que quiere presentarse como única, la que se declara como no fundándose en punto de vista alguno. Por ello, la pretensión de poseer una verdad absoluta y excluir de esta a otras épocas y otros pueblos es gratuita. Cada perspectiva capta una parte de la realidad, de ahí la importancia de todo hombre y toda cultura; todos ellos son insustituibles, pues cada uno tiene como tarea mostrar…