El Conocimiento Sensible y la Crítica de la Metafísica en Kant

El Conocimiento Sensible

Para el conocimiento sensible se necesitan dos condiciones: espacio y tiempo. Ambas son condiciones universales y necesarias para que pueda darse cualquier tipo de conocimiento sensible. ¿Qué es el espacio y el tiempo? Kant las define como formas a priori de la sensibilidad o intuiciones puras. Desglosemos la definición:

  • Formas. Significa que el espacio y el tiempo no son impresiones que yo recibo, no son datos empíricos, sino la forma, el modo en que yo percibo todas las impresiones. Todo lo que yo percibo me llega a través del espacio y del tiempo.
  • A priori. Son anteriores a toda experiencia; el espacio y el tiempo «son», están en mí. Son como el estuche donde encajan todas las experiencias.
  • De la Sensibilidad. Es decir del conocimiento sensible.

Las llama también intuiciones puras:

  • Intuiciones. No son conceptos elaborados por el entendimiento. V.g. el concepto «hombre» lo elabora la mente y lo aplica a una serie de individuos concretos, espacio y tiempo no son conceptos aplicables a cosas particulares.
  • Puras. Es decir, vacías de contenido empírico: el espacio y el tiempo son una «formas» que están en el sujeto pero no tienen nada dentro hasta que se van llenando de las impresiones que vienen del exterior.

La Dialéctica Trascendental o la Facultad de Razonar

A la filosofía de Kant se la llama idealismo trascendental.

  • Idealismo. Se llama idealismo a la teoría del conocimiento que defiende que no conocemos las cosas en sí, sino que el sujeto construye, al menos en parte, el objeto.
  • Trascendental. El conocimiento es independiente de la experiencia.

Kant extrae las conclusiones de las dos primeras llegando a la respuesta: la imposibilidad de la Metafísica como ciencia.

La metafísica como ciencia es imposible porque las categorías sólo pueden usarse legítimamente en su aplicación a los fenómenos. Las realidades metafísicas: Dios, alma, Mundo escapan a la experiencia fenoménica: no tenemos experiencia de esa realidad. O dicho de otro modo, los juicios sintéticos a priori son imposibles en la Metafísica.

La Analítica Trascendental o el Conocimiento Intelectual

Hasta ahora, los datos que tenemos para conocer nos los ha suministrado el conocimiento sensible. Gracias a la sensibilidad tenemos una colección de datos empíricos, ella los ha recibido. Pero no los hemos entendido, para eso está el entendimiento: para pensar los objetos. Entendimiento y sensibilidad se necesitan mutuamente. Al captar nuestros sentidos unas percepciones decimos: «veo una casa». El concepto de casa me permite comprender esas percepciones. Del mismo modo cuando percibo algunas sensaciones y no las identifico, digo: «veo algo pero no sé lo que es». Me falta un concepto para identificar esas sensaciones. Por tanto nuestro conocimiento incluye:

  1. Conceptos. Tengo que referir los fenómenos obtenidos por la sensibilidad, a un concepto para que haya conocimiento.
  2. Juicios. Expreso el conocimiento mediante un juicio: «esto es una casa». Podemos definir por tanto al entendimiento como la facultad de juzgar.

Conceptos Empíricos

Aquellos que proceden de la experiencia. Son por tanto a posteriori. Ejemplo: casa, perro… Estos conceptos no son los que se pueden aplicar al conocimiento científico que necesita de juicios sintéticos a priori.

Conceptos Puros

Son los que no proceden de la experiencia. Son a priori. Ejemplo: causa, necesidad… Estos conceptos puros los denomina Kant como categorías. El entendimiento aplica espontáneamente estos conceptos puros o categorías a los fenómenos provenientes de la sensibilidad. La función del entendimiento es formular juicios, unificar y coordinar los datos provenientes de la experiencia sensible.

El Contrato Social

Thomas Hobbes

Hobbes es el primer autor moderno que ha formulado una teoría del contrato social aún vigente hoy día para cierta filosofía política. Hobbes centra su reflexión en la cuestión de cómo el nacimiento del Estado puede derivarse de la naturaleza del hombre. El punto de partida de Hobbes es la naturaleza humana, en la que descubre la existencia de un ius y una lex, que describe únicamente las aspiraciones y deseos de los individuos concretos en un determinado momento. En otras palabras, el estado de naturaleza se caracteriza por la inseguridad y la violencia puesto que si todos los individuos pueden aspirar a todo, entonces es muy posible que exista una colisión de derechos; Hobbes no solo lo considera posible, sino que parece inevitable una colisión de derechos en la medida que estos se basan en apetencias similares de los individuos.

Montesquieu

Montesquieu formulará de modo más preciso la teoría de los tres poderes del estado y de sus correspondientes funciones. Distingue el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial, que a su vez deben estar equilibrados entre sí, con el objetivo de poner límites a cualquier intento absolutista. En su teoría ya no está en primer plano la cuestión de una deducción lógica del estado a partir de la naturaleza del hombre – cuestión vital en Hobbes-, sino la pregunta por los límites y funciones del poder público. La obra fundamental de Montesquieu es El espíritu de las leyes y en ella, prácticamente, aborda el conjunto de las cuestiones morales, religiosas, sociales y políticas. Todas las cosas de la naturaleza se encuentran sometidas a leyes naturales.

Jean-Jacques Rousseau

Rousseau partió de la hipótesis de que al inicio, los seres humanos primitivos en naturaleza, libres e iguales, regidos por sus sentimientos y en perfecta armonía entre sí y con su hábitat natural. A partir de dicho estado se desarrolló la propiedad privada, las artes, el lenguaje intencional, el derecho…, que dieron lugar al surgimiento de la sociedad. Pero con el surgimiento de todos aquellas actividades y el establecimiento de la sociedad desapareció la bondad natural de los seres humanos y éstos se hicieron malos: la sociedad corrompe a los hombres. Rousseau se ve obligado a condenar el orden social en el cual no existe ya la primitiva libertad del hombre. Por tanto para que el orden social sea legítimo y justificado, tendrá que fundarse en el acuerdo o la convención.

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