Los Juicios Sintéticos a Priori en la Filosofía de Kant
En La Crítica de la razón pura, Kant somete a crítica a la razón valiéndose de la razón misma, en una situación de examen previo a toda experiencia (razón pura). Tomando como ejemplo la denominada «revolución copernicana», sugiere que los problemas tradicionales de la filosofía se resuelven mejor adoptando, como hipótesis, el punto de vista de que el conocimiento no se rige por el objeto, sino este por el conocimiento, ya que, aun admitiendo que todo conocimiento comienza con la experiencia, no todo proviene de ella.
Por consiguiente, solo se conoce cuando resulta posible imponer al objeto aquellos elementos a priori, propios del sujeto, que posibilitan un conocimiento universal y necesario. Toda la Crítica consiste en el análisis de estos elementos a priori, llamados elementos o condiciones trascendentales del conocimiento, a partir de los cuales resulta posible construir juicios sintéticos a priori, tanto en lo referente a la sensibilidad como en lo tocante al entendimiento.
El Proyecto Kantiano: Crítica de la Razón y Límites del Conocimiento
El reconocimiento de los límites no es para Kant la renuncia a fundamentar la validez del conocimiento y de las manifestaciones del hombre, sino más bien la necesidad de establecer el valor del mismo. Los análisis de los empiristas ingleses pusieron ante los ojos de Kant que la metafísica era una ciencia limitativa y negativa, y le llevaron a cimentar una metafísica entendida como crítica de la razón: el valor del conocimiento humano se funda en sus mismos límites.
La ciencia es un modo de conocimiento racional, es decir, un conocimiento producido por la razón. Preguntarse por la ciencia es preguntarse por la razón.
La filosofía kantiana está a mitad de camino entre el racionalismo y el empirismo; es, de hecho, una reacción contra los excesos de uno y otro; más bien, lo que hay que hacer es llevar al terreno de la reflexión y convertir en problema a la razón misma.
Tipos de Juicios según Kant
Kant, en cualquier caso, habla de juicios, y dentro de los juicios establece las siguientes distinciones:
Clasificación por Relación Sujeto-Predicado
- Los juicios se pueden dividir, por un lado, en analíticos y sintéticos.
Es decir, los juicios analíticos aclaran el sentido de los términos, pero no dan ninguna otra información; por el contrario, los juicios sintéticos aportan información.
Clasificación por Origen
- Los juicios se pueden dividir, por otro lado, en a priori y a posteriori.
Un juicio a priori es independiente de la experiencia, mientras que un juicio a posteriori es aquel que depende de la experiencia. Un ejemplo del primer tipo sería: “un triángulo euclidiano equiángulo necesariamente ha de ser equilátero”, y un ejemplo del segundo tipo sería: “todo cuerpo desprovisto de soporte cae”.
Combinación de Clasificaciones
Si mezclamos ambas clasificaciones tenemos los siguientes tipos de juicios:
- Sintéticos a posteriori: dependen de la experiencia y amplían nuestro conocimiento.
- Sintéticos a priori: no dependen de la experiencia pero amplían nuestro conocimiento. (Ejemplo: “La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”)
- Analíticos a priori: no dependen de la experiencia ni amplían nuestro conocimiento. (Ejemplo: “No puede ser que llueva y no llueva a la vez”)
- Analíticos a posteriori: dependen de la experiencia y no amplían nuestro conocimiento. Son, obviamente, imposibles, pues ningún juicio analítico puede depender de una experiencia previa.
La Ciencia y los Juicios Sintéticos a Priori
Kant critica a la metafísica anterior el no haber ofrecido más que juicios analíticos. Tales proposiciones son necesarias y universales, pero no amplían de ningún modo nuestros conocimientos, cosa que sí hace, por otra parte, la ciencia. Por tanto, la ciencia, en cuanto es capaz de ampliar nuestros conocimientos, no consta de juicios analíticos.
Los juicios sintéticos a posteriori son juicios que tienen su base única y exclusivamente en la experiencia. Ahora bien, tomando como base la experiencia, ya lo dejó claro Hume, jamás podremos construir leyes universales y, sin embargo, la ciencia consta de proposiciones universales.
Por tanto, los juicios que componen la ciencia son juicios sintéticos a priori.
Sintéticos porque amplían nuestro conocimiento; a priori porque son independientes de la experiencia y solo así podemos construir proposiciones universales.
¿Qué es la Ciencia para Kant?
La ciencia es un conglomerado de juicios sintéticos a priori.
Esta respuesta es una síntesis de empirismo y racionalismo. Del empirismo toma la idea de que la ciencia trata del mundo de la experiencia, de algo que está más allá de los conceptos. Kant acepta, por tanto, el lema empirista de que “todo conocimiento comienza con la experiencia”.
Ahora bien, ¿basta con quedarnos en la experiencia? La respuesta es que no, porque en la experiencia no hay necesidad; sin embargo, esta necesidad sí que existe en la naturaleza y es reflejada por las ciencias naturales.
Todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo él procede de la experiencia.
En efecto, todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia porque, sin ella, no puede despertarse la facultad de conocer; ahora bien, la experiencia solo nos muestra un caos de sensaciones que en sí mismas, aisladas, no tienen ningún sentido. Es la mente la encargada de dotar de sentido a estas sensaciones, aportando unos principios generales a los que estas sensaciones aisladas han de someterse; estos principios generales son los elementos a priori del conocimiento.