Contexto histórico, cultural y filosófico de Nietzsche
Contexto histórico
La vida de Nietzsche abarca la segunda mitad del siglo XIX (1844-1900), un período convulso y agitado en el que se entrecruzan diversos movimientos de transformación política, social y económica. Entre ellos destacan:
- El proceso de industrialización.
- La aparición de un nuevo tipo de capitalismo.
- La corriente nacionalista y liberal.
- Los movimientos obreros.
El siglo XIX también fue un siglo de enfrentamientos entre tendencias opuestas como el liberalismo, el tradicionalismo, el socialismo y el anarquismo. Estos enfrentamientos dieron lugar a luchas nacionales, guerras territoriales y revoluciones sociales. En definitiva, se trata de una época en la que los viejos ideales de la Ilustración empiezan a «derrumbarse», siendo Nietzsche uno de sus mayores críticos.
Nietzsche se mostró siempre crítico con el nacionalismo e imperialismo alemán. Criticó la realidad misma del Estado, argumentando que es un instrumento creado por los «débiles» para protegerse y vengarse de los «fuertes».
Paralelamente, se introdujo en Alemania la democracia, sistema que Nietzsche consideraba decadente porque favorece el ascenso de los mediocres y los hombres de partido, e impide el desarrollo de espíritus fuertes y libres. Un juicio igual de negativo merecían, para Nietzsche, los partidos políticos y los procesos electorales.
Si hubiera que buscar un portavoz del fin de siglo, sin duda sería Nietzsche. Desde el mundo de la cultura existía una aparente ruptura con el orden establecido. La música, la pintura y la poesía jugaban a provocar a una burguesía decadente y aburrida. Pero este juego se realizaba desde la reivindicación de un talante elitista y diletante, actitud que simboliza la figura del bohemio. El bohemio renuncia a vivir de acuerdo con los valores dominantes y busca constantemente experiencias nuevas que le hagan sentirse vivo y diferente al resto de los hombres, siempre con el afán de provocar, de que su propia vida sea una obra de arte, tal y como defendía Oscar Wilde en medio del puritanismo de la Inglaterra victoriana.
Por otra parte, en el último cuarto del siglo XIX se consolidó la segunda Revolución Industrial en Alemania, gracias al aumento demográfico y a los avances científicos y técnicos. Todo ello, unido a una mejora de las comunicaciones, terminó por situar a Alemania como la primera potencia económica del momento.
La cara negativa de este proceso la representaban las pésimas condiciones laborales del proletariado de la época. Su situación estimuló la aparición del movimiento obrero.
Contexto cultural
Culturalmente, el siglo XIX destaca por sus innovaciones en todos los ámbitos. La ciencia aportó descubrimientos fundamentales, como la vacuna de Pasteur, la teoría de la evolución de Darwin, las leyes de la genética de Mendel y el nacimiento de la psicología como ciencia con Wundt. La técnica también alcanzó grandes logros con inventos como el telégrafo (Marconi), el automóvil y la lámpara eléctrica (Edison). A este respecto, Nietzsche también dedicó parte de su crítica a los científicos, a los que consideraba «siervos del poder».
En música destacaron grandes figuras como Wagner (con quien Nietzsche tuvo encuentros y desencuentros). En pintura surgieron el realismo, el naturalismo, el impresionismo (Van Gogh, Sorolla, Manet…) y el expresionismo. En literatura encontramos diversos movimientos: romanticismo, realismo, naturalismo…
Contexto filosófico
En cuanto al contexto filosófico, el siglo XIX está marcado por la aparición de múltiples corrientes de pensamiento opuestas entre sí. La Ilustración alemana (siglo XVIII), y en especial su gran pensador Kant, dio paso al romanticismo y al idealismo de Fichte, Schelling y Hegel. A la muerte de Hegel se produjo un giro del idealismo hacia el materialismo con la izquierda hegeliana. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, nos encontramos con diversas corrientes que comparten el escenario con Nietzsche:
- El positivismo de A. Comte, que subraya el papel sociológico de la filosofía.
- El socialismo científico de Marx y Engels.
- El historicismo de Dilthey.
- El vitalismo (corriente en la que se enmarca Nietzsche y que tiene su inspirador en Schopenhauer).
Quienes terminarían por socavar los pilares del pensamiento occidental serían los «maestros de la sospecha»: Freud, Marx y Nietzsche.
Fuentes del pensamiento de Nietzsche
El pensamiento de Nietzsche se nutre de varias fuentes:
- En primer lugar, la filosofía griega, de la cual hizo una reinterpretación peculiar, al rechazar la época clásica en aras de la época arcaica, en la que la tensión dialéctica entre lo «apolíneo» y lo «dionisíaco» era un fiel reflejo del carácter contradictorio de la vida.
- En segundo lugar, el pensamiento de Schopenhauer. Nietzsche le da la vuelta al pesimismo de Schopenhauer para pasar a una consideración más optimista y vital, como se refleja en su concepción de la «voluntad de poder».
- En último lugar, recibe cierta influencia del pensamiento evolucionista de Darwin, en especial de sus nociones de «lucha por la vida» y «selección natural».