Contexto Histórico y Filosófico
Siglo XVII: Crisis y Transformación
El siglo XVII, época de Descartes, se caracterizó por una profunda crisis social y un cambio de paradigma en el pensamiento. La alta mortalidad, las guerras y las epidemias provocaron un descenso poblacional. La sociedad se dividía en privilegiados (nobleza, clero y rey) y no privilegiados (campesinos y burguesía). El absolutismo monárquico concentraba el poder en el rey. Los conflictos religiosos entre protestantes y contrarreformistas, así como la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), marcaron el panorama europeo. La Paz de Westfalia y la de los Pirineos pusieron fin a este periodo de conflicto.
Cultura y Arte Barroco
La cultura y el arte del siglo XVII buscaron la expresión del movimiento y la exaltación de los sentimientos. La arquitectura y la escultura se caracterizaron por el dinamismo de las formas, con columnas elípticas, cúpulas y juegos de luces y sombras. Bernini, con su escultura de San Pedro, ejemplifica esta tendencia. La pintura, con artistas como Miguel Ángel y Andrea Pozzo, también buscó el movimiento y el realismo a través del uso del claroscuro y la asimetría. En literatura, destacó la figura del antihéroe y la exploración de conflictos entre la razón y el sueño. Dos corrientes literarias principales fueron el conceptismo y el culteranismo, con figuras como Shakespeare (Hamlet) y Calderón de la Barca (La vida es sueño).
Revolución Científica y Filosófica
Descartes se formó en el colegio jesuita de La Flèche, donde recibió una educación escolástica. Su época presenció una fuerte oposición a la filosofía aristotélica. Giordano Bruno propuso un universo infinito donde todo tiene alma y esa alma es Dios. Copérnico estableció el heliocentrismo, Kepler lo apoyó con teorías matemáticas, y Galileo presentó argumentos a favor y en contra del geocentrismo, enfrentándose a la Iglesia. El empirismo surgió como una corriente que defendía la razón como facultad natural que necesita de la experiencia sensible, negando las ideas innatas. La Ilustración recogería este planteamiento.
El Discurso del Método
Descartes y la Búsqueda de la Certeza
Descartes, desencantado por las falsedades e incertidumbres en las diferentes ramas del saber, encontró en las matemáticas un modelo de conocimiento fundado y metódico. Para él, el saber es único, aunque las ciencias sean distintas, ya que emanan de una razón única. Descartes propuso dos tipos de conocimientos válidos:
- Intuición: comprensión clara y distinta de naturalezas simples, innatas a la razón.
- Deducción: razonamiento lógico a partir de las naturalezas simples intuidas.
Descartes estableció cuatro reglas para el método:
- Evidencia: aceptar solo aquello que se conoce con claridad y distinción.
- Análisis: dividir el problema en partes más pequeñas.
- Síntesis: ir de lo simple a lo complejo.
- Comprobación: revisar el proceso para no omitir nada.
La Duda Metódica
Para establecer una filosofía rigurosa, Descartes aplicó la duda metódica, cuestionando todo aquello que pudiera ser dudoso. Sus dudas se centraron en:
- Los sentidos: pueden ser engañosos.
- El mundo exterior: su existencia no es indudable.
- El razonamiento: podemos cometer errores, incluso en razonamientos simples.
- La hipótesis del genio maligno: una entidad que nos induce al error.
El Cogito Ergo Sum
A través de la duda metódica, Descartes llegó a la verdad fundamental: cogito ergo sum (pienso, luego existo). El yo existe como una sustancia pensante.
El Criterio de Verdad
Para Descartes, la verdad del cogito reside en su evidencia, basada en la claridad y distinción de la idea. Una idea es verdadera cuando se presenta al espíritu con claridad y distinción.