1. Contexto histórico-cultural y filosófico de Platón
El texto que comentamos pertenece a República, la obra más importante de Platón, filósofo griego (Atenas) que vivió entre el 427 y el 347 a. C.
1.1 Contexto histórico-cultural
Atenas vivía una época dorada, especialmente con Pericles. La democracia alcanzaba su máximo apogeo, los ciudadanos intervenían en los asuntos públicos y ocupaban cargos políticos, aunque los esclavos, las mujeres y los metecos estaban excluidos. La guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) entre Atenas y Esparta abrió una etapa de inestabilidad política y crisis. La derrota de Atenas condujo a la Tiranía de los Treinta, apoyada por Esparta, que acabó con la democracia y desembocó en una guerra civil que restauraría la democracia en el 403 a. C. (Trasíbulo). En el 399 a. C., un jurado popular condenó a muerte a Sócrates. Platón rechazó la tiranía por su sectarismo y violencia, y también la democracia por considerarla demagógica, dedicando parte de su obra a la búsqueda de un Estado justo, priorizando la educación de los gobernantes en el Bien como camino hacia esa justicia.
En el ámbito cultural, destacamos a los poetas trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, el comediante Aristófanes, el historiador Jenofonte; Fidias, que participó en la construcción de la Acrópolis y el Partenón. En escultura, destacan Policleto, Praxíteles y Lisipo.
1.2 Contexto filosófico
Platón realizó viajes por Egipto, Cirene, Megara e Italia, entrando en contacto con distintas escuelas filosóficas. En el año 387 a. C. fundó en Atenas la Academia, con la intención de formar a los futuros sabios-gobernantes. A ella llegó Aristóteles en el 367 a. C.
En el siglo V a. C. se produjo el giro antropológico de la filosofía, pasando las cuestiones sociales, morales y políticas a un primer plano, en relación con la democracia. Platón mantuvo una polémica con la filosofía sofista, que había extendido el escepticismo, el relativismo y unas enseñanzas basadas en la retórica como medio de persuasión en el Consejo, la Asamblea o los Tribunales. Platón, siguiendo a Sócrates, buscó un saber universal al servicio de la polis, criticando la concepción sofista de la educación y la democracia ateniense, a la que consideraba demagógica.
Los problemas que la filosofía abordaba en esa época eran diversos:
- El ser y el devenir, donde Platón intentó superar la contraposición entre Parménides (el ser inmóvil) y Heráclito (continuo devenir) mediante la teoría de las Ideas.
- El problema del conocimiento, donde Platón rechazó el relativismo y escepticismo de los sofistas, defendiendo que es posible un conocimiento verdadero mediante las ideas únicas y universales, tomando de Parménides la distinción entre verdad y opinión.
- El problema de la moral y la justicia en la polis, donde Platón propuso en República el gobierno de los sabios (aristocracia intelectual) porque conocen el bien y la justicia.
Otras influencias en Platón proceden de los pitagóricos (alma), de Anaxágoras (inteligencia creadora), de los atomistas (materia caótica), aunque la mayor influencia procede de Sócrates: el diálogo o dialéctica, el conceptualismo, el intelectualismo moral, etc.
Entre sus obras, destacamos la Apología de Sócrates y Protágoras de su juventud; Gorgias y República de su época de madurez; y Timeo y Las Leyes, de su época de vejez. Sus obras están escritas en forma de diálogo donde rivalizan Sócrates (el sabio) y algunos sofistas (falsos sabios), y mediante la mayéutica y la dialéctica se descubre la verdad. A veces, Platón utiliza el mito y la alegoría para ilustrar sus teorías.
Platón tiene una enorme influencia en toda la cultura occidental, en el cristianismo, en la filosofía racionalista idealista, en las utopías renacentistas, etc.
2. La teoría de las Ideas de Platón
2.1 Dualismo ontológico
Platón concibe la realidad en dos ámbitos:
- Mundo sensible: realidad captada por los sentidos, a él pertenecen las cosas materiales, múltiples y cambiantes, y sus sombras. No es la verdadera realidad, sino su apariencia.
- Mundo inteligible: realidad captada por la razón, es el mundo de las ideas, únicas, perfectas, universales, eternas, inmutables e inmateriales. Es la verdadera realidad y el principio de toda realidad.
Este mundo inteligible es la causa y el modelo a partir del cual surge el mundo sensible, creado por la actuación de un Demiurgo desde la materia caótica y las ideas. Las ideas otorgan a las cosas su esencia y también representan el concepto universal, aunque no son sólo objetos del pensamiento, sino que tienen una realidad trascendente en el mundo inteligible. Las ideas aparecen en un sistema jerárquico: realidades corpóreas, entes y conceptos matemáticos, valores morales y estéticos; y en la cúspide aparece la idea del Bien (bondad, perfección), que es la idea suprema que otorga realidad y esencia a todas las ideas y a todas las cosas.
Platón ilustra su teoría de las ideas mediante el mito de la caverna, una metáfora sobre la educación y el conocimiento del Bien: el mundo sensible es el interior de la caverna y el mundo inteligible es el exterior; el sol representa la idea del Bien.
2.2 Dualismo epistemológico
Hay distintos modos de conocimiento:
- Conocimiento sensible u opinión (doxa): Es el conocimiento del mundo sensible, se lleva a cabo por los sentidos y no constituye un verdadero conocimiento, sino impreciso y cambiante. Dentro de él se distingue entre conjetura (eikasia), que es el conocimiento de sombras e imágenes sensibles de las cosas producido por la imaginación y los sentidos.
- Conocimiento intelectual, inteligible o ciencia (episteme): Tiene por objeto el conocimiento de lo pensable, las ideas, dando lugar a un conocimiento verdadero e inmutable; se lleva a cabo por la razón y el entendimiento. Dentro de éste distinguimos entre pensamiento discursivo (dianoia), que es el conocimiento de los entes matemáticos y que parte de suposiciones que se apoyan en elementos materiales a los que toma como modelos, e inteligencia (noesis, razón intuitiva), que es el conocimiento de lo ideal en sí, es decir, de las ideas, culminando con el conocimiento del Bien, llevada a cabo por la facultad dialéctica (fuera de la caverna cuando sale el sol y contempla la verdad).
Como la razón humana (alma) procede del mundo inteligible, conoce las ideas. El ser humano que vive en el mundo sensible conoce las ideas porque su razón las recuerda (reminiscencia o anamnesis) cuando observa las cosas que son sus copias; ascendiendo desde el conocimiento de las realidades sensibles hasta el conocimiento de las ideas y del Bien (síntesis). El descenso desde las ideas universales hasta lo sensible es el análisis. El motor de esta dialéctica es el amor o deseo del alma de alcanzar el Bien, de contemplar las Ideas (la verdad), de recuperar su estado originario tras la muerte. Este proceso de conocimiento del Bien que lleva a la sabiduría exige preparación y esfuerzo a través de un proceso de educación. Conocimiento y educación tienen una intencionalidad ética, pues conocer el Bien significa hacer el bien; y una intencionalidad política, pues el Bien debe guiar la vida de la polis. Platón se muestra contrario a la democracia ateniense por considerarla demagogia. En República presenta su ideal político, que es el gobierno de los sabios en una sociedad estructurada en tres clases sociales: productores, guerreros y gobernantes. La justicia social está en que cada individuo y cada grupo social cumplan con las tareas que les son propias.
3. Crítica de Aristóteles a la teoría de las Ideas
Aristóteles, filósofo griego del siglo IV a. C. y discípulo de Platón, mantiene una posición crítica sobre la teoría de las Ideas por considerar que Platón complica las cosas al escindir la realidad en dos mundos, pues ahora, en vez de un problema, tiene dos. Aristóteles, desde una formación más empírica que Platón, piensa que las ideas, como esencia de las cosas, no pueden estar fuera de ellas (trascendentes), sino en ellas (inmanentes), en las cosas particulares y concretas que son las que existen en la naturaleza, en la sustancia, donde convergen los dos mundos de Platón.
Para Aristóteles, la sustancia es un compuesto de materia y forma: la materia es el sustrato donde se realiza la forma y lo que permanece en los cambios (lo sensible de Platón), es el ser en potencia; y la forma es el principio que determina lo que un ser es, su esencia (la idea de Platón), es el ser en acto.
Para Platón, el cambio formaba parte del mundo aparente, copia del mundo ideal, lo que es contradictorio para Aristóteles, que considera que el cambio forma parte de la única realidad existente, la sustancia, no siendo el cambio otra cosa que la actualización de una potencia, el paso de una forma de ser a otra forma de ser. Aristóteles distingue entre cambio sustancial, que se produce cuando hay modificación en la forma sustancial (esencia), apareciendo otra forma de ser; y cambio accidental, que se produce cuando hay modificaciones en aspectos no esenciales del ser y que tienen que ver con la cualidad, la cantidad, etc.
En cuanto al conocimiento, también hay diferencias entre Platón y Aristóteles, pues si Platón mantiene una postura racionalista donde la razón es el fundamento u origen del conocimiento, Aristóteles mantiene una postura más cercana al empirismo, pues no acepta la existencia de ideas innatas de la razón y considera que el conocimiento es un proceso inductivo que comienza con la información sensorial sobre las cosas de la realidad y que lleva a la construcción de conceptos universales e ideas mediante las facultades intelectuales cognitivas como la abstracción y el entendimiento, que son capaces de captar la esencia de las cosas, que es inmanente a ellas. Después del conocimiento inductivo, Aristóteles también nos habla de un conocimiento mediante el razonamiento lógico.
En lo que sí hay semejanzas entre estos autores es en que el conocimiento racional es más fiable que el conocimiento sensorial o inductivo.
4. Actualidad de Platón
Con respecto a la actualidad de Platón, hay algunos temas como la educación que siguen vigentes, o como las verdades únicas, absolutas y universales, que han sido superadas. En la educación, según Platón, había una educación igual para hombres y mujeres, y cada uno iba desarrollando sus capacidades para formarse concretamente en una especialidad. Hoy en día ocurre lo mismo: tenemos una educación obligatoria para todos, después decidimos qué queremos hacer teniendo en cuenta nuestras capacidades, gustos, etc., y nos formamos y realizamos una función en la sociedad. Esta persona deberá desarrollar la función pensando en el bien y lo más justo para todos, y no dejándose llevar por sus intereses, según Platón, para llegar a una sociedad justa. Pero hoy en día muy pocas personas son honestas en su trabajo.
Después está la teoría de las verdades únicas, absolutas y universales, que no sigue vigente en la actualidad; predomina un relativismo, el cual era defendido por muchos sofistas y generó enfrentamientos con la teoría de Platón. En la actualidad, debido a este relativismo, hay muchos puntos de vista sobre algún tema y todo depende de la cultura, la clase social, la educación, etc., para defender o estar en contra de un tema.