El Empirismo y la Crítica de la Metafísica de Hume

El Empirismo: Fundamentos y Contrastes con el Racionalismo

El término empirismo alude al intento de basar tanto la filosofía como la ciencia en la experiencia. Se contrapone al racionalismo continental, aunque sería engañoso afirmar una completa disociación entre ambos. La historia nos muestra que grandes autores del empirismo inglés se formaron leyendo a autores racionalistas. El núcleo central de ambas corrientes son las ideas; para los racionalistas son innatas, mientras que para los empiristas son adquiridas.

La diferencia fundamental radica en el papel primordial que se le concede a la experiencia. Para los empiristas, la experiencia es el certificado de validez de todo contenido del conocimiento. Los métodos de análisis empíricos e inductivos desplazan a los deductivos, propios del racionalismo.

Esta comparación nos permite delimitar los presupuestos del empirismo:

  1. La experiencia como único origen del conocimiento: Esta afirmación pierde solidez al plantearse que los conceptos del conocimiento se combinan con la conciencia al llegar a ella.
  2. El sujeto no aporta nada al origen del conocimiento: Esta tesis se debilita al afirmarse las combinaciones que el sujeto realiza de esos contenidos.
  3. La inmediatez del conocimiento solo pertenece a las ideas: La creencia de que las cosas existen realmente se sustituye por la afirmación de que solo es evidente que existe una idea en nosotros de las cosas.

La física, en especial la newtoniana, impulsó y sirvió de inspiración a la filosofía empirista. Hume, por ejemplo, intentó aplicar la teoría newtoniana de la atracción a los fenómenos de la conciencia. El empirismo, al centrarse en lo individual como objeto de la experiencia, pone en tela de juicio la metafísica.

La Crítica de la Causalidad de Hume

En su obra más famosa, el Tratado de la Naturaleza Humana, Hume expone su teoría del conocimiento y asesta un golpe definitivo a la metafísica. Los tres pilares de su sistema son:

  1. La radicalización de la experiencia pura, bruta.
  2. Si solo conocemos a través de los sentidos, solo podemos aprender lo que se percibe por ellos, es decir, el fenómeno. Por lo tanto, todo es fenoménico.
  3. La metafísica, que va más allá de los fenómenos, queda destruida y considerada un artificio humano.

Para Hume, la filosofía despierta la realidad de los fenómenos. Este fenomenismo lo lleva a un escepticismo respecto a lo cognoscible por los sentidos. Hume se centra en la percepción psicológica, configurando una filosofía antimetafísica.

La Generación de las Ideas

Hume no solo explica el origen de las ideas, sino también su génesis. Afirma que todos nuestros conocimientos proceden de la experiencia sensible y que existen dos tipos de percepciones: impresiones e ideas, diferenciadas por el grado de intensidad con que se perciben. Estas percepciones pueden ser:

  1. Simples: No se pueden descomponer.
  2. Compuestas: Se pueden descomponer en simples.

Surge aquí el asociacionismo, que postula que la unión de ideas se produce según lo sugieren las propias impresiones, y es la mente la que copia dicha unión mediante las leyes de asociación de semejanza, continuidad y causalidad.

El conocimiento científico se basa en las ideas generales del conocimiento científico experimental. Hume lo justifica desde el empirismo basándose en la abstracción.

Tras exponer su teoría del conocimiento, Hume presenta su teoría de la realidad o negación metafísica. Si solo podemos conocer lo que es objeto de nuestra experiencia, el estudio del ser de la metafísica no puede ser conocido. Hume critica la noción de sustancia y de causalidad de Aristóteles, argumentando que no son captadas por la intuición simple. El origen de la causalidad reside en una asociación de fenómenos, producida por la habituación. No podemos afirmar el principio de causalidad como un verdadero conocimiento, sino como una creencia.

Hume argumenta que la sustancia, definida como aquello que es en sí y no necesita de otro para existir, sería la causa y fundamento de los accidentes. Pero si es causa, es incognoscible e innecesaria. La sustancia se nos presenta como idea de causalidad.

Para Hume, todos los conocimientos y contenidos de nuestra vida psíquica forman el yo, y no hay nada por debajo que sea soporte sustancial. Con esto, Hume deconstruye la metafísica.

Sentimiento Moral y Simpatía

Desde un enfoque psicologista, Hume argumenta que no solo somos seres que conocen, sino que también tenemos una inclinación natural que nos acerca a las cosas, las personas y Dios. Esta inclinación nos hace preferir unas cosas a otras y es la base de la sociedad.

La ética de Hume se basa en la relación de simpatía entre el yo y los demás seres, incluyendo a Dios. La moral es una cuestión de sentimiento. Hume se ocupa de los juicios morales, cuyo fundamento no es la razón, ya que el conocimiento se basa en relaciones entre ideas. Son los sentimientos los que aprueban o recriminan un comportamiento. Que algo sea bueno o malo no se puede afirmar mediante la razón.

La teoría moral de Hume es utilitarista y se aproxima al hedonismo. Se trata de una ética fenomenista, psicologista y subjetivista.

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