El Estado Justo de Platón: Contexto Histórico y Filosófico

¿Por qué un pensador dedica su obra más extensa a reflexionar sobre cómo debe organizarse un Estado, cómo debe ser la educación, cómo deben elegirse y comportarse sus ejércitos y gobernantes, y cómo deben vivir sus ciudadanos?

En definitiva, ¿por qué Platón reflexiona sobre cómo conseguir un Estado justo? El contexto nos ayudará a entender por qué esos son los principales intereses no solo de La República, sino también del conjunto de su pensamiento.

Contexto histórico-cultural

Platón nace en el 427 a.C., en medio de una confrontación entre Atenas y Esparta y sus aliados: la Guerra del Peloponeso. La derrota ateniense acentúa la crisis iniciada en la guerra. Aprovechando la derrota, los aristócratas instauran la Tiranía de los Treinta, encabezada por familiares de Platón. Es un gobierno que acaba con los derechos democráticos y desemboca en una guerra civil. Reinstaurada la democracia, un jurado popular condena a muerte a Sócrates.

Durante la primera mitad del siglo IV a.C., el marco político sigue inestable. Los conflictos perduran hasta que Filipo II de Macedonia acaba con la autonomía política de los Estados griegos.

Debido a la decadencia económica provocada por la guerra, ya no se acometen proyectos arquitectónicos semejantes a los del siglo V a.C. En literatura solo destacan las comedias de Aristófanes y la obra historiográfica de Jenofonte. Pero la crisis no es completa: Praxíteles, Escopa y Lisipo introducen en la escultura el ‘estilo bello’ que rompe con los modelos clásicos. La retórica y la oratoria conocen con Isócrates y Demóstenes su máximo esplendor.

Ante esta situación, Platón se pregunta por qué los gobernantes conducen a los Estados al enfrentamiento, por qué ni el sistema democrático ni la tiranía habían mejorado a los ciudadanos, por qué el jurado no fue capaz de ver que tenía frente a sí al hombre más justo y lo condenaron a muerte… Platón responde: los ciudadanos no saben qué es la justicia y sus gobernantes tampoco. Por eso, nuestro autor concluye que la política no es el modo de superar la crisis, sino la educación de los gobernantes para que sean capaces de organizar un Estado justo.

Platón intenta poner en práctica su proyecto mediante la educación del que sería el futuro rey de Siracusa, Dionisio II, pero la corte, que veía en sus ideas una amenaza para el régimen, acabará con sus planes.

Contexto filosófico

Su fracaso en Siracusa le lleva a fundar en Atenas un centro para educar a ciudadanos y gobernantes, la Academia. La democracia permitía que los ciudadanos accedieran por sorteo a cargos públicos y que los políticos influyeran en el Estado convenciendo a la Asamblea de que votara sus propuestas. Este nuevo sistema había convertido a los sofistas en educadores de quienes querían ascender políticamente. Por tanto, la educación tenía una finalidad práctica inmediata y consistía en enseñar retórica (el uso del lenguaje como medio de persuasión).

Sin embargo, Platón entiende la educación de modo distinto, por eso su filosofía critica la corrupción que, a su juicio, suponían tanto la concepción sofista de la educación como la democracia ateniense. Para acometer el enfrentamiento, Platón combatirá el fenomenismo, subjetivismo y relativismo de estos maestros de la retórica.

Los argumentos platónicos contra los sofistas se nutren de ideas que asumió de Sócrates y de algunos presocráticos.

Platón continúa la crítica al pensamiento sofista y al mecanicismo iniciado por su maestro, que propuso el concepto y el razonamiento inductivo para superar el relativismo y el subjetivismo. Platón irá más allá y afirmará la existencia de las Ideas. También asumirá el intelectualismo moral socrático (nadie obra mal sabiendas).

La segunda fuente que alimenta la propuesta platónica es la presocrática. En primer lugar, de la escuela pitagórica incorporará la importancia de las matemáticas, su dualismo antropológico, la identificación del ser humano con su alma racional y la reencarnación.

En segundo lugar, las Ideas de Platón tendrán las principales características que Parménides atribuyó al ser: ingénitas, imperecederas e inmutables, pero nuestro autor defenderá la multiplicidad de las Ideas. También asume su dualismo epistemológico así como que lo sensible es el terreno de la opinión y del ser no verdadero. En tercer lugar, Platón recibe de Heráclito la visión del mundo sensible como un mundo en perpetuo fluir (panta rei).

Finalmente, el ateniense criticará el mecanicismo atomista y defenderá una explicación teleológica cercana a Anaxágoras.

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