El Diagnóstico de una Época: El Hombre Alienado
Marx critica la pasividad de Hegel y su idealismo complaciente, insensible al hombre real. La sociedad burguesa capitalista aliena al trabajador, cosificándolo al tratarlo como un objeto más. Marx propone la acción revolucionaria para acabar con la alienación del ser humano. Esta alienación es resultado de la confluencia de:
- Una filosofía cómplice con la injusticia: alienación filosófica.
- Una metafísica religiosa al servicio del poder: alienación religiosa.
- Una instrumentalización interesada de las leyes y la política: alienación jurídico-política.
- Un sistema económico que sanciona la desigualdad humana: alienación socio-económica.
La más importante es la socio-económica, donde el trabajador asalariado pierde su esencia humana porque:
- Su actividad es considerada propiedad del capitalista.
- Lo que produce lo empobrece, mientras enriquece al empresario.
- Su trabajo deja de ser creativo para ser deshumanizador y esclavizante.
Formaciones Económico-Sociales
Marx denomina «formación económico-social» a cada sociedad concreta en un momento determinado de su desarrollo histórico.
Composición de la Sociedad
Se compone de dos elementos:
- La estructura económica: Es la síntesis de la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas son los elementos humanos que intervienen en la producción, siendo el trabajador el más importante. Las relaciones de producción son las condiciones económicas que establecen los hombres en el proceso productivo, variando según la época.
- La superestructura ideológica: Comprende los elementos no económicos que se dan en cualquier formación social. Toda la superestructura conforma la «conciencia social».
Dinamismo de la Sociedad
Las relaciones de producción tienden a ser estáticas, mientras que las fuerzas productivas son dinámicas. Esto lleva a que las relaciones de producción se conviertan en obstáculos, explicando el cambio social. Cuando esto ocurre, es necesaria una revolución social.
La Dialéctica de la Historia: Las Clases Sociales
Marx concibe la historia como un escenario dinámico donde la realidad se desarrolla de forma dialéctica. Aplicando este análisis materialista y dialéctico, constató cuatro etapas de desarrollo en la formación económica de la sociedad. El análisis dialéctico se centra en dos clases sociales con intereses contrapuestos: la burguesía y el proletariado.
Marx define clase social como una agrupación humana con condiciones específicas respecto a la propiedad de los medios de producción. En el capitalismo, los burgueses son los propietarios y los proletarios no lo son. La explotación en el modo de producción capitalista genera la conciencia de clase, punto de partida de la «lucha de clases».
La «Lucha de Clases» y la Revolución Social
La idea de que las condiciones materiales influyen en las ideas llevó a Marx a buscar los momentos críticos de la historia.
La sociedad liberal burguesa genera las causas de su propia destrucción. La revolución social es inevitable, requiriendo la toma violenta del poder político para desmantelar las formas de conciencia social burguesas. Con su eliminación, desaparecen las desigualdades de clase. Marx vislumbra así el «fin de la historia» en un sentido dialéctico materialista.
Burgueses Capitalistas y Trabajadores Proletarios
Marx simplifica la estructura social en dos clases: burgueses y proletarios. La Revolución Industrial trasladó el centro de la economía a las ciudades, disminuyendo el valor de los bienes ligados a la tierra. El trabajo se convirtió en la principal actividad económica en las sociedades mercantiles industriales.
Los burgueses capitalistas son los propietarios de los medios de producción: instalaciones, herramientas y la capacidad de trabajo del trabajador. El conjunto de estos bienes es el «capital». Los proletarios solo poseen su capacidad de trabajo, que venden a los capitalistas por un salario para sobrevivir.
El Funcionamiento del Sistema Capitalista
El objetivo del capitalismo es la acumulación constante de capital, el enriquecimiento de los dueños de los medios de producción, mediante la venta de mercancías en el mercado para obtener beneficios. Las mercancías son bienes producidos para satisfacer necesidades humanas y tienen valor.
El valor representa la capacidad de una mercancía para satisfacer necesidades, su valor de uso. El capitalista añade un valor de cambio, establecido por el dinero y fluctuante según la oferta y la demanda.
La Plusvalía
En lo concreto, el valor de una mercancía es su valor de uso. El capitalista, buscando acumular capital, se apropia de una parte del valor generado por el trabajo del trabajador. Este «plus de valor» o plusvalía es la causa de su enriquecimiento.
Ética y Política: La Sociedad Comunista
La alienación del hombre por el hombre implica la expropiación de la libertad, y la desigualdad es el segundo valor que vulnera el capitalismo. Marx propone la praxis revolucionaria. La moral marxista exige luchar por la emancipación del hombre, su libertad, y abolir las diferencias de clase para alcanzar un mundo de seres humanos iguales.
La denuncia marxista, mediante la praxis revolucionaria, traerá la nueva sociedad comunista:
- Primer paso: La conquista del poder por el proletariado para expropiar el capital de la burguesía. La dictadura del proletariado es necesaria para lograr la expropiación del capital, la abolición de las leyes anteriores y la confiscación de las fortunas burguesas. Es el Estado socialista.
- Segundo paso: La desaparición de la clase explotadora y los antagonismos. El Estado se convierte en administrador de los bienes de la sociedad, un Estado comunista.
Estos bienes son los recursos naturales y el trabajo. El Estado comunista cambiará la lógica económica de la desigualdad retributiva y la desigual valoración del trabajo manual. El hombre recuperará su esencia como ser natural activo a través del trabajo no alienado.