pues dicho principio sería la condición de todos los fenómenos, que no dependería de otra condición. Los principios que tratan de unificar todo conocimiento en una ´sintesis superior Kant los llama ideas trascendentales y son tres: Mundo, Alma y Dios. La metafísica como ciencia es imposible porque las categorías sólo pueden aplicarse a los fenómenos y las realidades metafísicas (Dios (unión incondicionada de fenómenos físicos y psíquicos), alma (fenómenos psíquicos) y mundo( fenómenos físicos)) escapan a la experiencia fenoménica. Los juicios sintéticos a priori- son imposibles en la metafísica. Por lo que las cuestiones metafísicas no van a ampliar nuestro conocimiento teórico, ahora bien, permiten regular los conocimientos del entendimiento, señalan sus límites y tendrán una finalidad esencialmente práctica.
En su «Crítica de la razón práctica” :Kant divide entre éticas materiales (a las cuales critica, que clasifican la acción dependiendo del fin, identificando el Bien como el fin. Tenemos 3 características que la definen: empíricas( su fin viene dado por la experiencia), sus imperativos son hipotéticos (la acción es un medio, no un fin) y finalmente son heterónomas (sus principios proceden de una estancia externa) y las éticas formales (propuestas por Kant, en las cuales se valora la moralidad de la acción, la acción es el fín mismo. Son autónomas (el sujeto se autodetermina para obrar), a priori y sus imperativos son categóricos (obligan en todo caso por si mismos, no depende de otra condición).
La moralidad es un hecho inmediato de la conciencia, un Faktum según Kant a partir del cual descubriremos la existencia de la ley moral (es necesaria y universal). Partiendo de que el hombre es racional y animal (se guía por los deseos), la voluntad humana es la capacidad de orientar nuestras acciones, pero se pueden orientar por la razón o los deseos (la voluntad humana puede guiarse por los deseos, Y su felicidad consiste en la satisfacción de todas sus inclinaciones, o por la razón según una ley que ésta misma le da y que coincidirá con la ley moral o imperativo categórico).Por eso podemos actuar contra el deber (inmoral), por deber (es mi motivo de mi acción) y conforme al deber (no es moral puesto que aunque mi acción es conforme al deber, no obro por deber sino por otro motivo).
Dependiendo de para quién valgan los principios morales obtenemos la máxima (principio subjetivo y privado de obrar) y ley (principio general y objetivo). Kant define la ley moral de tres maneras siendo la más famosa: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal.”Nos deja bien claro que los hombres somos fines en sí, nunca medios. Esta ley moral es la forma pura de la moralidad, y constituye un imperativo categórico, obliga de manera incondicionada a actuar según dicha ley. El efecto que produce el imperativo categórico sobre nosotros es un sentimiento de respeto
La autonomía del hombre viene dada por la razón, la voluntas es autolegisladora, se da a sí misma una ley. Los hombres somos autolegisladores, nos damos nuestras propias leyes que rigen nuestra conducta. Para Kant la libertad es un presupuesto de la moralidad, y la autonomía moral se basa en ella. Si el hombre no es libre, ¿dónde queda la responsabilidad? En tanto fenómeno se considera que el hombre está regido por leyes físicas deterministas pero en cuanto considerado como noúmeno es libre, es capaz de derminarse no sólo por sus inclinaciones sino también por la ley moral que la razón misma le da.
Al afirmar la imposibilidad de la metafísica como ciencia no está negando la inmortalidad del alma, ni la existencia de Dios, lo único que dice es que no son objeto de conocimiento. Según Kant, las realidades metafísicas no son evidentes, ni pueden demostrarse, pero hay que admitirlas como postulados para que sea posible la moral. Los tres postulados son: Libertad (no puede ser comprendida ni concebida teóricamente, es cognoscible prácaticamente pero debe aceptarse como condición de posibilidad de la moralidad, como base de la autonomía de la voluntad),la Inmortalidad del alma (si el hombre ha actuado moralmente en esta vida, tendrá otra vida donde sea feliz como recompensa) y Dios (la garantía del Bien Supremo (conjunción entre felicidad y virtud) en esta y otra vida). Ahora bien, creemos en este tipo de objetos por una fe racional, no derivada de ninguna revelación. Además, según Kant, se puede ser moral sin necesidad de suponer la existencia del Dios o la inmortalidad del alma.