Debemos tener en cuenta que las posiciones filosóficas de Ortega y Nietzsche se encuentran muy cercanas cronológicamente, y que, aunque Ortega quiso desligarse del escepticismo y del relativismo irracionalista del vitalismo nietzscheano y no ser considerado un vitalista, el concepto de la realidad radical entendida como la vida individual y concreta en Ortega tiene su antecedente en el concepto de vida del propio Nietzsche.
Ortega consideró que la superación de la crisis de la modernidad debía abandonar los extremos del Racionalismo y del vitalismo, debía ser un raciovitalismo, lo cual hace que la relación entre Ortega y Nietzsche presente tanto afinidades como discrepancias.Si nos fijamos en la ontología, y partiendo los dos autores de la vida como realidad radical, observamos en los dos una concepción heracliteana de la realidad.
Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia
Pero los dos tienen una concepción distinta del tiempo
Mientras que para Ortega el tiempo sólo puede ser entendido de un modo lineal (vivir es proyección al futuro hecha desde el presente a partir de éste y del pasado), para Nietzsche el tiempo es cíclico. El eterno retorno nietzscheano tiene una lectura cósmica: el tiempo es infinito y la materia limitada, con lo cual, todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente.Por otro lado, y centrándonos en las dimensiones de la vida como realidad radical, Nietzsche resalta su sentido biológico e irracional (lo dionisíaco), y Ortega se decanta por su sentido biográfico en el que además, la razón es una función vital tan importante como la digestión o la respiración.
El vitalismo de Nietzsche, a juicio de Ortega, derivaría en un relativismo irracionalista y en un escepticismo que acabaría con la propia culturarazón es una función vital tan importante como la digestión o la respiración.
El vitalismo de Nietzsche, a juicio de Ortega, derivaría en un relativismo irracionalista y en un escepticismo que acabaría con la propia cultura.Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia
Pero los dos tienen una concepción distinta del tiempo
Mientras que para Ortega el tiempo sólo puede ser entendido de un modo lineal (vivir es proyección al futuro hecha desde el presente a partir de éste y del pasado), para Nietzsche el tiempo es cíclico. El eterno retorno nietzscheano tiene una lectura cósmica: el tiempo es infinito y la materia limitada, con lo cual, todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamenteOtro aspecto en el que guardan relación Ortega y Nietzsche es el perspectivismo
Para Nietzsche el perspectivismo supone la afirmación de que no existe ninguna verdad absoluta, deriva en el relativismo .
La verdad es una pero se puede expresar de distintas maneras, por lo que hay un imperativo de integrar perspectivas por medio del diálogo y la argumentación, alejándose de la metáfora y del arte trágico nietzscheano. La filosofía es saber sistemático y conceptual, y los conceptos son esquemas que nos permiten ordenar la realidad., no cáscaras vacías de contenido real.
Siguiendo con la relación epistemológica, para Nietzsche la facultad racional no puede penetrar la esencia básica de la realidad, caracterizada por el cambio, el devenir, el desarrollo, la voluntad de poder. Al dejarnos guiar por la razón y despreciar los sentidos y los instintos, estamos depreciando a su vez, la vida. La razón para Nietzsche y su lenguaje conceptual es la causante del triunfo de lo apolíneo sobre lo dionisíaco y de la decadencia de Occidente, del Nihilismo como pérdida de valores vitales.
Para Ortega, aunque la razón no debe ser la razón del Racionalismo y del idealismo, para no caer en el culturalismo (el equivalente al Nihilismo nietzscheano), en el imperativo de la razón sobre la vida (la adoración a los valores absolutos desconectados de la vida y reflejados en la filosofía, la ciencia, el arte, la moral.), la razón vital e histórica es algo irrenunciable a la vida humana.
El ser humano desea la verdad, no ya como mentira útil para la supervivencia o voluntad de autoengaño, sino como conquista vital de sentido. Ortega intenta así conciliar la razón con la vida, sin subordinar la una a la otra. La razón es una facultad humana indispensable para analizar las circunstancias. Actúa como los brazos de un náufrago para mantenerse a flote en el océano de la vida. Por esta conciliación de vida y razón, de vida y cultura, la filosofía de Ortega se llama raciovitalismo.
Ortega, empero, no niega la existencia de verdades universales, fruto de la posibilidad de sumar perspectivas
El sujeto no es un medio transparente (esto lo comparten Nietzsche y Ortega), pero su recepción de la realidad no produce en ésta deformaciones, como parece postular Nietzsche. Los hechos se imponen como un elemento insoslayable, el ser humano da sentido a los hechos pero no los inventa. Es decir, que los valores no pueden deformar la realidad hasta transformarla a nuestro gusto, no podemos jugar con la realidad para que se plegué a nuestros deseos (como quería el “niño” nietzscheano de la transvaloración). El perspectivismo de Ortega no es relativista porque la perspectiva no es que sea una carácterística de la visión de los individuos, sino de la misma realidad