El Materialismo Histórico
El materialismo histórico es el resultado de la aplicación del materialismo dialéctico a la comprensión de la historia. Se presenta como una teoría general acerca de la estructura general de las sociedades humanas y de su curso histórico.
El idealismo histórico es la tesis según la cual el factor causal primordial que rige el curso de la historia es de tipo espiritual o ideal. El materialismo histórico propone una nueva concepción, conocida como concepción materialista de la historia, de acuerdo con la cual el factor causal determinante del curso de la historia de las sociedades humanas no es un factor de tipo espiritual, sino un factor material.
La base de la explicación de cualquier fenómeno social o histórico reside en un factor material de orden económico. Al conjunto de elementos económicos de una sociedad, Marx lo denomina infraestructura o base económica. La organización política, junto con la esfera de las ideas o la producción intelectual o cultural de una sociedad, constituyen la superestructura. Y a la totalidad social constituida por la conjunción de la infraestructura y la superestructura la llama modo de producción.
Es una teoría caracterizada por postular un determinismo infraestructural de orden económico ejercido sobre la superestructura.
El materialismo histórico tiene tres componentes fundamentales:
- Una teoría acerca de la estructura de las sociedades humanas.
- Una teoría acerca de la dinámica de las sociedades humanas.
- Una teoría acerca de la secuencia de las sociedades humanas.
La Estructura de los Modos de Producción
Partiendo de la base de que el modo de producción se descompone en la infraestructura y la superestructura, pero a su vez en partes más simples:
La infraestructura se divide en:
- Fuerzas productivas: Son aquellas que ayudan al crecimiento del dominio del hombre sobre la naturaleza para satisfacer las necesidades humanas.
- Relaciones de producción: Son básicamente lo que Marx llama «relación de propiedad».
A su vez, las fuerzas productivas se dividen en varios componentes:
- La materia prima sobre la cual se trabaja.
- Los medios de trabajo, que son las herramientas con las que se trabaja.
- La fuerza de trabajo, que es la energía humana empleada en el proceso.
- El producto, resultado final del proceso.
A la materia y a los medios de trabajo los llama medios de producción.
Marx daba prioridad en las fuerzas productivas a la tecnología. Los tipos de tecnología utilizados constituían la característica esencial de las fuerzas productivas y la más potente fuerza productiva capaz de cambiar radicalmente el carácter de la sociedad. De esto se deduce que la interpretación marxiana de la historia, más que una interpretación económica, es una interpretación tecnoeconómica.
Las relaciones sociales son los derechos de propiedad. Marx distingue dos clases de derechos de propiedad según recaigan sobre los medios de producción o sobre la fuerza de trabajo.
- Los primeros divergen según que los productores sean propietarios de los medios de producción o que no lo sean en absoluto. En este segundo caso, pueden darse dos situaciones: que la propiedad de los medios de producción sea privada o individual, o que sea colectiva o estatal.
- Los derechos de propiedad concernientes a la fuerza de trabajo admiten tres posibilidades:
- Que los productores no sean dueños de su fuerza de trabajo.
- Que los productores sean dueños parcialmente de esta.
- Que sean dueños totales.
La superestructura se puede definir como el conjunto de fenómenos que pueden explicarse a partir de la estructura económica de la sociedad y consta de dos niveles:
- El inferior, que está constituido por lo jurídico y lo político: por el derecho y el Estado, en cuanto instrumento al servicio de la clase dominante.
- El superior, constituido por la moral, la religión, el arte y la filosofía, que reflejan el estado de la base económica y la visión del mundo de la clase dominante.
La Dinámica de los Modos de Producción
En cada modo de producción se da inicialmente una fase progresiva de correspondencia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas. Como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas, que se mide por producir con menos trabajo humano o, con el mismo trabajo, producir más bienes, surge una fase regresiva de contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, durante la cual las relaciones de producción existentes son menos eficientes para el desarrollo de las fuerzas productivas de lo que podrían ser otras relaciones productivas.
Así pues, el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es el verdadero motor de la historia. Ahora bien, dado que las relaciones sociales de producción son unas relaciones de propiedad que dividen a los hombres en el sistema productivo entre propietarios y no propietarios, en dos clases enfrentadas (la clase dominante y la dominada), por lo que cabe afirmar que el motor de la historia es la lucha de clases.