El Método Cartesiano: Fundamentos y Aplicación en la Búsqueda de la Verdad

Contexto Histórico y Filosófico de Descartes

Nos situamos en el siglo XVII, en el que tuvo lugar la revolución científica, que dio paso a la Edad Moderna y a la ciencia moderna. Con esta surgieron preguntas como: ¿cuál es el origen del conocimiento verdadero? o ¿cuáles son las operaciones del entendimiento que garantizan el conocimiento verdadero?

Ante esta problemática surgieron dos escuelas inspiradas en el método experimental: el empirismo, que defendía la experiencia sensible como única fuente del conocimiento y planteará un importante problema, y el racionalismo, defendido por Descartes, al igual que por Galileo o Spinoza, que concede la primacía a la razón para alcanzar la verdad y sostiene que la realidad tiene su origen en la razón. Sin embargo, con estos surge el dilema de cómo aplicar el método matemático, visto como única manera de alcanzar una verdad cierta e indudable, a la filosofía.

El Rechazo al Escepticismo

Entre otras escuelas, surge el escepticismo, que afirma la imposibilidad de alcanzar el conocimiento verdadero, verdad que Descartes, como primer filósofo moderno e innovador, rechaza, ya que dice que la verdad absoluta es alcanzable gracias a la razón humana. Para demostrarlo, intenta construir un sistema en el que nada sea aceptado como verdadero si no es indudable.

El Método Cartesiano

En su método, Descartes pretende dirigir bien la razón humana para aplicarla de manera correcta y, solo así, abrir la puerta al conocimiento, tal como previamente se había conseguido mediante las matemáticas.

Modos de Conocer: Intuición y Deducción

Para ello, describe dos modos de conocer:

  • Intuición: no se requieren pruebas para demostrar algo; es descrita como una «luz natural» con la cual captamos de manera inmediata y sin duda alguna las ideas simples porque son evidentes de por sí.
  • Deducción: interviene la razón y hay que hacer alguna demostración; es descrita como el medio con el cual la inteligencia establece conexiones entre distintas intuiciones.

Las Reglas del Método

Ahora bien, conociendo las dos operaciones básicas de la razón y su método, Descartes nos aclara su disconformidad con la enseñanza que recibió, salvo con las matemáticas. Para él, solo se encuentra verdad en ellas, ya que usan un método que se inspira en la lógica, en el álgebra y en la geometría. Esta idea se convierte en un pilar central en el método cartesiano, que propone un método único para alcanzar la sabiduría.

En la segunda parte del Discurso del Método, Descartes establece las reglas de su método:

  1. Evidencia: exige claridad del conocimiento y su intuición, añadiendo a ello el criterio de certeza en el que se deben evitar precipitaciones y prevenciones.
  2. Análisis: se deben descomponer las ideas al máximo para que sean aprehensibles por la intuición.
  3. Síntesis: interviene la deducción, que, partiendo de ideas simples, nos permite llegar a un conocimiento complejo. Esta es la descripción del proceso de deducción que comienza con el análisis.
  4. Enumeración: enumera las ideas y las organiza.

La Duda Metódica

Estas cuatro reglas, Descartes las aplica a su duda metódica, es decir, su método infalible con el cual duda de todo aquello que no es evidente en el plano lógico, y de lo cual, por lo tanto, no puede dudar. El objetivo, como ya hemos mencionado, es encontrar esa verdad absoluta solo alcanzable mediante la razón.

La duda metódica es la búsqueda del conocimiento verdadero, la crítica de todo lo que hasta ahora se ha considerado verdadero, pero que no posee una certeza absoluta. Descartes se niega a admitir algo como verdadero sin antes haber dudado de ello, y por eso aplica la duda metódica.

Motivos de la Duda

Sus motivos, aunque un poco subrreales, son:

  1. Duda sobre la fiabilidad de los sentidos: afirma que los sentidos pueden ser engañosos y alterar la realidad, por lo tanto, no son fiables. Sin embargo, ¿hasta dónde se puede dudar de estos?
  2. Hipótesis del sueño: Descartes recalca la dificultad de distinguir la vigilia del sueño, lo que nos lleva a dudar de las cosas primarias y hasta de la existencia de nuestro propio cuerpo.
  3. Duda hiperbólica: protagonizada por un «genio maligno», que, según el filósofo, ha creado su entendimiento de tal manera que se equivoque cada vez que esté cerca de alcanzar la verdad.

«Pienso, luego existo» y la Existencia de Dios

Mediante la duda metódica, Descartes llega a la duda radical, y gracias a ello extraerá la primera certeza absoluta: la existencia del sujeto que piensa, expresado como el famoso «pienso, luego existo». Esta resiste toda duda, es inmediata, conocida por la intuición, y característica de claridad y distinción.

Consecuentemente, Descartes concluye que toda verdad ha de ser clara y distinta, ya que la primera verdad así lo es. Sin embargo, debe ser probada. Por ello, mediante su duda y estos criterios, decidirá probar la existencia de Dios para desacreditar al genio maligno.

Conclusión

En conclusión, René Descartes, mediante un método claro y bien regido, decide dudar de todo aquello que no sea evidente por distintos motivos. Con este llega a una verdad absoluta, que es la del sujeto pensante, cosa que finalmente le lleva a demostrar la existencia de Dios, objetivo esencial en su filosofía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *