El Método Cartesiano: La Búsqueda de la Certeza en el Conocimiento

Contexto histórico y filosófico

Ocurre la crisis de la escolástica en el siglo XIV, donde se cuestiona la síntesis entre razón y fe del tomismo. La filosofía de Occam representa esta disolución, destacando la autonomía de la razón y la valoración de lo singular frente a lo universal.

Racionalismo y empirismo

Se señalan las características comunes de ambas corrientes filosóficas, destacando el papel del hombre como sujeto de conocimiento y la representación de ideas en la mente humana. Se plantea la polémica sobre el origen del conocimiento intelectual entre la razón y la experiencia sensible.

Presupuestos racionalistas

Se describen las características del racionalismo, incluyendo la confianza en la razón, la existencia de ideas innatas y la necesidad de una ciencia universal. Se destaca la importancia de la razón humana en la búsqueda de la sabiduría teórica y práctica, así como la importancia del método como puente entre la razón y la sabiduría humana.

El Método Matemático

Descartes se inspira en las matemáticas para crear su idea de una «Mathesis universalis», una ciencia universal basada en un sistema axiomático-deductivo. Considera que las matemáticas son un modelo de certeza en medio del caos del pensamiento y la sociedad. Dos aspectos clave son necesarios en el método cartesiano influenciado por las matemáticas: la claridad de principios y postulados, y la importancia del método matemático. En resumen, el método cartesiano se convierte en un estándar para la búsqueda y validación del conocimiento, utilizando las matemáticas como ejemplo de cómo la razón bien dirigida puede alcanzar la certeza y la evidencia.

Teoría del Método

La teoría del método de Descartes es fundamental para su filosofía, ya que proporciona un marco sistemático para la adquisición de conocimiento seguro y verdadero. El método cartesiano se basa en tres principios fundamentales:

Duda Metódica

Descartes propone someter todas las creencias a la duda sistemática, aceptando solo aquello que pueda resistir la duda. Esta duda metódica es crucial para eliminar las creencias falsas o inciertas y encontrar la certeza en el conocimiento. Descartes inicia su filosofía con la famosa duda de si todo lo que percibimos es real o si podría ser una ilusión creada por un genio maligno. Este ejercicio de duda extrema sirve como punto de partida para reconstruir el conocimiento sobre bases más sólidas y seguras.

División del Problema

Descartes recomienda dividir cualquier problema complejo en partes más simples y manejables. Al descomponer un problema en sus componentes más básicos, se facilita su comprensión y resolución. Esta división del problema permite un enfoque más claro y estructurado para abordar cuestiones filosóficas, científicas o incluso éticas.

Deducción Lógica

Una vez que se han establecido principios indudables y se han dividido los problemas en partes más simples, Descartes propone el uso de la deducción lógica para llegar a conclusiones necesariamente verdaderas. Esto implica aplicar la razón y la lógica de manera rigurosa para inferir nuevas verdades a partir de verdades ya establecidas. Descartes considera que las matemáticas son el modelo paradigmático de razonamiento deductivo, y busca aplicar este mismo rigor en otras áreas del conocimiento.

En resumen, el método cartesiano es un proceso de duda, análisis y razonamiento lógico que busca alcanzar el conocimiento seguro y verdadero, estableciendo así una base firme para la filosofía y la ciencia.

La Teoría de las Tres Sustancias

La teoría de las tres sustancias es la aplicación del método cartesiano al ámbito de la metafísica. Descartes postula la existencia de tres tipos de sustancias que constituyen la realidad:

Sustancia Pensante (Res Cogitans)

Esta es la sustancia de la mente o el pensamiento. Para Descartes, la mente es una entidad distinta y separada del cuerpo, caracterizada por la conciencia, el pensamiento, la percepción y el razonamiento. A través de su duda metódica, Descartes llega a la conclusión de que la existencia del pensamiento es indudable («Cogito, ergo sum»), lo que establece la base de la realidad pensante.

Sustancia Extensa (Res Extensa)

Esta es la sustancia de la materia, la extensión física en el espacio. Descartes creía que la materia era fundamentalmente extensa y divisiva, compuesta por partes que ocupan un lugar en el espacio y que pueden ser cuantificadas mediante la geometría. Descartes llega a esta conclusión mediante su análisis de las ideas claras y distintas relacionadas con la extensión y la geometría, como las figuras geométricas y las propiedades matemáticas de los cuerpos.

Dios (Res Infinita)

Dios es la sustancia infinita y perfecta que garantiza la existencia tanto de la sustancia pensante como de la sustancia extensa. Descartes argumenta que la existencia de Dios es necesaria para explicar la coherencia y el orden del mundo, así como la capacidad humana para conocer la verdad. Descartes llega a esta conclusión a través de un razonamiento metafísico que involucra la idea de perfección, argumentando que la existencia de Dios es más perfecta que la no existencia.

Estas tres sustancias, según Descartes, constituyen la base de la realidad. La mente y la materia son dos sustancias distintas y separadas, pero interaccionan entre sí en el mundo físico. Dios, como sustancia infinita, actúa como garantía de la existencia y coherencia de estas sustancias.

Conclusión

El sistema cartesiano ha sido objeto de debate, especialmente en relación con la circularidad en la demostración de la existencia de Dios y la validez del conocimiento. A pesar de las críticas, se destaca la idea de completitud y perfección en el método cartesiano. Aunque Descartes establece la certeza de las ideas evidentes, el error en el conocimiento surge al emitir juicios, lo que implica la voluntad y la posibilidad de cometer errores. La corrección y disciplina en el juicio son necesarias, y el método proporciona el marco para esta búsqueda de la verdad. Con la idea de Dios, Descartes cierra el tema del método, pero su trabajo queda incompleto, dejando un camino trazado para futuras investigaciones.

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