¿En qué se inspira Descartes?
Descartes se inspira en las matemáticas, ya que considera que son el único saber del que podemos afirmar su verdad con certeza. El modo de funcionamiento de las matemáticas servirá de base para desarrollar su propio método:
- En matemáticas se parte de un primer principio básico y evidente.
- A partir de este principio básico y evidente se deducen, una a una, todas las demás verdades, siendo esta deducción una cadena de cosas ciertas.
Reglas del Método Cartesiano
Evidencia
No hay que admitir ninguna idea que sea dudosa, sino solo aquellas que sean claras y distintas. Solo lo que se percibe intelectualmente con evidencia es verdadero. Esta regla contiene elementos importantes:
- Aviso de evitar dos fuertes errores: la precipitación y la prevención. Evitar estos errores es adoptar esa actitud de prudencia mental que Descartes denomina Circunspección.
- Formulación del criterio de verdad: la evidencia racional. La evidencia (la verdad) sería la propiedad de aquella idea que le hace aparecer ante la mente con claridad y distinción.
- Las condiciones de la evidencia: la claridad (presencia nítida de una idea a un espíritu atento que no tiene más remedio que asentir ya que se conocen todos los elementos que la integran), la distinción (separación de una idea con respecto a todas las demás y que esta idea no contenga ningún elemento de otras ideas) y ser indubitable (lo evidente no se puede poner en duda y la evidencia produce certeza metafísica).
Análisis
Solo se puede tener evidencia de las ideas simples, por lo tanto, tenemos que reducir las ideas compuestas en ideas simples. Análisis significa división. Hay que dividir las ideas complejas en ideas simples. Mediante el análisis, Descartes llega a las naturalezas simples. El objetivo es llegar a lo desconocido mediante lo conocido.
Síntesis
Una vez hecho el análisis, hay que recomponer lo analizado. Esto consiste en llegar a lo complejo partiendo de lo más simple de manera escalonada. Por lo tanto, partiremos de las ideas más simples hasta llegar a la conclusión final. La síntesis es la suma de las intuiciones parciales con el objetivo de que podamos percibir de manera intuitiva tanto las intuiciones en sí mismas como la unión entre ellas.
Enumeración
Revisar todo el proceso para ver que nada ha sido omitido. Consiste en la comprobación del análisis y la revisión de la síntesis. El objetivo es obtener una intuición general y una evidencia simultánea en su conjunto.
Duda Metódica (Rasgos e Hipótesis de Duda)
- Universal: hay que dudar de todo lo que sea posible dudar.
- Metódica: no es un fin, sino un medio. Un instrumento para elaborar filosofía. Nos lleva a alcanzar verdades evidentes. Nos lleva de la inseguridad a la seguridad.
- Provisional: algunas verdades de las que dudamos son verdaderas y no hay por qué desecharlas.
- Teórica: a nivel teórico, no práctico. Nos lleva a la reflexión teórica.
- Hiperbólica: es exagerada en algunos de sus supuestos.
¿De qué duda Descartes?
- De los sentidos: algunas veces nos engañan y nos pueden engañar más veces. No hay que admitir como verdadero lo que los sentidos nos muestran sobre las cosas.
- De la existencia del propio cuerpo: ya que todo lo que se de él son informaciones de los sentidos, que ya hemos visto que no son fiables.
- Duda del mundo exterior: percibimos el mundo exterior como real, pero comparando con los sueños podemos ver que a veces cuando soñamos algo nos parece muy real y por lo tanto no podemos distinguir la vigilia del sueño.
- De los propios razonamientos, de sí mismo (de la razón) y de las verdades matemáticas: puede que haya algún genio maligno en mi interior que me induzca siempre a error. Tal vez el entendimiento humano sea de tal naturaleza que se equivoque siempre y necesariamente cuando cree que capta la verdad.
El Resultado de la Duda: La Primera Verdad «Pienso, luego existo» (El Cogito)
Descartes encuentra una certeza que resiste todos los ataques de la duda y de la que es imposible dudar, es el hecho simultáneo del propio pensamiento y de la propia existencia: puedo dudar de todo, pero no de que estoy dudando: no puedo dudar de mi pensamiento y mi pensamiento se da porque se da mi existencia. Mi pensamiento y mi existencia las percibo simultáneamente. Pero no puedo pensar que yo, que soy el que piensa las cosas, no existo al mismo tiempo que las pienso. Por lo tanto, para dudar hace falta pensar y para pensar hace falta existir. Tengo que admitir que yo soy un ser que piensa, y por tanto, un ser que existe. «Pienso, luego existo».
¿Qué importancia tiene el Cogito?
En el «cogito ergo sum» encuentra Descartes el primer principio buscado, la primera verdad de su sistema de pensamiento. El cogito no solo va a ser la primera verdad, sino que además el análisis de esa primera verdad le permite obtener una pauta fija que le permitirá distinguir lo verdadero de lo falso.
Todo lo que se perciba con la misma claridad y distinción como «pienso, luego existo» es verdad, pues esto último, presenta el criterio de verdad de la primera regla del método: resulta indubitable, porque es una idea clara y distinta. El criterio de verdad que obtiene Descartes del «cogito» es la claridad y la distinción, que equivale a la evidencia.
¿Qué se puede deducir del Cogito?
Respecto a la naturaleza del yo, Descartes argumenta lo siguiente:
- Descartes descubre que la duda sobre los sentidos y la hipótesis de la indistinción entre sueño y vigilia no le podían llevar a afirmar que tenía cuerpo, o que ocupaba un lugar.
- Puede concebir que exista sin cuerpo, pero no sin pensamiento: no soy más que una cosa que piensa (res cogitans). Al decir que el yo es una sustancia pensante, Descartes está haciendo una afirmación ontológica.
- Como res cogitans, Descartes concluye que es una sustancia cuya esencia o naturaleza reside en pensar y que para existir no necesita de cosa alguna material, que es un alma por la cual es totalmente distinta del cuerpo y más fácil de conocer que el cuerpo.
*Con estas afirmaciones se perfila el dualismo antropológico de Descartes, basado en la noción ontológica de sustancia pensante (res cogitans), totalmente distinta del cuerpo (res extensa).
Análisis de las Ideas del Yo para Encontrar Más Verdades
Según Descartes, el yo no piensa en el mundo externo, sino en la idea de mundo. Pero aunque yo lo piense, tal vez el mundo no existe en realidad; lo único cierto es que yo pienso, y pienso que el mundo externo existe como causa de mis sensaciones. Descartes hace un análisis de las ideas que posee el yo pensante para ver si puede llegar a otra verdad clara y distinta como el cogito, pero referida a la existencia del mundo:
- Adventicias: provienen de la experiencia externa (árbol) y no nos consta de la existencia de su realidad externa. De ellas, según Descartes, solo tenemos una certeza moral o probable (suficiente para la vida). No sirven para afirmar la existencia del mundo como evidencia.
- Facticias: provienen de nuestra imaginación y voluntad: se construyen a partir de otras ideas por asociación (unicornio). Tampoco en ellas puede estar la base de verdades sobre el mundo.
- Innatas: ideas que posee el entendimiento por sí mismo, por su naturaleza. Ni provienen de la experiencia ni son construidas por mí, sino que las encuentro en mí. El cogito es una de estas ideas innatas, estas son las ideas claras y distintas; de ellas tenemos certeza metafísica. (Son necesarias y eternas).
Descartes: certeza moral: solo es probable. Metafísica: necesaria e independiente.
Crítica de Hume al Conocimiento del Mundo
Para Hume, nuestro conocimiento del mundo es un conocimiento de hechos que se basa en la conexión necesaria entre causa y efecto. Sin embargo, dicho conocimiento está basado en la creencia o costumbre que, hasta ahora, las cosas han ocurrido simultáneamente, pero, en realidad, carecemos de una impresión de esa conexión necesaria entre causa y efecto. Sin embargo, según Hume no hay impresión alguna que se corresponda con la idea de que puede haber una conexión necesaria entre dos fenómenos. Por ello, los conocimientos de la ciencia física nunca son universales y necesarios porque están basados en la observación empírica y esta nunca puede abarcar todas las causas posibles ni garantizar que seguirá ocurriendo lo mismo en el futuro.
A la Sustancia Pensante o Yo
Para Hume, la sustancia pensante es la creencia, establecida por la costumbre, de que existe algo estable e invariable que constituye ontológicamente el yo. Sin embargo, no tenemos impresión alguna de una sustancia profunda o, como la llamamos habitualmente, «identidad personal», «alma», «espíritu». Para afirmar la continuidad del yo recurrimos a la memoria conectando distintas impresiones que se dan en el tiempo, pero nada más, carece de entidad ontológica.
A la Sustancia Infinita o Dios
Según Hume, no podemos afirmar racionalmente la existencia o no de Dios porque está más allá de nuestra experiencia, es decir, Dios no es objeto de impresión alguna. Por ello, critica los argumentos cartesianos y es considerado escéptico y fenomenista. Hume es fenomenista porque solo conocemos nuestras propias impresiones o fenómenos y escéptico porque todas nuestras percepciones son existencias distintas y porque la mente no percibe conexión real alguna entre sustancias distintas.