El Método de Descartes: Cómo Pensar y Razonar Correctamente

Primera Parte: Introducción al Método Cartesiano

Descartes comparte su experiencia en el desarrollo de un método para aumentar gradualmente su conocimiento. Destaca la certeza y los beneficios que este método le ha proporcionado. Advierte que su propósito no es prescribir un camino universal, sino mostrar su propio proceso:

«… mi propósito no es enseñar aquí el método que cada uno ha de seguir para conducir bien su propia razón, sino tan solo permitir ver de qué manera he tratado de conducir la mía.»

Invita al lector a un análisis crítico y objetivo, sugiriendo incluso la posibilidad de mejorar el método propuesto.

Descartes relata su formación intelectual y su insaciable deseo de aprender para vivir mejor. Tras una etapa de estudio intensivo, decide explorar el «Gran Libro del Mundo y de Sí Mismo». Busca el conocimiento a través de la experiencia directa y la meditación, argumentando que el conocimiento no se adquiere de forma pasiva. Reconoce la diversidad de perspectivas y la necesidad de un cambio constante de enfoque.

Segunda Parte: Los Cuatro Preceptos del Método

Descartes presenta los pasos fundamentales de su método. Observa la existencia de numerosas ciencias, pero cuestiona su veracidad y utilidad. Critica a los matemáticos de su época:

«se han sujetado tanto a ciertas reglas y a ciertas cifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro, que confunde al espíritu, en lugar de una ciencia que lo cultive».

Busca un método simple y efectivo, consciente de que la demora podría dificultar su aplicación. Los cuatro preceptos son:

  1. Evidencia: «nunca aceptar como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que lo era».
  2. Análisis: Para resolver un problema, es necesario abordarlo ordenadamente, identificando las incógnitas y las posibles respuestas.
  3. Síntesis: «conducir por orden mis pensamientos comenzando por los objetos más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos…». Este enfoque, inspirado en las matemáticas, prioriza la resolución de lo simple antes de abordar lo complejo.
  4. Enumeración y Revisión: «Y el último hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que adquiriese la seguridad de no omitir nada». La verificación exhaustiva garantiza la solidez del conocimiento.

Descartes afirma que estos cuatro pasos le permitieron ampliar sus conocimientos y comprender cuestiones complejas.

Tercera Parte: La Moral Provisional

Descartes desarrolla su «Moral Provisional», que consta de cinco máximas (aunque se mencionan comúnmente tres o cuatro). Establece principios para guiar su conducta mientras refina su pensamiento a través del método:

  1. Moderación y Obediencia: Vivir de forma moderada y respetar las leyes del país para facilitar la convivencia social.
  2. Firmeza y Resolución: Mantenerse firme en las decisiones tomadas, evitando el arrepentimiento por debilidad de carácter: «siempre caminar lo más directamente hacia un lugar determinado y no cambiar de dirección por débiles razones».
  3. Dominio de Sí Mismo: Reconocer la incertidumbre de la vida y la limitación del control personal. Evitar la decepción al aceptar que no todo saldrá según lo planeado.

Como conclusión a la moral provisional, Descartes subraya la importancia de elegir una ocupación en la vida. Decide dedicarse a la búsqueda de la verdad a través de su método.

Cuarta Parte: «Pienso, luego existo» y la Existencia de Dios

Descartes fundamenta su método en la célebre frase: «Pienso, luego existo». Considera este razonamiento irrefutable y punto de partida de su filosofía. La duda metódica se convierte en el primer principio.

Argumenta que es imposible negar la propia existencia, ya que el pensamiento es la base de nuestra naturaleza. Aunque se pueda fingir la ausencia de cuerpo o lugar, la negación de la existencia la reafirma. Concluye que el alma, independiente de lo material, es la parte del ser que persiste.

Descartes introduce la idea de Dios. La perfección no puede provenir de la nada ni del no-ser. Por lo tanto, la idea de Dios es innata, un ser eterno, inmutable, omnisciente y omnipotente, poseedor de todas las cualidades imaginables pero inalcanzables para el ser humano.

Quinta Parte: Cuestiones Científicas y la Distinción entre Humanos y Animales

Esta sección aborda temas científicos, contrastando con el enfoque metafísico de la cuarta parte. Descartes, aunque inicialmente concordaba con Galileo, modifica sus teorías sobre la creación y la evolución para evitar conflictos con la Iglesia.

Explora la biología, estableciendo similitudes biológicas entre humanos y animales. Sin embargo, destaca la razón como el elemento distintivo, considerando a los animales como almas de grado inferior. Realiza una analogía entre el corazón humano y el de los animales de sangre caliente, describiendo sus mecanismos y funciones. Finalmente, analiza la razón o alma racional, afirmando que no se deriva de la materia, sino que fue creada para guiar al cuerpo como un piloto a su nave.

Sexta Parte: La Utilidad de la Ciencia

En la última parte de su tratado, Descartes reflexiona sobre la utilidad práctica de la ciencia.

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