El Mundo de las Ideas de Platón: Metafísica, Epistemología y Antropología

El Mundo de las Ideas de Platón

Obras de Platón

  • Época de juventud: Diálogos socráticos
  • Época del primer viaje a Sicilia y de la fundación de la Academia: Diálogos de transición
  • Época de madurez: Fedón, Banquete, República, Fedro
  • Últimos años (segundo y tercer viaje a Siracusa)

Influencias en la filosofía de Platón

  • Heráclito: Platón admitió, como él, que toda la realidad está sometida a un incesante cambio, pero esta realidad será mera apariencia, es el mundo sensible o conjunto de objetos que se ofrecen a los sentidos.
  • Pitágoras: Coincidía con él en la importancia que otorgaban a las matemáticas y la geometría, concebidas como conocimiento superior y liberador.
  • Parménides: Platón recoge la Vía de la opinión o doxa, como la vía de acceso al mundo sensible, y la Vía de la verdad o episteme, como vía de acceso al mundo inteligible. Además, usa las mismas características del ser de Parménides para describir las ideas, a las que define como únicas, eternas e inmutables.
  • Sócrates: Compartió con él su rechazo a los sofistas por su utilitarismo, su orientación de la educación hacia el éxito en la política y su actitud sensista, subjetivista y relativista. También el interés ético y la justicia, la búsqueda de lo universal en el conocimiento (Sócrates buscaba la virtud universal a través de la definición), el descubrimiento de la realidad ideal, la naturaleza humana y las ideas, y la educación.

Los dos mundos: Mundo sensible y Mundo inteligible

Platón plantea la existencia de dos mundos separados: el mundo sensible, al que accedemos a través de los sentidos, y el mundo inteligible, al que accedemos a través del nous. Platón sostendrá que el único mundo propiamente real es el mundo inteligible, mientras que el mundo sensible solo sería una «copia defectuosa» de aquel. Lo que fluye apenas puede pensarse y no puede ser objeto de la verdadera ciencia (episteme). Los sentidos nos entregan del mundo imágenes móviles o imágenes, aparentemente estáticas, pero que también cambian. Frente al mundo sensible tiene que existir un universo ideal, independiente de las cosas reales y objeto de otro tipo de mirada distinta de la de nuestros ojos. Este universo tiene carácter universal y en él están las ideas que son inmutables y eternas, la verdadera realidad que constituye el paradigma del mundo sensible. Las ideas no son solo conceptos, entidades mentales que sirven para ordenar los diversos sentidos de las palabras, sino que también son fundamento y modelo del mundo real. Hay dos mundos: el que cambia y percibimos por los sentidos y el que está libre y percibimos con el entendimiento, con los ojos del alma. Los objetos del mundo sensible participan de las ideas y tienen cierta realidad, aunque sea imperfecta y suponga un reflejo del mundo inteligible. El mundo sensible es un mundo aparente y sometido al devenir, no es real porque es una sombra del inteligible. Las ideas constituyen el fondo de valores éticos, de conceptos estéticos, que se enraízan en la mente y en el lenguaje.

Ideas y cosas sensibles:

  • Únicas – Múltiples
  • Inmutables – Mutables
  • Idénticas a sí mismas – Contradictorias
  • Intemporales – Temporales
  • Necesarias y universales – Contingentes y particulares
  • Participadas – Participantes
  • Modelos – Copias/imitaciones
  • Independientes – Dependientes
  • Realidades – Fenómenos
  • Perfectas – Imperfectas

Organización de las Ideas

Las primeras ideas que entendió Platón como existentes fueron las estéticas y morales, las ideas de belleza, bondad, justicia…, que estaban más próximas al propósito de Sócrates de alcanzar un conocimiento ético universal. Esto le conduce a pensar que detrás de cada propiedad o concepto que define una clase de objetos del mundo físico hay una idea que es su causa. Aunque este orden varía, se puede mantener una jerarquía:

  1. La Idea de Bien: El término griego «bien» no era entendido como bien moral. Lo conveniente, lo correcto, es aquello que tiene una determinación que le hace ser lo que es. Las ideas tienen un ser porque son determinadas y eso es lo que expresa la Idea de Bien, esa conveniencia. Lo propio de las Ideas es ser determinadas, por ello la Idea de Bien es la idea de la determinación misma y por ello la Idea de la Idea.
  2. «Belleza», «Justicia», «Sabiduría», «Ser», «Uno»
  3. Ideas matemáticas: igualdad, desigualdad, unidad…
  4. Ideas que corresponden a entidades sensibles. A veces duda de la existencia de este grupo formado por ideas como «caballo» o «agua», pero en El Parménides lo acepta.

El mundo de las ideas no es una diversidad de ideas inconexa, sino que éstas forman un sistema de relaciones necesarias entre sí y con una jerarquía. En La República, la Idea de Bien es el principio unificador de las Ideas, a las que sobrepasa en dignidad. En El Sofista, las Ideas se hallan comprendidas unas en otras y todas en una Idea o Forma que lo invade todo, la del Ser o existencia. Así, conocer una idea es analizar las ideas en las que está comprendida.

Símil del Sol

Existen cosas buenas y existe lo bueno en sí o Idea del Bien, que es la que da sentido a todas las otras. Y las ideas son percibidas por la razón. Así que, del mismo modo que el ojo no ve sin que esté la luz del sol, tampoco la razón puede percibir las ideas sin la mediación de la Idea del Bien. Platón lo explica así: el sol cumple en el mundo sensible lo que la Idea del Bien en el mundo inteligible. Y dice que del mismo modo que el sol no solo ilumina, ya que también es el responsable de los procesos de crecimiento en el mundo sensible, de igual modo cumple estas funciones la Idea del Bien en el mundo inteligible.

El Mundo Sensible

Es el mundo que nos es dado por los sentidos. Las cosas de este mundo no tienen verdadero ser, sino que están en un permanente devenir. Pero no es que sean una «pura nada»; el ser que tienen les viene dado por las ideas. También hay una jerarquía:

  1. El Alma del Mundo, que rige el movimiento que hay en él.
  2. Las esferas astrales, a las que Platón atribuye un carácter divino.
  3. Las almas inmortales de los hombres.
  4. Los cuerpos de los hombres, animales y vegetales.

Génesis del mundo sensible:

Para explicarlo se usa el mito del Demiurgo: un dios muy poderoso y sabio que construye el mundo con Ideas a partir de una materia inicial. Los tres elementos que entran en la constitución del mundo sensible son:

  1. Demiurgo: Es una inteligencia ordenadora, no es un creador, es un constructor. Es un ser distinto de las Ideas e inferior a ellas, pero superior a todos los dioses y cosas del mundo sensible.
  2. La materia: Aquello con lo que trabaja el Demiurgo; es eterna, es indeterminada y posee movimientos irregulares.
  3. Las Ideas. El Demiurgo trata de hacer el mundo lo más parecido a las Ideas posible, pero al tener que hacerlo con esa materia caótica, el mundo nunca podrá ser tan perfecto como las Ideas.

Cosmología platónica:

En el Timeo se intenta hacer un desarrollo cosmológico más completo. El Demiurgo es un ser vivo y tiene alma. Es esférico; en el centro está la Tierra, luego las esferas de los planetas y al final las esferas de las estrellas fijas. Esto se mueve con armonías musicales y proporciones numéricas.

Relación entre Ideas y cosas sensibles

Afirmar que las ideas son los modelos de los objetos del mundo físico significa que las propiedades de los objetos del mundo físico participan o las imitan. Las propiedades que aceptan grados, como la justicia, reforzarían la noción de participación, mientras que las que no aceptan grados, como la de circularidad, refuerzan la noción de imitación. La noción de imitación induce a interpretar la realidad de las ideas como trascendente con relación a los objetos físicos: el mundo de las ideas estaría más allá, separado del mundo físico. Platón evolucionó de una concepción inmanente de las ideas a una concepción trascendente.

Revisiones de la teoría de las Ideas

Tipos de ideas:

En su primera época, Platón comenzó con la existencia de las ideas, pero reducidas al campo de la moral. En el Fedón aumenta el número de ideas: bien, belleza…; aparecen ideas de lo grande y lo pequeño, lo igual y lo desigual, y de varios números. En El Parménides se plantea el problema de si es posible la existencia de ideas sobre todo tipo de cosas, y de las ideas de objetos despreciables o ridículos, lo que iría contra la sublimidad de los seres.

Relación entre las ideas y las cosas sensibles:

La participación permite explicar la realidad sensible, pero compromete la unidad y trascendencia de las Ideas: serían a la vez unas y múltiples. Platón llega a plantearse una fuerte objeción a la teoría de las ideas, el «argumento del tercer hombre». Un hombre es igual a otro porque ambos participan de la misma idea (Idea del hombre), pero para hablar de semejanza se necesita una segunda idea, y una tercera…, con lo que al final para cada cosa sensible necesitaríamos una infinidad de ideas.

El alma y el conocimiento

Platón tiene una concepción dual del hombre, influido por los pitagóricos y el orfismo. El alma predomina sobre el cuerpo, es anterior a él y su unión es accidental y temporal. El alma no es visible, al contrario que los elementos materiales (fuego, aire, tierra y agua), porque pertenece al mundo inteligible. Así, mientras el cuerpo muere porque pertenece al mundo sensible, el alma se marcha hacia un lugar distinto, noble, invisible, divino e inmortal. Es un obstáculo para el perfecto conocimiento de segundo orden, que Platón llama doxa (opinión). Cuando las pasiones dominan y desobedecen al gobierno de la razón, caen de ese mundo inteligible y tienen que encarnarse en un cuerpo como castigo (Fedro). Platón no solo defiende la inmortalidad del alma, sino también su transmigración de unos cuerpos a otros.

Principios de la teoría del hombre donde el alma es el centro:

  • La parte racional: Nos diferencia de los animales y supone el elemento más elevado, se asemeja a lo divino y es inmortal. Está en el cerebro y su misión es conducir a las otras dos partes del alma; su virtud son la sabiduría y la prudencia. Esta parte del alma es la que entiende, en ella reside la facultad de conocimiento.
  • La parte irascible: Reside en el pecho y está emparentada con la moral. Su virtud es la fortaleza. Es el alma que quiere y que expresa la voluntad.
  • La parte concupiscible: Es la que tiene que ver con tendencias, deseos o pasiones. Origina bajas pasiones como los apetitos sexuales o el deseo inmoderado de comer o beber. Su virtud debe ser la templanza frente a los excesos a los que le empujan las pasiones despertadas por el cuerpo.

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