El Papel de la Razón y la Experiencia en la Construcción del Conocimiento

1. La Duda, Dios y el Genio Maligno en la Teoría de Descartes

Descartes utiliza la duda como herramienta para encontrar la certeza. Duda de todo, incluso de sus sentidos, e imagina un genio maligno que podría estar engañándolo. Sin embargo, descubre una certeza fundamental: si piensa, entonces existe («pienso, luego existo»). A partir de esta certeza, construye su sistema filosófico. Para superar la duda, demuestra la existencia de Dios argumentando que la idea de un ser perfecto no puede provenir de un ser imperfecto como él. Dios, al ser perfecto, garantiza la validez de la razón y la posibilidad de alcanzar la verdad. De esta manera, Descartes asegura que el mundo no es una ilusión y que podemos confiar en nuestra razón.

2. La Crítica Empirista a la Idea de Causalidad

Hume, filósofo empirista, critica la idea de causalidad argumentando que no podemos percibir la conexión necesaria entre causa y efecto. Observamos la sucesión de eventos, pero no la conexión causal en sí. Según Hume, la causalidad es una creencia basada en la costumbre y la repetición, no en una conexión necesaria demostrable. Por ejemplo, vemos que una vela se consume al encenderla, pero no percibimos la conexión causal entre ambos eventos.

3. Las Ideas: Origen y Construcción en el Racionalismo y el Empirismo

Para los racionalistas, las ideas son innatas, independientes de la experiencia, y se descubren mediante la razón. Ejemplos de estas ideas son la de Dios o la noción de causalidad. Para los empiristas, las ideas provienen de la experiencia. Hume distingue entre impresiones (percepciones directas) e ideas (copias de las impresiones). Las ideas complejas se forman combinando ideas simples según principios como la semejanza o la repetición. El racionalismo se basa en la razón, mientras que el empirismo se fundamenta en los sentidos.

4. La Relación entre la Teoría de Descartes y la Alegoría de la Caverna de Platón

Tanto Descartes como Platón coinciden en que los sentidos pueden engañarnos. En la alegoría de la caverna, los prisioneros confunden las sombras con la realidad hasta que uno de ellos escapa y descubre la verdad mediante la razón. De manera similar, Descartes duda de los sentidos y busca certezas en la razón, como la certeza de su propia existencia a partir del pensamiento. Ambos filósofos valoran la razón como fuente del conocimiento verdadero.

5. El Giro Copernicano de Kant: La Relación Sujeto-Objeto y el Conocimiento como Praxis

Kant propone un «giro copernicano» en la teoría del conocimiento: no son los objetos los que determinan nuestras ideas, sino nuestra mente la que organiza la experiencia. El sujeto aplica categorías como tiempo y espacio para comprender los objetos. El conocimiento, según Kant, es una praxis, una interacción entre la percepción y las estructuras mentales del sujeto. Conocemos la realidad tal como la percibimos, no tal como es en sí misma.

6. Crítica Empirista a la Causalidad

El empirismo, especialmente Hume, critica la causalidad argumentando que no percibimos la conexión necesaria entre causa y efecto, sino solo la sucesión de eventos. La causalidad, según Hume, es una creencia basada en la costumbre, no en una conexión real demostrable.

7. Ideas Simples y Complejas en el Empirismo

Las ideas simples son impresiones sensoriales básicas (color, sonido, textura). Las ideas complejas se forman combinando ideas simples mediante leyes de asociación: semejanza, contigüidad y causa-efecto.

8. El Conocimiento Objetivo desde el Empirismo

Desde el empirismo, el conocimiento objetivo es problemático. Todo conocimiento se basa en los sentidos, que son subjetivos y limitados. Conceptos como la causalidad carecen de base objetiva, según Hume. Si bien podemos describir fenómenos, la interpretación de la realidad siempre es subjetiva.

9. El Giro Copernicano de Kant

El «giro copernicano» de Kant implica que el sujeto, con sus estructuras mentales, moldea la experiencia de los objetos. Conocemos la realidad como fenómeno (aparición), no como númeno (cosa en sí). El conocimiento es una praxis, una actividad del sujeto que organiza e interpreta la información sensorial.

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