El Pensamiento de Descartes y Hume en el Contexto de la Revolución Científica

El Contexto Histórico y Filosófico de Descartes

El Siglo XVII: Crisis y Transformación

Descartes nació en 1596 (siglo XVII). La monarquía consolidaba su poder con el apoyo de la burguesía, dando lugar a los Estados absolutos donde la soberanía real se imponía incluso sobre las nuevas iglesias. Este periodo vio el surgimiento del calvinismo y el anglicanismo, dividiendo la sociedad entre católicos y protestantes. La Paz de Augsburgo intentó solucionar el conflicto, pero la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que Descartes vivió, extendió el conflicto por toda Europa. El absolutismo también llegó a Francia, culminando con Luis XIV y finalizando con la Revolución Francesa (1789). Descartes se educó en Francia, en un periodo absolutista que preparó el camino para la revolución.

La Contrarreforma

Otro movimiento crucial fue la Contrarreforma. Sus eventos más significativos fueron: la reforma del Carmelo, la Compañía de Jesús (jesuitas encargados de la educación) y el Concilio de Trento, que reinstauró la Inquisición. El siglo XVII fue un siglo de crisis política, económica y social, reflejada en el Barroco, que abarcó la religión, la literatura y el arte. La literatura española y francesa alcanzaron su máximo esplendor con autores como Lope de Vega, Góngora, Quevedo y Molière. En el arte, destacaron Bernini, Caravaggio y Rubens.

La Revolución Científica

Surgió una nueva forma de hacer ciencia basada en el método experimental y matemático. Las universidades, controladas por el poder, entraron en decadencia, dando paso a las academias. Se dio mayor importancia a la razón y a las matemáticas como base de la ciencia.

Influencias en la Filosofía de Descartes

Descartes se educó en La Flèche con los jesuitas, recibiendo una educación que defendía las verdades teológicas. Esta situación lo impulsó a buscar nuevas ideas, consideradas revolucionarias y que le valieron acusaciones de ateo y calumniador. Decidió marcharse a Suecia para pensar con libertad y dedicarse a la meditación.

La Revolución Filosófica del Siglo XVII

La revolución filosófica del siglo XVII estuvo ligada a la revolución científica, iniciada por Copérnico y continuada por Galileo y Newton. Esta época se caracterizó por la ruptura con el medievo y el surgimiento del antropocentrismo, donde el hombre se convierte en el centro. El método de la verdad debía buscarse desde, para y por el hombre, introduciendo la razón como fuente de conocimiento.

Empirismo vs. Racionalismo

En esta época encontramos dos corrientes: el empirismo, que afirma que el conocimiento parte de la experiencia sensible, y el racionalismo, que defiende que solo son válidos los conocimientos que proceden de la razón. Las principales características del racionalismo son: confianza en la razón, minusvaloración del conocimiento sensible, ciencia basada en las ideas innatas y en las matemáticas, y defensa de que todo tiene una justificación racional.

Otras Corrientes Filosóficas

Francis Bacon resaltó la importancia de la utilidad del conocimiento, argumentando que este permitía dominar la naturaleza (saber es poder). También resurgió el escepticismo de Pirrón, que defendía la imposibilidad de obtener un conocimiento absoluto. Lutero siguió estas ideas. Ante la diversidad de opiniones filosóficas, Descartes propuso la necesidad de una filosofía única, verdadera y universal, características que encontraba en las matemáticas. Por ello, decidió basar su pensamiento en la deducción y la intuición.

Hume y la Ilustración

El Siglo XVIII: La Culminación del Mundo Moderno

Hume nació en Edimburgo en 1711 y murió en la misma ciudad en 1776. El siglo XVIII representa la culminación de las transformaciones que dieron lugar al mundo moderno y el inicio del mundo contemporáneo. Desde el siglo XV se consolidaron los Estados nacionales, organizados en torno a monarquías absolutas. En esta época, llamada Antiguo Régimen, persistía la sociedad estamental y una economía predominantemente agrícola. Las tensiones políticas se intensificaron con el ascenso de la burguesía, que buscaba acabar con un régimen que le negaba el acceso al poder y otorgaba privilegios a la nobleza. Estas tensiones culminaron en revoluciones que propiciaron la desaparición del absolutismo y la consolidación de las democracias liberales.

La Revolución Inglesa y sus Consecuencias

La primera revolución política moderna tuvo lugar en Inglaterra, cuando Whigs y Tories derrocaron a Jacobo II, poniendo fin al absolutismo de los Estuardo. Se instauró una monarquía parlamentaria, garantizando libertades políticas, religiosas y económicas. Inglaterra se convirtió en el país más avanzado de Europa, un modelo a seguir. Se impulsó el desarrollo comercial y capitalista, el parlamentarismo y el liberalismo. La revolución agrícola y el auge de la industria generaron una prosperidad económica sin precedentes.

La Ciencia Moderna y la Ilustración

El triunfo de la ciencia moderna, con su visión materialista y mecanicista del universo, supuso un cambio radical. La ciencia moderna se basó en la matematización de la naturaleza, permitiendo su carácter experimental. Newton se convirtió en el símbolo de la nueva ciencia y en un modelo para los ilustrados, junto con el empirismo de Locke. La revolución científica permitió que la ciencia y la filosofía se desligaran de la escolástica y la religión. La autonomía de la razón se convirtió en el rasgo fundamental del pensamiento moderno, culminando en la Ilustración.

La Ilustración: La Razón como Guía

La Ilustración fue un movimiento intelectual europeo surgido en Inglaterra a partir de la obra de Locke y Newton. Se extendió a Francia y luego a otros países. Se caracterizó por su confianza absoluta en la razón como la única facultad capaz de resolver los problemas humanos. Esta confianza expresaba la fe en el hombre y sus capacidades para garantizar el progreso, sin la ayuda de Dios. Su extensión a diferentes ámbitos explica las peculiaridades nacionales que adoptó en cada país.

La Ilustración Inglesa y el Empirismo

En Inglaterra, con un clima político más estable, la Ilustración (Enlightenment) se desarrolló en paralelo al empirismo, corriente opuesta al racionalismo en cuanto al origen del conocimiento. El empirismo niega la existencia de ideas innatas (Locke) y afirma que el origen y límite del conocimiento está en la experiencia sensible. Hume fue su máximo representante. La Ilustración inglesa se centró en cuestiones epistemológicas y en el desarrollo de las ciencias naturales (Newton). También abordaron temas morales, políticos y de filosofía de la religión. Gracias al peso de la burguesía y al parlamentarismo, se desarrolló una legislación que garantizaba derechos y libertades, difundiendo un mensaje de libertad y tolerancia que influyó en la aristocracia y en otros países europeos.

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