El pensamiento de José Ortega y Gasset: Una perspectiva histórica y filosófica

Marco Histórico

Durante la vida de José Ortega y Gasset (1883-1955) sucedieron en España importantes acontecimientos:

  • 1904: Ley del Descanso Dominical
  • 1908: Ley de Regulación del Derecho de Huelga
  • 1919: Jornada laboral de 8 horas.

Crisis del 98: Regeneracionalismo

  • 1931: Agrupación al Servicio de la República (Ortega)
  • Autoexilio tras la Guerra Civil (Francia, Holanda, Argentina, Portugal)
  • Regresa a España en 1945, ignorado por el régimen.

Formas políticas en España

  • Monarquía de Alfonso XIII (1902-1931) con gobiernos democráticos y con la dictadura de Primo de Rivera (1923).
  • Segunda República (1931)
  • Dictadura de Franco tras la Guerra Civil (1936-1939)

Contexto internacional

Fin del imperio español (pérdida de Cuba y Filipinas en 1898), nacimiento de EEUU como gran potencia, Primera Guerra Mundial (1914-1918), Revolución rusa (1917), fascismo italiano y nazismo alemán, Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría.

Marco Sociocultural

La sociedad española en los años 20 estaba dividida en:

  • Aristocracia (caciquismo)
  • Burgueses (políticos, financieros y empresarios)
  • Clase media (intelectuales)
  • Clase obrera y campesina

El 30% de la población era analfabeta.

La creciente influencia política de la clase media y la participación de las masas populares en los procesos políticos fueron vistas como un peligro para la buena marcha de la sociedad. Esto también afectó a la cultura, que se extendió a todas las clases sociales y, una vez convertida en cultura de masas, pasó a ser un producto de consumo. Destacaron Sánchez Albornoz (historiador), Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca (literarios) y Pablo Casals (músico).

Innovación continua en los movimientos artísticos

Las vanguardias radicalizaron su concepción del arte, pero su duración fue efímera y su influencia apenas alcanzó a un grupo de especialistas. Entre las vanguardias destacan el surrealismo, el cubismo y el dadaísmo, que querían romper los cánones estéticos.

Desde principios del siglo XX, la ciencia experimentó una revolución en diversos campos (física, biología, etc.). Sin embargo, aunque la ciencia se convirtió en un elemento imprescindible de la civilización, su poder destructor fue mayor que nunca. Destacaron Ramón y Cajal y Severo Ochoa (medicina) y Leonardo Torres Quevedo (inventor e ingeniero).

Marco Filosófico

En filosofía hubo otra revolución, que produjo importantes novedades en el pensamiento. Estas novedades complicaron extraordinariamente la filosofía, que se volvió más heterogénea que nunca. Por su vínculo con el pensamiento de Ortega, hay que destacar:

  • Neokantismo: donde brillaron maestros de Ortega en Marburgo.
  • Historicismo de Dilthey: cuyo relativismo intenta superar el filósofo español.
  • Fenomenología de Husserl: cuya búsqueda de una nueva fundamentación que superase los errores del positivismo, Ortega fue de los primeros en apreciar.
  • Existencialismo de Heidegger, Jaspers, Sartre: privilegia la existencia en relación con la existencia. Ortega mantiene una relación ambivalente con el existencialismo.

Idea de Filosofía

Ortega concibe la filosofía como el estudio de todo lo que hay en el universo, sea real o irreal, y no de lo concreto individual.

La pantonomía es el empeño intelectual hacia ese todo, cuya misma existencia es una incógnita, puesto que lo que nos es dado es lo concreto, y es lo que diferencia la filosofía de la ciencia, que delimita previamente los objetos de los que se ocupa.

El filósofo está sometido a un imperativo de autonomía, esto es, renuncia a apoyarse en nada anterior a la filosofía que se vaya elaborando, sin suposiciones, tratando de ir más allá de lo dado y sus apariencias.

Tanto la autonomía como la búsqueda de lo universal deben estar basadas en la claridad, pues la filosofía, a diferencia del misticismo, que opta por el éxtasis y lo incomunicable, es conocimiento teórico, que hace uso de conceptos y busca la transparencia.

La Vida como Realidad Radical

Esta concepción de la filosofía de Ortega se basa en los tres grandes periodos de la historia de la filosofía:

  • Realismo: Las cosas, incluido el ser humano, no son algo fijo e inmutable. Aristóteles: las cosas y el hombre son sustancia, las cosas se conocen por las imágenes que representan.
  • Idealismo: La conciencia, las ideas, no están aisladas, implican siempre un pensar en algo, las cosas. La conciencia es el último fundamento, y las cosas son producidas por ella, las cosas son en realidad ideas.
  • Raciovitalismo (realidad radical o neokantismo): La realidad es la relación entre el sujeto y el mundo, puesto que no se puede concebir conciencia sin cosas, mundo; ni cosas aisladas (sustancia) sin conciencia. Hay un mutuo existir del hombre y el mundo. La realidad radical es anterior a cualquier otra, es la vida humana, a la que se subordinan las cosas y las ideas.

Para Ortega, la vida no es un término biológico, sino biográfico: supone que un yo tiene que vivir en una determinada circunstancia, no como algo fijo, sino atendiendo a su entorno.

Circunstancia: es aquello que tiene sentido para el sujeto, de lo que le rodea (época, país, familia…).

El yo y la circunstancia son las dos dimensiones de la vida humana: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo». El yo no es el yo pensante del idealismo, aislado del mundo real, sino que debe adquirir conciencia de sus circunstancias. Éstas, a su vez, limitan el horizonte humano y le sirven de acceso al mundo. Por ello, hay una circunstancia, unos elementos que la sociedad nos transmite, que constituyen los supuestos de la vida humana, y que Ortega denomina creencias (son parte de la realidad que las personas no se cuestionan: los supuestos, las convicciones y las respuestas, sobre las que se asienta nuestra vida y que hemos heredado.

Frente a las creencias están las ideas o pensamientos que tenemos sobre las cosas. Las ideas son los pensamientos que cada ser humano elabora sobre lo que le rodea, las respuestas que hemos decidido afrontar. Cuando las ideas son aceptadas por la comunidad, se convierten en creencias. Con las ideas nos encontramos y con las creencias estamos.

Las creencias son la vía por la que la sociedad establece la continuidad de sus creaciones, lo cual significa que la vida humana se desarrolla dentro de los límites que establece el pasado: no es la naturaleza la que nos determina a ser de una manera u otra, sino la historia.

El Hombre como Proyecto

El hombre es historia, vida, pero esa vida está por hacerse, puesto que el hombre, con su libertad, tiene que hacerse a sí mismo. Vivir es elegir lo que se quiere hacer en la vida. Hay la obligación de hacer algo, pero no algo determinado, se puede elegir entre las alternativas. El yo no es algo fijo, sino que se va haciendo en unas circunstancias sobre las que ejerce su libertad.

El yo posee un proyecto de vida (vocación), que puede ser asumido o no por el propio individuo. La realización de la vocación permite el perfeccionamiento del sujeto que lleva una vida auténtica; si no la realiza, se falsifica su vida.

Decidir lo que vamos a ser es fundamental para nuestra existencia y supone un compromiso con el futuro. Al proyectar nuestro futuro, necesitamos contar con ciertos medios que son proporcionados por el pasado, los cuales permiten descubrir el presente. Esto significa que la vida es temporalidad.

El mundo se puede conocer a través de la perspectiva (forma que adopta la realidad para el sujeto -no subjetivismo-), la realidad tiene infinitas perspectivas, todas verdaderas. Ejemplo: Sierra de Guadarrama (Madrid y Segovia).

La verdad absoluta es la suma de las perspectivas individuales y no está a nuestro alcance. El perspectivismo rebate el escepticismo por ser individual y el dogmatismo, pues nadie puede decir que su verdad es la única. El conocimiento perspectivista es el único posible.

La verdad en perspectiva es vista por Ortega como función de la vida, de ahí que, más allá de la razón pura, que no puede comprender la vida por su abstracción, para entenderla se necesite la razón vital o histórica, que busca comprender todo lo humano, racional o irracional, en su complejidad histórica, por lo que se va haciendo a lo largo de la vida.

La Generación en la Historia

Ortega concibe la sociedad humana como un proyecto en el que los individuos alcanzan una cierta identidad y perfeccionamiento. La identidad es fruto de la pertenencia a una misma generación (grupo de individuos nacidos en un intervalo de 15 años, que comparten ideas, deberes, tareas, etc.). Las generaciones marcan el ritmo de la historia, que se mueve según éstas suceden.

Aunque todos los individuos forman parte de una generación, no todos los individuos son iguales, siempre habrá una mayoría y una minoría en cada grupo. La masa (mayoría) son los que se conforman con pensar lo que la gente dice; la élite son aquellos que quieren hacerse su propia opinión.

La élite despierta en los demás el deseo de perfección y seguimiento, pero cuando no es así, se produce la rebelión de las masas, el proceso de perfeccionamiento social entra en crisis y la sociedad carece de liderazgo.

El Problema del Conocimiento en Otro Autor que no Pertenezca a esta Época

Kant también analiza el problema del conocimiento. Kant se pregunta ¿qué puedo saber? y desarrolla su respuesta en la Crítica de la razón pura. Su mayor preocupación es si la metafísica es una ciencia; si lo es, podremos conocer la realidad (mundo, alma, Dios), si no lo es, es imposible encontrar certeza alguna.

Para averiguarlo, Kant se fija en la matemática y la física, y ve que se caracterizan por juicios sintéticos a priori (amplían nuestro conocimiento, son universales y necesarios). Kant se pregunta cómo se elaboran estos juicios. Estos juicios están formados por la experiencia que organizamos con formas a priori (espacio y tiempo), dando lugar a fenómenos.

Sin los datos sensibles sería imposible el conocimiento, porque no habría materia para ordenar, pero sin las estructuras de espacio y tiempo, esos datos no tendrían sentido. Por eso ambos elementos son necesarios para conocer los fenómenos. En cambio, las cosas en sí o noúmenos solo pueden ser pensados porque no se dan en la experiencia, y por tanto las categorías no pueden ser aplicadas sobre ellos.

Esto le lleva a decir que la metafísica no es una ciencia porque no se ocupa de fenómenos, sino de ideas.

Por no trabajar con lo sensible, la razón no puede alcanzar el verdadero conocimiento.

Relación del Texto con el Tema de Nuestro Tiempo

En el capítulo X de El tema de nuestro tiempo, Ortega trata de implicar a la gente de su generación para que se ponga a la altura de los tiempos que les ha tocado vivir, superar la crisis y regenerar la cultura. Busca la verdad integral intentando escapar del relativismo y el racionalismo, y propone el perspectivismo.

Ortega plantea una síntesis entre cultura y vida, así se superaría el escepticismo relativista (visión de la realidad limitada a lo concreto y errónea) y el error racionalista de dar prioridad a la cultura, negando la vida.

Cada vida es un punto de vista sobre el universo, ninguna visión es más verdadera que otra. Cada uno tiene sencillamente la suya. Pero eso no le resta ni le pone nada a la realidad misma.

Ortega dice que no hay que ver las cosas objetivamente (racionalismo), ni como artilugios que se reducen al uso particular (relativismo). Para Ortega, las cosas son aquello que nos reviste cierta facilidad o dificultad.

Un ejemplo de cosa es el árbol, que me da frutos y puede ser un obstáculo al caminar. Lo más relevante del conocimiento del objeto-árbol es que me fue útil o incómodo en determinadas circunstancias, y que, a pesar de ello, reconocemos en él otras cosas que pueden ser sin negar lo que es para nosotros.

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