El imperativo categórico de Kant
Características del imperativo categórico
+ Es categórico, lo que significa que la acción, para que sea moral, no puede considerarse como un medio, sino como un fin en sí misma. En caso contrario sería un imperativo hipotético.
El imperativo categórico es un mandato universal y necesario que prescribe acciones como buenas en sí mismas con independencia de las consecuencias. Las acciones que se ejecutan por el imperativo categórico se calificarán como buenas «en sí». Este imperativo es aquel que explica las acciones de la buena voluntad.
Obrar por deber
Obrar por deber significa seguir el dictado del imperativo categórico. Kant afirma que hay un único imperativo que se puede formular de distintas maneras. Dos de estas formulaciones son:
- «Actúa de manera que tu acción pueda convertirse en norma universal». Este imperativo indica la forma que han de tener los principios morales: han de ser principios universales. La universalización de la norma de conducta que guía una acción es la forma que permite determinar si una acción es buena. La bondad se desvincula de cualquier contenido material y concreto de la acción. La bondad depende de la forma de dicha acción. El acto bueno es aquel que puede universalizarse.
- «Procede de modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio». Esta formulación del imperativo categórico resalta la diferencia fundamental entre el ser humano y el resto de naturaleza: su dignidad. La dignidad es entendida como la cualidad fundamental de toda persona como un fin en sí misma y no puede ser utilizada indiscriminadamente como medio para conseguir otras cosas. Para Kant, una acción será moral si en ella hay una consideración de la dignidad del resto de personas. El ser humano no puede estar sometido a una legislación universal externa. Esto significa que el imperativo categórico se origina en el interior del ser humano.
Los postulados de la razón práctica (Kant)
Kant finalmente concluye que para que la vida moral sea posible, es necesario postular las mismas realidades metafísicas que habían sido objeto de crítica al analizar la razón teórica. Tales realidades son la libertad, la inmortalidad del alma y Dios.
La izquierda hegeliana (Marx)
Hegel había intentado comprender la realidad a través de la dialéctica, señalando las contradicciones que se dan en el ser humano, en la historia y en la naturaleza. La interpretación de su pensamiento dio lugar a dos movimientos opuestos: la izquierda hegeliana, también conocida como los jóvenes hegelianos, y la derecha hegeliana. Mientras que la derecha hegeliana subrayaba los aspectos del maestro que venían a justificar la religión y el poder, la izquierda entenderá que la realidad de la época no responde a las exigencias de la razón y que, por tanto, debe ser transformada. Los jóvenes hegelianos se servirán de la dialéctica de Hegel como método para denunciar las contradicciones de la sociedad de la época y le darán un giro materialista y antirreligioso, por considerar que la legitimidad del poder se basaba en la religión. La derecha hegeliana dominaba en las universidades y las instituciones, los jóvenes hegelianos eran rechazados en los medios académicos. Uno de los pensadores más importantes de este grupo es Feuerbach.
El materialismo de Feuerbach (Marx)
Feuerbach se convierte en un referente de la izquierda hegeliana cuando publica La esencia del cristianismo. Invierte el idealismo de Hegel y defiende una filosofía materialista, es decir, que en lugar del espíritu tenga como punto de partida la materia. Feuerbach introduce el concepto de alienación religiosa: Dios es una creación del hombre, que proyecta sus cualidades fuera de sí, idealiza su propia imagen y la atribuye a un ser superior. Feuerbach ha invertido los términos: Dios no ha creado al hombre, sino que es el hombre el que ha creado a Dios. Este concepto de alienación religiosa es la aportación más significativa de Feuerbach.
El socialismo utópico (Marx)
A mediados del siglo XIX se puso de manifiesto la necesidad de reformas sociales con el fin de terminar con la explotación de la clase obrera y las injusticias sociales. Algunas de las propuestas de reforma llegaron incluso a ponerse en práctica. Entre estos pensadores destacaron Robert Owen en Inglaterra, y Saint-Simon y Pierre-Joseph Proudhon en Francia. Marx los calificó de utópicos por la ingenuidad de sus propuestas y porque consideraba que sus proyectos carecían de base científica.
El liberalismo económico (Marx)
Smith y Ricardo son los padres del liberalismo económico. Sus teorías justificaban el sistema económico capitalista. Smith defiende que lo que determina el valor de una mercancía es el trabajo, y que el librecambio y la competencia favorecen la producción. Ricardo desarrolló las teorías de Smith, y el concepto que hoy conocemos como salario mínimo, y que él denominó salario natural. Estos economistas consideraron natural la ley de la oferta y la demanda.
Hay que añadir la influencia de la Ilustración a través de Rousseau y su idea de que existe una igualdad natural de todos los hombres.
El materialismo dialéctico (Marx)
El marxismo sostiene una concepción materialista de la realidad. Esta realidad es dialéctica, es una materia dinámica. Los cambios se producen de acuerdo con unas leyes que se inspiran en Hegel:
- La ley de la unidad y oposición de contrarios. Todo lo que existe es una unidad hecha de contrarios, y las transformaciones sucesivas se deben al enfrentamiento entre ésas fuerzas contrarias que luchan entre sí.
- La ley del salto cualitativo. Los cambios cuantitativos en la materia traen consigo cambios cualitativos. Es decir, la mayor cantidad de una materia desemboca en la aparición de una cualidad que no tenía anteriormente.
- La ley de la negación de la negación. Las contradicciones se superan y se resuelven en una nueva unidad. La negación de la negación se manifiesta, por ejemplo, en que de una semilla procede una planta que tiene tendencia a florecer y a morir y finalmente produce otra semilla que volverá a desarrollarse, comenzando de esta manera el proceso de nuevo.
Este materialismo dialéctico se opone al idealismo hegeliano y al materialismo mecanicista, que suponía un mundo compuesto de materia inerte. Por tanto, toda realidad debe ser estudiada en términos dialécticos.
Materialismo histórico (Marx)
El materialismo histórico es la explicación marxista de la historia. Esta teoría defiende:
- Una interpretación dialéctica de la historia.
- Una concepción materialista de la historia, entendiendo como materia las relaciones de producción de los bienes materiales. Frente a la idea hegeliana de que el despliegue del espíritu determina la historia, para Marx es el sistema de producción de una sociedad lo que determina el conjunto de creencias, valores y, en general, la cultura de la misma.
Para comprender el materialismo histórico, es necesario conocer sus conceptos básicos:
Relaciones de producción. Para transformar la naturaleza, es decir, para producir, los seres humanos necesitan establecer entre ellos unas relaciones. Estas relaciones de producción incluyen también las que se crean con respecto a la propiedad de los medios de producción.
Fuerzas productivas. Son todos los elementos que actúan en el proceso de producción: las personas que lo producen (fuerza de trabajo), los medios que se utilizan -como la maquinaria o la tierra- (medios de producción) y la tecnología empleada para llevar a cabo el proceso.
Modo de producción. Es el conjunto de las relaciones de producción y las fuerzas productivas en un momento histórico determinado. El modo de producción es lo que Marx denomina la infraestructura de una sociedad (su estructura económica). La infraestructura de una sociedad determina su superestructura, es decir, el conjunto de concepciones políticas, morales, jurídicas y filosóficas que existen en esa sociedad. La superestructura se materializa en organizaciones e instituciones como, por ejemplo, el Estado, los partidos políticos y el sistema educativo. Una infraestructura y una superestructura constituyen una formación social (por ejemplo, el Antiguo Régimen o la sociedad capitalista)