Nietzsche: Crítica a la Cultura Occidental y la Transmutación de Valores
1. Objetivo de la Filosofía de Nietzsche
Nietzsche aborda la «mentira radical» que, según él, preside la tradición occidental. Denuncia que Occidente se ha equivocado al presentar la vida humana como una realidad de segundo orden, dependiente de otra más verdadera y luminosa (Ideas, Dios, etc.). Desde Sócrates y Platón, pasando por el cristianismo, hasta Kant y Hegel, Occidente ha perseguido falsos valores que se asientan en una mentira, ya que suponen que más allá de las cosas hay algo eterno. Esto, para Nietzsche, debe ser desmantelado. La labor del superhombre será llevar a cabo la transmutación de todos los valores, afirmando la vida en un proceso de destrucción y posterior creación.
2. Apolíneo y Dionisíaco: Claves para Entender la Cultura Occidental
a) En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche expone el embrión de su filosofía: el reconocimiento de la vida como valor fundamental y la creencia de que nuestra cultura la ha rechazado. Cuestiona la valoración tradicional del mundo griego, que situaba el momento de esplendor en la Grecia clásica y consideraba a Sócrates y Platón como iniciadores de la racionalidad. Nietzsche da más importancia a la Grecia arcaica, que captó las dos dimensiones fundamentales de la realidad, expresadas míticamente como Apolo y Dionisio.
b) La tragedia clásica muestra los dos principios que componen la realidad: el espíritu dionisíaco (valores vitales) y el espíritu apolíneo (valores de la razón). Apolo, dios de la luz y la armonía, representa la individuación, el equilibrio, la medida y la forma. La interpretación tradicional de la cultura griega era apolínea, presentándola como la primera cultura con una visión bella y racional de la realidad. Frente a lo apolíneo se encuentra lo dionisíaco. Dionisio, dios del vino y las fiestas, representa la música y la pasión. Para Nietzsche, es el dios de la confusión, el caos, la noche y los instintos. Para los griegos, era una dimensión fundamental de la existencia, que en la cultura occidental pasa a ser la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales y biológicos. Dionisio simboliza la fuerza creadora, que para Nietzsche tiene un sentido positivo, pues la vida es un valor en sí mismo y no puede ser juzgada por nadie.
c) Como en las tragedias griegas, la vida se resuelve en una continua oposición: lo apolíneo intenta imponerse a lo dionisíaco, y viceversa. La grandeza del mundo griego arcaico residía en la armonización de ambos principios.
d) Sócrates y Platón despreciaban esta doble faceta y proponían el mundo racional como verdadero. Sócrates inicia el desprecio al mundo de lo corporal y la fe en la razón, lo que supuso un giro decadente. La crítica de Nietzsche a la cultura occidental se extiende a todos los ámbitos.
3. Crítica a la Cultura Occidental
a) Introducción: La crítica de Nietzsche abarca todos los campos de la cultura occidental. Su tesis fundamental es que la cultura occidental es una cultura racional y dogmática que se opone a la vida. La esencia de esta cultura es el nihilismo negativo, que se refleja en una metafísica dualista y de la inmutabilidad del ser, una epistemología del concepto y una moral del ideal ascético.
b) Crítica a la Moral: Nietzsche utilizó el método genealógico para analizar los valores morales, concluyendo que lo «bueno» fue previamente «lo noble y aristocrático» (lo fuerte), y lo «malo» lo vulgar, lo simple, lo cobarde. Surge otra contraposición, bueno-malvado, ya de carácter moral, que desplaza a la anterior. El origen histórico de este desplazamiento es la «rebelión de los esclavos», protagonizada por los judíos y continuada por los cristianos, que produce la inversión de los valores morales: lo bueno pasa a ser lo humilde y lo malo lo noble. El origen de la moral platónico-cristiana es esta rebelión, producto del resentimiento de los débiles. Nietzsche critica esta moral tradicional por ser antinatural, al rechazar esta vida y sus instintos, llevando a la aniquilación de la voluntad. La base filosófica de esta moral contranatural es el platonismo y el cristianismo. Solo la vida ha de ser criterio de sí misma. Nietzsche contrapone dos formas de moral:
- 1. Moral de los señores: Propia de la aristocracia antigua, es una moral de autoafirmación del hombre como creador de sus propios valores, del hombre que dice sí a la vida. Es la moral del superhombre, que considera bueno lo que eleva al individuo y es creador de valores.
- 2. Moral de los esclavos (de los débiles): Propia de aquellos que son incapaces de asumir el carácter trágico de la vida y, por tanto, necesitan otro mundo. El «esclavo» no es capaz de darse su propia norma de actuación. Es la moral de rebaño. Supone la inversión de los valores, es una moral pasiva, ya que no crea esos valores, sino que los encuentra en sí mismo. Esta es la moral de la democracia, ya que pretende igualar a todas las personas, y es una moral que debilita la propia voluntad, preparando a los individuos para acoplarse en el rebaño.
La moral platónico-cristiana es dogmática al mantener la objetividad y universalidad. En ella, la idea de pecado, de mala conciencia y de culpa son versiones del mismo sentimiento: una deuda que solo puede ser pagada con el castigo. Para Nietzsche, llegará el día en que se pueda «vivir más allá del bien y el mal», cuando aparezca el superhombre.
c) Crítica a la Filosofía Tradicional (a la Metafísica):
- Aspecto ontológico: La falsa interpretación de la realidad: La metafísica tradicional se asienta en un error básico: creer que existen dos mundos (el inteligible, captado por la razón, y el sensible, captado por los sentidos). Se ha implantado la tiranía de la razón, creando la gran mentira de ese otro mundo fijo y devaluando el único existente. Una consecuencia de la invención del «mundo verdadero» inmaterial es la desvalorización del cuerpo, tomado por Platón como cárcel del alma, con su consiguiente desprecio de lo sensible, al igual que la idea cristiana del pecado de la carne (rechazo de lo corporal). La ontología platónico-cristiana es estática y contraria a la vida, ya que considera el ser como algo inmutable y eterno, pero tal ser no existe, solo existe el devenir. Además, presenta otra idea del mundo equivocada: entiende el mundo como un cosmos y no como un caos. Las categorías metafísicas son invenciones para encontrar la regularidad ausente en el único mundo existente. Tras el idealismo de esa metafísica se esconde el odio a la vida, al mundo y el temor al instinto. Para Nietzsche, la metafísica es consecuencia de una moral de esclavos incapaz de asumir el sentido trágico del mundo.
- Aspecto epistemológico (Crítica al Conocimiento): La forma básica de conocimiento es la intuición, el conocimiento directo e inmediato de una individualidad proporcionado por nuestro sistema perceptivo. Es la única forma de captar la vida. Para expresar las intuiciones, Nietzsche niega la validez al concepto. Todo concepto «falsea» la realidad, y más cuanto más abstracto sea. Se defendía este punto de vista afirmando dos formas de ser: la esencia y los rasgos accidentales, pero para Nietzsche en el mundo no existen ni esencias ni rasgos comunes entre seres. Además, los conceptos proceden de la desestimación del valor de los sentidos y de una sobreestimación de la razón. Para Nietzsche, la metáfora es la mejor forma de captar la realidad, ya que con ella se expresa adecuadamente su naturaleza cambiante, múltiple y ambigua. Critica la matematización de la realidad, ya que las matemáticas prescinden de la dimensión cualitativa del mundo, y la verdad no es otra cosa que una metáfora a la que hemos otorgado validez general mediante la abstracción (las verdades son ilusiones). La lógica es un invento humano; el momento más mentiroso y orgulloso de la historia de la humanidad fue aquel en el que unos «animales astutos inventaron el conocer». Frente al positivismo (y la filosofía tradicional), Nietzsche piensa que el atenerse a los hechos puros es una mera fantasía. Todo el conocimiento humano es siempre una interpretación que depende de la perspectiva vital del individuo. Nietzsche defiende el perspectivismo: todo conocimiento del mundo es una representación del sujeto desde un punto de vista. El conocimiento tiene carácter relativo y subjetivo.
4. El Mensaje de Zaratustra: La Propuesta Filosófica
En Así habló Zaratustra se alcanza «el mediodía» y se tratan temas como la muerte de Dios y el superhombre (1ª parte), el eterno retorno (2ª parte) y la voluntad de poder (3ª parte).
a) La Muerte de Dios: Nietzsche predica la muerte de Dios como la muerte de la creencia en Dios, que expresa el fin de toda creencia en entidades absolutas. Esto es un acontecimiento actual, ya que estamos en un tiempo histórico en el que se observa la necesidad de su final. «El concepto de Dios» es referido por Nietzsche al Dios cristiano y a todo aquello que pueda sustituirle, pues Dios representa lo absoluto. Dios es la metáfora para expresar la realidad que se presenta como la verdad y el bien, y sirve a los hombres para dar un sentido a la vida. Consecuencias:
- Se trata de extraer todas las consecuencias de tal muerte y, lo primero, es tomar conciencia de ese asesinato, que implica la parábola del hombre loco.
- Es el fin inapelable de nuestra cultura y de los valores e ideales que la sustentan.
- Supone la posibilidad de vivir sin lo absoluto, condición para la aparición del superhombre.
- Para la gente común será un sentimiento de precipitación en una nada infinita, y ese vacío interior produce el nihilismo y el «último hombre».
b) La Muerte de Dios y el Nihilismo: Con el término nihilismo, Nietzsche se refiere a la situación histórica concreta en la que los valores ya no valen. El nihilismo es consecuencia de la muerte de Dios, es la pérdida de los valores absolutos sustentados en Dios. Para Nietzsche, la decadencia total de la tradición y de la cultura occidental era un suceso histórico inexorable. El nihilismo tiene un aspecto negativo y otro positivo:
- Nihilismo pasivo: Es un sentimiento de angustia y desorientación, el convencimiento de que la esencia es insostenible, vacía y carente de sentido. El hombre toma conciencia de que Dios ha muerto y pierde los valores que le guiaban. El nihilista pasivo no cree en ningún valor.
- Nihilismo activo: Es el aspecto positivo. Consiste en tomar conciencia del beneficio de la destrucción de los viejos valores, debido a la necesidad de realizar la transmutación de los valores, la creación de valores nuevos para la destrucción del viejo mundo.
c) El Superhombre y la Ética del Superhombre:
- Concepto: El superhombre es una nueva forma de ser hombre, es el hombre nuevo que aparece tras la «muerte de Dios», dejando atrás el nihilismo y el resentimiento.
- En Así habló Zaratustra se explica el proceso hacia el superhombre mediante las tres transformaciones del espíritu:
- Camello: Es el momento de la humanidad que convive con el platonismo, y su característica básica es la humildad, el saber soportar con paciencia la pesada carga de la moral del resentimiento hacia la vida. Pronuncia el «yo debo».
- León: Es el hombre crítico y dueño de sí, nihilista activo que destruye los valores de la cultura occidental, es el hombre que se libera del yugo de la moral. «Yo quiero».
- Niño: Es el hombre que busca la afirmación de sí mismo, representa la verdadera libertad e inventa valores, es inocente, espontáneo y sin prejuicios morales. Se le presenta la vida como algo nuevo y excitante, en la que en todo instante hay aventura y juego, siendo la metáfora del superhombre. Representa el sí radical a la vida (mundo dionisíaco).
- Su tarea es la transmutación de todos los valores, superando la moral de los esclavos con la creación de nuevos valores que supongan un sí radical a la vida. El superhombre está «más allá del bien y el mal». La autonomía moral más absoluta y radical es su ideal.
- Rechaza la moral de esclavos (la humildad, la cobardía, etc.).
- Lo podemos reconocer a partir de su conducta moral. El hombre superior no cree en la igualdad y no tiene miedo a la diferencia (victoria, éxito, etc.). Como consecuencia de su capacidad y determinación, crea valores, por lo que su conducta será distinta a la de los demás. Es fiel a los valores de la vida, al «sentido de la tierra»: no cree en ninguna realidad trascendente. Vive en la finitud, aceptando la vida en su limitación sin ocultar las dimensiones terribles de la existencia (sufrimiento, muerte). Es dionisíaco, no cree que la vida tenga un sentido que no sea el que él le ha dado. El superhombre toma la vida como un experimento en el que nada es seguro y vive sin consuelos. Ama la intensidad de la vida y su devenir: la alegría, el amor sexual, etc.
d) La Voluntad de Poder: Es el principio básico de la realidad que gobierna todo. La esencia de la vida es la voluntad de poder, la fuerza primordial que pugna por existir o mantenerse en el ser y por existir siendo más. Es permanente ascenso y superación de la vida. Características:
- Carácter irracional (no obedece a ninguna ley).
- Inconsciente.
- Carece de finalidad. Las distintas manifestaciones que toman las fuerzas de la vida y sus consecuencias no tienen ningún fin. Para Nietzsche, la existencia tiene carácter gratuito.
- Impersonal: Esta fuerza es un cúmulo de fuerzas que buscan la existencia compitiendo entre sí.
- Es «voluntad de crear«: Es una fuerza creadora constante de nuevas formas de vida. Es voluntad creadora de nuevos valores.
e) El Eterno Retorno (signo de vitalidad): Esta metáfora representa la idea más complicada, precisa y extraña de Nietzsche. Se distingue en dos sentidos:
- En un sentido cosmológico, es una crítica a la concepción cristiana y teleológica del tiempo. El mundo no tiene finalidad alguna. Hay una concepción circular del tiempo, característica de los griegos antiguos: todo sucede un número infinito de veces (cíclico). Su formulación cosmológica trata la concepción del tiempo, que consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo, pasados, presentes y futuros, se repetirán eternamente.
- El sentido axiológico (fundamental). La tesis del eterno retorno es la expresión de la máxima reivindicación de la vida. Es la suprema fórmula de fidelidad del sí a la vida. Con esta tesis, Nietzsche hace de la vida lo absoluto, pues se trata de decidir cuál es el valor del mundo. La idea del eterno retorno es el eje central de la «nueva moral»: si el instante presente va a repetirse una y otra vez, lo lógico sería intentar que cada instante fuera de euforia y alegría para que se repitieran estos estados de ánimo, lo que revela la dimensión ética del eterno retorno: la exigencia de hacer de todo instante una experiencia de plenitud de la vida. Para ello, hace falta una «supersensibilidad» y una «supervoluntad» para afrontar este desafío (lo que requiere ser un superhombre).