El Pensamiento de Santo Tomás de Aquino en el Siglo XIII
El siglo XIII marca la irrupción del pensamiento de Aristóteles en Europa, traducido al latín por la escuela de traductores de Toledo. Inicialmente, la Iglesia consideraba a Aristóteles un hereje por su defensa de lo particular y el conocimiento a través de los sentidos, lo cual contradecía la idea de Dios. Sin embargo, Santo Tomás de Aquino logró sintetizar el cristianismo y el aristotelismo, y su lógica sigue siendo influyente en la Iglesia hasta nuestros días. Este pensamiento aristotélico, a partir del siglo XIII, se denominó escolástica, con Santo Tomás como su principal exponente.
La Relación entre Fe y Razón
Hasta el siglo XIII, existían dos posturas principales sobre la relación entre fe y razón: San Agustín, quien sintetizó fe y filosofía, y Averroes, quien separaba las verdades de fe de las verdades de razón. Santo Tomás propuso una vía intermedia, afirmando que existen verdades independientes y verdades compartidas por la fe y la razón, como la demostración de la existencia de Dios. La fe y la razón se complementan:
- La razón ayuda a la fe organizando científicamente los dogmas o artículos de fe, estructurando el mensaje cristiano y construyendo argumentos contra los enemigos de la fe.
- La fe ayuda a la razón al ser un criterio de verdad extrínseco y absoluto, orientando la filosofía.
Metafísica Tomista
En metafísica, Santo Tomás adopta una visión aristotélica del ser: el ser es análogo, con diversas formas de ser, pero una principal con respecto a las demás. Así, todas las cosas están constituidas por cuatro formas de ser:
- Sustancia: Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás llama sustancia al ente concreto, lo particular, y todas las demás formas de existir se relacionan con esta sustancia primera.
- Categorías: Son las propiedades que se dicen de la sustancia. Se dividen en sustancia segunda (el eidos o naturaleza, por ejemplo, ser humano) y los cuatro accidentes: tiempo, lugar, cualidad y cantidad.
- Movimiento: Santo Tomás defiende que el movimiento es el tránsito de la potencia al acto, y existe en la sustancia primera. La potencia es la capacidad contenida, y ambos se determinan mutuamente, dependiendo de la sustancia segunda o forma.
- Teoría Hilemórfica: Santo Tomás aprueba la teoría hilemórfica de Aristóteles, que explica lo real como una unión íntima entre la forma universal y la materia física. Sin embargo, hace una excepción con Dios, en quien esencia y existencia coinciden, siendo esta última pura e imperecedera. Además, afirma que la esencia permanece tras la muerte, siendo a la existencia como la potencia al acto.
Epistemología Tomista
La epistemología o teoría del conocimiento de Santo Tomás, también basada en Aristóteles, entiende el conocimiento como un proceso de abstracción. El alma desmaterializa las formas inscritas en la materia, colaborando en este proceso los sentidos, la memoria, el entendimiento agente (que abstrae las formas) y el entendimiento paciente (que recibe la forma inteligible y conoce el concepto universal). Santo Tomás afirma que el objeto del conocimiento humano es la verdad, y esta es única porque procede de Dios.
Antropología Tomista
La antropología tomista, influenciada por Aristóteles pero modificada por la fe cristiana, define al hombre como una unidad sustancial. Cuerpo y alma no son dos sustancias unidas, sino una única sustancia, donde el cuerpo es la materia y el alma la forma. Aunque existe una independencia entre ambas, el alma es inmortal al no depender completamente del cuerpo. Siguiendo a Aristóteles, distingue tres tipos de funciones en el alma humana: vegetativa, sensitiva y racional, siendo esta última exclusiva de los seres humanos. Además, defiende que poseemos un alma compleja y análoga que contiene los tres tipos.
Teología Tomista
En teología, a diferencia de Aristóteles, Santo Tomás analiza a Dios como un ser inteligible, con ideas y arquetipos universales que plasma en la creación, influenciado por San Agustín. Como empirista, demuestra la existencia de Dios a través de los sentidos y la experiencia, utilizando cinco vías:
- Vía del movimiento: Todo lo que se mueve es movido por otro, y debe existir un primer motor inmóvil, que es Dios.
- Vía de la causa eficiente: Toda causa tiene una causa anterior, y debe existir una primera causa incausada, que es Dios.
- Vía de la contingencia: Los seres son contingentes (pueden existir o no existir), y debe existir un ser necesario que sea la causa de su existencia, que es Dios.
- Vía de los grados de perfección: Hay distintos grados de perfección en los seres, y debe existir un ser sumamente perfecto, que es Dios.
- Vía del orden en el mundo: El mundo tiene un orden y una finalidad, y debe existir un ser inteligente que lo haya ordenado, que es Dios.
Ética Tomista
La ética de Santo Tomás es teleológica, es decir, el bien se define en función del fin. Es una ética de la felicidad, entendida como autorrealización y no como placer. La realización se encuentra en el encuentro con Dios a través de la razón, ya que está inscrito en la naturaleza humana. Por tanto, la única vía de felicidad es Dios.
Ley Natural
Para Santo Tomás, la ley natural es una norma inscrita en la naturaleza humana que nos guía hacia el bien. Esta ley es evidente, universal y necesaria. Su contenido se resume en reglas de vida:
- Como sustancia, mantenernos en la existencia.
- Como ser vivo, reproducirnos y cuidar de la prole.
- Como ser racional, utilizar la razón para buscar la Verdad (Dios).
Ley Positiva y Ley Eterna
La ley política o derecho (ley positiva) establece las relaciones entre ciudadanos en el Estado y debe reflejar la ley natural. La ley positiva es justa solo si sigue la ley natural, que es el camino de Dios. Finalmente, existe una ley eterna, establecida por Dios para todo el universo, que engloba la ley natural y la ley positiva.
Política Tomista
Para Santo Tomás, la mejor forma de gobierno es la monarquía limitada, donde el poder del príncipe está restringido por consejos de notables. Acepta también la aristocracia y la democracia, pero rechaza la tiranía, la oligarquía y la demagogia.