Santo Tomás de Aquino: Síntesis Filosófica y Teológica

Las aportaciones de Santo Tomás de Aquino al campo de la filosofía y de la teología representan una brillante síntesis del pensamiento anterior. Su mayor acierto fue la incorporación del pensamiento de Aristóteles a la filosofía cristiana, junto con las influencias de pensadores cristianos, judíos y musulmanes. Su obra es una lectura fundamental para los filósofos desde la Edad Media hasta la actualidad. Su vida respondió a dos vocaciones: la religiosa como monje dominico, y la intelectual dedicada al estudio y la enseñanza.

La Existencia de Dios y los Preámbulos de la Fe

Según Santo Tomás, la existencia de Dios es un conocimiento natural en el ser humano, accesible mediante el uso de la razón, incluso sin la Revelación cristiana o un acto de fe. La razón, aplicada de forma lógica y científica, puede alcanzar la certeza de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. A estas afirmaciones las denomina preámbulos de la fe. Para Santo Tomás, la razón precede a la fe y la filosofía a la teología, distanciándose de la visión agustiniana donde la fe precede a la razón (credo ut intelligam). Rechaza el argumento ontológico de San Anselmo sobre el conocimiento directo de Dios en la conciencia. Su argumentación se basa en la evidencia y la distinción metafísica entre esencia y existencia.

Esencia y Existencia

Esta distinción, innovadora en la filosofía, define la esencia como el conjunto de propiedades que constituyen un ser (la respuesta a la pregunta ¿qué es?), mientras que la existencia es la realización de esa esencia en un individuo. En Dios, esta distinción no existe, ya que su esencia es la existencia plena, existir por sí mismo. Su existencia es eterna y la causa de todas las demás existencias. La proposición «Dios existe» es evidente en sí misma, pero no para los seres limitados. Una proposición es evidente cuando el predicado está incluido en el sujeto. Si bien la existencia de Dios es evidente en sí misma porque el predicado se identifica con el sujeto, para nosotros requiere demostración a posteriori, a través de cosas más accesibles.

Las Cinco Vías hacia Dios

Santo Tomás prefiere una demostración a posteriori (quia), que va de los efectos a las causas, concluyendo en una Primera Causa: Dios. Más que de demostraciones, habla de cinco vías que conducen a la afirmación de la existencia de Dios. Estas vías se basan en la causalidad: todo efecto tiene una causa, y es imposible una cadena infinita de causas. Por lo tanto, existe una primera causa incausada o Causa Sui: Dios. Las cinco vías sintetizan el pensamiento de filósofos anteriores, pero su originalidad radica en su estructuración para demostrar la existencia de Dios y su principal atributo: la Aseidad. Dios es la existencia plena, en Él se identifica esencia y existencia, es la Causa Sui, fundamento de todos los seres.

Ética, Política y Ley Natural

La Ética Eudaimonista

En la ética, Santo Tomás sigue la orientación eudaimonista de Aristóteles: el fin de las acciones morales es la felicidad (eudaimonía). Sin embargo, esta felicidad no reside en lo creado, sino en Dios, en la visión beatífica. Un acto es bueno si conduce a ese fin, y malo si se aparta de él. Para discernirlo, debemos basarnos en la conformidad con la ley natural moral, que es la participación de la ley eterna de Dios en la creación. Santo Tomás fue el precursor del derecho natural, antecedente de los derechos humanos.

La Política y el Bien Común

En la política, afirma que la autoridad proviene de Dios, pero el gobernante debe tener asesores que representen al pueblo. La mejor forma de gobierno combina monarquía, aristocracia y democracia. Reconoce el derecho a la rebelión contra gobernantes corruptos que no buscan el bien común a través de la ley positiva. Define la ley positiva como una ordenación de la razón, dirigida al bien común, promulgada por la autoridad competente. Esta definición, precisa e influyente, inició la reflexión sobre la armonía entre moralidad y legalidad.