El Pensamiento de Tomás de Aquino: Un Puente entre Fe y Razón

Vida y Obra de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino (TA) nació en 1225. En 1244 ingresó en la orden de los dominicos y en 1251 fue nombrado cura. En 1273 experimentó una visión mística en Nápoles, y a partir de entonces no escribió nada más, pues todo lo plasmado en papel le parecía insignificante. Murió en 1274 y fue canonizado en 1323. Entre sus obras más destacadas se encuentran la Summa Theologica y la Summa contra Gentiles.

Etapas de la Relación entre Cristianismo y Filosofía: El Averroísmo Latino (Siglos XII-XIII)

Los árabes entraron en contacto con la filosofía aristotélica, aunque esta tenía influencias de Platón, especialmente en Avicena. Más tarde, Averroes eliminó los elementos platónicos, ofreciendo un aristotelismo puro que llegó a la Universidad de París, conocido como averroísmo latino. Su tesis más importante es que la fe y la razón tienen ámbitos autónomos, lo que se conoce como la teoría de la doble verdad.

Filosofía de Tomás de Aquino

Razón y Fe

TA parte de la tradición aristotélica. Sostenía que el conocimiento surge de los sentidos, por lo que el objeto de conocimiento humano debe ser lo empírico, no lo inmaterial. Por tanto, todo conocimiento de Dios será imperfecto y analógico, siendo su causa inaccesible a la razón. La información sobre Dios nos la da la fe, que se añade a la razón humana. La fe es el modo religioso de acercarse a la verdad, y la razón es el procedimiento humano de acceso a la verdad; hay diversos modos de acceder a la verdad. La fe supone aceptar la revelación divina, y la razón no contradice la fe. TA no acepta la tesis averroísta de la doble verdad: la verdad es la misma, y la razón y la fe se complementan. Si aparecen contradicciones entre ambas, la teología actuaría cuando las conclusiones razonables fueran incompatibles con las de la fe, indicando que ha habido una mala aplicación del método racional, pues se contradice una verdad absoluta y se incurriría en falsedad. La teología racional impulsa a la razón a avanzar hasta donde es posible el conocimiento, pero solo hasta donde la teología ha llegado por otras fuentes, que son las de la fe.

Estructura de la Realidad: Esencia y Existencia

Según TA, se distingue entre esencia (potencia) y existencia (acto). Los seres creados son contingentes. Solo en el caso del ser creador, un ser necesario (Dios), no se da la contingencia (en Dios, existencia = esencia), esto también ocurre en el caso de los seres creados. La realidad está estructurada jerárquicamente:

  1. El existir de Dios es necesario, eterno e inmutable. En él coinciden esencia y existencia.
  2. Seres contingentes (esencia y existencia separadas). Entre ellos hay dos grupos:
    1. Seres inmateriales: su esencia es la forma, pero sin materia (ángeles).
    2. Seres materiales: su esencia es materia + forma (animales, hombres, cosas).

El hombre es especial, ya que es material por tener cuerpo e inmortal porque tiene alma.

Dios y su Existencia

La distinción entre esencia y existencia la toma TA a partir de las nociones aristotélicas de potencia y acto. La esencia es potencia (puede ser o existir), la existencia es el acto (capacidad de ser o existir que tiene la esencia). Por tanto, la existencia es el acto de la esencia. Pero Dios es especial porque en él coinciden esencia y existencia, acto y potencia desaparecen, ya que Dios no puede ser potencializado por nada. Tampoco puede ser potencia porque significaría que puede ser algo, y a ese algo le faltaría perfección. Dios es toda perfección en acto. Los seres creados participan en dicha perfección en distintos grados según el ser de sus esencias, lo cual es platónico y no aristotélico.

La Demostración de la Existencia de Dios: Vías Tomistas

TA no fue el primero en intentar «demostrar» la existencia de Dios; antes lo hizo Anselmo de Canterbury (1033-1109). Su argumento es el argumento ontológico, donde pretende «demostrar» la existencia de Dios mediante un razonamiento apriorístico, empleando únicamente la razón. TA reprocha a Canterbury que no se sigue de la existencia pensada una real; del orden mental o conceptual no pueden darse conclusiones en otro orden. Y porque no distinguió el ser-esencia del ser-existencia. TA reprocha a Anselmo que haya llevado a cabo un argumento a priori, es decir, puro, conceptual, sin elementos empíricos; pero los seres humanos no podemos conocer si no partimos de los sentidos, por lo que todo conocimiento de Dios sería al revés, a posteriori, del efecto a las causas. TA no quiere convencer a ateos o descreídos, sino solo justificar mediante la razón la existencia de Dios, es decir, construir una teología racional. La demostración se limita a cinco vías que son vías para conocer a Dios. Todas presuponen el principio de causalidad, que gracias a él conocemos la causa incausada. El conocimiento será imperfecto debido a la desproporción entre el efecto y la causa, pero quedará demostrado que existe.

Primera Vía: El Movimiento

La vía del movimiento (el movimiento exige un primer motor). El punto de partida es la realidad sensible, el testimonio de los sentidos: en el mundo hay cosas que se mueven, este movimiento tiene una causa, ya que no puede ser a su vez motor y móvil. Por tanto, se debe admitir la existencia de un motor que no es movido por otro y que es la fuente de movimiento; este primer motor es Dios. Esta vía es de inspiración aristotélica.

Segunda Vía: Las Causas Eficientes

Demuestra la existencia de Dios por las causas eficientes subordinadas. Aparece una vez más el hecho del mundo sensible: hay causas eficientes que están subordinadas a otras en la producción de efectos, ninguna cosa puede ser causa eficiente de sí misma. Es imposible recorrer una serie infinita de causas, ya que si no hay una primera causa eficiente, no se pueden explicar las demás. La primera causa es Dios. Es un argumento similar a la primera vía, inspirada también en Aristóteles. La causa eficiente corresponde a las cuatro causas (material, formal, eficiente y final) y es extrínseca al ser. Esta vía prueba la causa primera y, por tanto, la existencia de Dios.

Tercera Vía: La Contingencia

La contingencia de los seres reclama un ser necesario. Una vez más, parte del mundo sensible: hay cosas en la naturaleza que pueden existir o no (contingentes), o que se producen y se destruyen. Si todos los seres fueran contingentes o posibles, no se podría explicar la existencia actual. El hecho de que existan implica la existencia de un ser necesario, causa de todos los seres, este no ha recibido de ningún otro su existencia y es razón de todas las realidades contingentes. Este ser es Dios.

Cuarta Vía: Los Grados de Perfección

Por los grados de perfección se demuestra la existencia de Dios. Parte de lo siguiente: en las cosas hay perfecciones (bondad, belleza, etc.) en distintos grados. Pero esto siempre hace referencia a un absoluto del que participa y es causa de perfección. Lo que es causa de todas las perfecciones es Dios. Esta vía tiene aroma platónico-agustiniano-anselmiano. Presupone la existencia de las ideas como única realidad.

Quinta Vía: El Orden Cósmico

Del orden cósmico se demuestra la existencia de Dios por la finalidad. Todas las operaciones de los cuerpos naturales tienden a su fin (perfección propia). Existe una intención, no actúan al azar. Si no conocen el fin al que tienden (teología), es que algún ser los dirige y orienta: Dios.

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