El Pensamiento Moderno: De la Recuperación Griega a Kant

Filosofía Moderna: Del Renacimiento a la Ilustración

La Edad Moderna europea se extiende desde el siglo XV hasta el XVIII, y suele considerarse al Renacimiento (siglos XIV y XV) como su etapa inicial, un periodo de transición entre la Edad Media y la Modernidad. Muchos de los fenómenos del Renacimiento tienen su origen en la Edad Media, por ejemplo, la emergencia de Estados nacionales, el crecimiento de la burguesía y, por ello, del individualismo, o la recuperación de los estudios de autores clásicos. Además, los acontecimientos del periodo renacentista tendrán una enorme repercusión en la sociedad europea de los siglos siguientes: la caída de Constantinopla, el descubrimiento de América, la generalización del uso de la pólvora o la invención de la imprenta.

El Renacimiento: Recuperación de la Filosofía Griega

Desde el punto de vista de la Historia de la Filosofía, en esta preparación de la Modernidad que fue el Renacimiento se recuperó el pensamiento de los filósofos griegos: Platón y Aristóteles principalmente, pero también Demócrito, Sócrates, la escuela estoica, el epicureísmo y el resto de escuelas helenísticas. La diversidad de autores que se inspiraron en los antiguos griegos presenta algunos rasgos comunes, como el antropocentrismo (frente al teocentrismo medieval) y el naturalismo (una exaltación del valor de la naturaleza como objeto de estudio que tendrá mucho que ver con el nacimiento de la nueva ciencia).

La Nueva Ciencia y la Autonomía de la Razón

Esta “Nueva Ciencia”, que supondrá una creación genuinamente moderna, acabará desbancando al antiguo aristotelismo del ámbito científico y ofrecerá al hombre moderno una visión del mundo alternativa a la medieval: el heliocentrismo y el mecanicismo acabarán generalizándose en la conciencia del hombre europeo gracias a los trabajos de Copérnico, Kepler, Galileo, Newton y muchos más. La oposición filosófica y científica entre la ciencia antigua medieval y la moderna fue uno de los principales episodios de la época moderna.

Uno de los resultados de la nueva ciencia será la idea moderna de la autonomía de la razón, que será vista como un principio supremo que no debería estar sometido a ninguna otra instancia, salvo sus propias leyes y la experiencia. La idea medieval de philosophia ancilla theologiae irá perdiendo su primer plano, y la Razón exigirá su plena libertad con la Ilustración en el siglo XVIII.

Racionalismo vs. Empirismo

Durante la época moderna hay diferentes maneras de entender el funcionamiento de la Razón humana:

  • Racionalismo: Originada en Descartes y continuada por Malebranche, Spinoza y Leibniz. Confían plenamente en las capacidades de la razón y apuestan porque esta extraiga la certeza de sus propias leyes, en lugar de tener que acoplarse a unos datos sensibles demasiado volubles. Optan por las matemáticas como modelo de saber, por su seguridad a priori, y conciben la ciencia deductivamente, como un proceso seguro que debería partir de axiomas indudables. Descartes es un ejemplo claro de este planteamiento. Todos ellos afirman que en la mente humana existen ideas innatas y tienen una gran confianza en las posibilidades de la Razón humana, cuyos límites consideran muy lejanos o inexistentes.
  • Empirismo: Los empiristas modernos (Locke, Berkeley y Hume) afirman que el conocimiento racional debe extraer su validez de la experiencia y que la mente humana podría compararse a una tabula rasa, limpia de toda idea innata, en la cual los sentidos van escribiendo sus datos. Los límites del conocimiento serían, por tanto, los límites de la experiencia, y toda idea que merezca ser tenida en cuenta debería basarse claramente en alguna experiencia. Siguiendo a los nominalistas y Ockham, consideran que deberían eliminarse del conocimiento todas las nociones innecesarias y vacías que no se basen en nada contrastable.

La Síntesis Kantiana

En el siglo XVIII, el filósofo Inmanuel Kant formulará una filosofía que mediará entre estas dos escuelas. Según su planteamiento idealista, el conocimiento humano es el resultado de la síntesis entre los elementos a priori de nuestra Razón y lo que extraemos de la experiencia. Ni la experiencia sola ni la Razón sola pueden explicar el hecho de la ciencia nueva o del conocimiento humano normal, sino que sería necesario acudir a ambos para explicarlo. La universalidad y necesidad de las leyes científicas sólo pueden explicarse por la colaboración entre lo a priori (Razón) y lo a posteriori (experiencia). Por tanto, la Razón tiene sus límites, pues sus elementos a priori sólo pueden aplicarse a la experiencia, de manera que los viejos conceptos de la Metafísica quedan más allá de sus posibilidades de resolución. La seguridad científica sólo es posible obtenerla con los fenómenos. Y además, el conocimiento objetivo, estrictamente hablando, es imposible, porque lo que conocemos es un constructo entre la realidad externa y nuestras propias estructuras.

Moral, Política e Ilustración

En cuanto a la moral y la política, también ocupan un lugar importante en la reflexión moderna. La Ilustración fue un movimiento defensor de la Razón y la libertad, que no sólo alcanzó a las reflexiones filosóficas, sino que planteó unos ideales de convivencia que transformaron todo el panorama político europeo, ya sea de manera violenta, como en la Revolución Francesa, o sirviéndose de otros ritmos más sutiles en el resto de países. El lema que Kant formuló para este movimiento, Sapere aude!, expresa perfectamente las implicaciones prácticas de darle a la razón el papel rector: el hombre sale de su minoría de edad tutelada cuando se atreve a pensar por sí mismo. Se podría decir que la Modernidad europea está contenida en ese lema kantiano.

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