Guillermo de Ockham
El pensamiento principal de Guillermo de Ockham es el criticismo. Aunque fraile, separó totalmente la razón de la fe. Defendió que ninguna de las verdades de fe es demostrable a través de la razón.
Para Ockham, la omnipotencia divina no tiene límite; Dios podría haber creado otro mundo en vez de este si hubiese querido. Por ello, rechaza las ideas griegas de que el universo es necesario.
Nominalismo
Su teoría más famosa es el nominalismo, en la que defiende que tan solo existen los individuos y no las esencias universales. Cuando nombramos algo, no estamos usando esencias porque no existen, solo es una forma de economía del lenguaje. Únicamente existen las realidades singulares, los conceptos universales son signos puramente lingüísticos.
Principio de Economía (Navaja de Ockham)
De aquí surge el principio de economía de Ockham: Entre dos teorías científicas que expliquen lo mismo, siempre debemos escoger la más simple y elegante.
Pensamiento Político
En cuanto al pensamiento político, defendió la necesidad de limitar los poderes del Papa, abogando por la toma de decisiones junto al Concilio, es decir, una democratización. Su nominalismo favoreció a la creencia.
Orden del Universo
Declaró que el orden del universo es contingente, no hay nada que obligue a que el universo sea de otra forma.
Crítica a la Física Aristotélica
También destacó su crítica a la física aristotélica. Aristóteles sostenía que todo móvil era movido por otro motor que debía estar en contacto con él. Ockham criticó que esto no explicaba el movimiento de los proyectiles, a lo que Aristóteles habría respondido que el motor era el aire. Sin embargo, los nominalistas se dieron cuenta de que el aire frenaba. Junto con la teoría del ímpetus (la mano ofrece un impulso al móvil que lo mueve y sigue andando), se puede encontrar el origen de la ley de inercia.