El Positivismo de Auguste Comte
El positivismo, según Auguste Comte, establece que solo son válidos los conocimientos que provienen de la experiencia. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción son los métodos exclusivos de la ciencia. Comte se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico.
Biografía y Contexto de Comte
Auguste Comte (1798-1857) fue un filósofo y matemático francés. Se interesó por las ciencias físicas, matemáticas y sociales, y creía que toda ciencia debía ser estudiada desde un punto de vista social. Fue conocido como el «Benjamín» de la escuela sansimoniana. Saint-Simón depositó en él grandes esperanzas, aunque Comte se separó de los sansimonianos tras la muerte de este.
Comte buscaba determinar cuáles eran las ciencias puras. Por ejemplo, consideraba que la astronomía es una ciencia pura, mientras que la geología no lo es, ya que esta última se ocupa de un objeto natural particular (el globo terráqueo) y recurre a otras ciencias puras para resolver sus problemas.
La Ley de los Tres Estados
Según Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos. Esta teoría, fundamento de la filosofía positiva, es una teoría del conocimiento. Estos tres estados son:
Estado Teológico
Es un estado ficticio, provisional y preparatorio. La mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Tiene tres fases:
- Fetichismo: Se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino.
- Politeísmo: La animación se traslada de las cosas materiales a una serie de divinidades, cada una con un grupo de poderes (aguas, ríos, bosques, etc.).
- Monoteísmo: La fase superior, donde todos los poderes divinos se concentran en uno solo, llamado Dios.
En este estado predomina la imaginación y corresponde a la infancia de la humanidad. Es la disposición primaria de la mente, a la que se regresa en todas las épocas. Solo una lenta evolución permite al espíritu humano alejarse de esta concepción. El papel histórico del estado teológico es irremplazable.
Estado Metafísico
También llamado estado abstracto, es esencialmente crítico y de transición. Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. Se siguen buscando los conocimientos absolutos, pero en lugar de recurrir a agentes sobrenaturales, se utilizan entidades abstractas (ontología). Las ideas de principio, causa, sustancia y esencia designan algo distinto de las cosas, aunque inherente a ellas. La mente se acerca gradualmente a las cosas. La naturaleza se convierte en la gran entidad general, sustituyendo a Dios. Sin embargo, esta unidad es más débil, tanto mental como socialmente. El estado metafísico es una fase crítica y negativa, una «crisis de pubertad» del espíritu humano antes de alcanzar la madurez.
Estado Positivo
Es el estado real y definitivo. La imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca solo hechos y sus leyes, no causas ni principios de las esencias o sustancias, ya que esto se considera inaccesible. El positivismo se centra en lo positivo, en lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente renuncia a lo que es vano intentar conocer y busca solo las leyes de los fenómenos.
El Carácter Social del Espíritu Positivo
El espíritu positivo tiene como objetivo fundar un orden social. La constitución de un saber positivo es la condición para que exista una autoridad social suficiente, lo que refuerza el carácter histórico del positivismo.
Comte intenta llevar el estudio de la Humanidad colectiva al estado positivo, es decir, convertirlo en ciencia positiva. En la sociedad también rige la ley de los tres estados. Comte valora el papel organizador de la Iglesia Católica en la etapa teológica. En la época metafísica, la influencia social corresponde a los legistas, marcando el surgimiento de las clases medias y la transición de la sociedad militar a la económica. Este es un período crítico y disolvente, al que el protestantismo contribuye. Finalmente, al estado positivo corresponde la época industrial, regida por los intereses económicos, donde se debe restablecer el orden social, basado en un poder mental y social.