2.4. Crítica al principio de causalidad:
Nuestro conocimiento acerca de los hechos se limita a nuestras impresiones actuales y a nuestros recuerdos o ideas, pero no puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no podemos tener impresión o experiencia de lo que aún no ha sucedido. Nuestra certeza o convicción acerca de lo que sucederá en el futuro se basa en el principio de causalidad.
Hume afirma que la relación causa-efecto se basa en la experiencia: es imposible saber a priori que sea causa determinante de cualquier efecto por dos razones: 1, porque la causa es de naturaleza diferente al efecto, no se corresponden ambos entre sí. Y 2, porque entre la causa y el efecto único que hay es una sucesión constante, la experiencia lo único que me enseña es que un hecho sigue o sucede a otro. Pero entre ellos no existe una conexión necesaria. La relación causa-efecto es una mera creencia que se basa en un hábito o costumbre de nuestra mente por la que tendemos a pensar que lo que ha ocurrido hasta ahora se repetirá necesariamente. Una creencia es un sentimiento muy vivo que nada prueba.
2.5. Crítica a la noción de sustancia:
Otra consecuencia es la objeción a un concepto central de toda la filosofía anterior, el de sustancia, y con él a toda la metafísica. En su opinión el término sustancia designa un conjunto de impresiones particulares reunidas por la imaginación; pero no hay realidad empírica que le corresponda y por tanto, es un nombre vacío. Nadie tiene ni ha tenido nunca impresión alguna de sustancia. Hume rechaza la existencia de sustancias materiales o corpóreas.
Lo que conocemos son nuestras precepciones y nos las cosas directamente. La realidad no se puede demostrar empíricamente aunque creamos en él. Hume arremete contra la supuesta existencia de una sustancia espiritual, alma o yo.
En su opinión no existe el yo como sustancia distinta de las impresiones e ideas que tengo en mi experiencia interna. Soy capaz de percibir una sucesión de estados mentales, pero no la mente como algo constante y distinto de esos estados mentales. Las impresiones son variables y sucesivas a lo largo del tiempo. Tb critica la noción de una sustancia perfecta o infinita, de Dios. De Dios puede afirmarse que es una creencia asentada en la naturaleza humana. En conclusión, la actitud intelectual que Hume adopta ante la realidad es de un escepticismo moderado.
Se limita a constatar que nuestras convicciones a este respecto descansan únicamente en la creencia.
3. Ética: emotivismo moral:Las dos siguientes afirmaciones caracterizan el pensamiento de Hume:-
Imposibilidad de fundar la moral
Pretendió investigar el fundamento de los juicios morales. El racionalismo moral de la gran mayoría de los filósofos venía a decir que el juicio moral está basado en la razón. Al parecer de Hume, constituye una falacia que consiste en hacer derivar de lo que el hombre es, de su naturaleza, lo que debe hacer: derivar del ser el debe ser.Para Hume, la razón no puede ser el fundamento de la moral por dos razones: a) Porque la razón es incapaz de mover al hombre, lo que le mueve es la pasión o el sentimiento; el simple hecho de creer algo por un razonamiento no es nunca suficiente en sí mismo. B) Y porque el bien y el mal morales, la virtud y el vicio, no son relaciones de ideas ni cuestiones de hecho: los hechos no son ni buenos ni malos en sí, los valoramos como tales en función de una serie de circunstancias que los rodean.-
El sentimiento es el fundamento de la moral
La moral se basa en el sentimiento. Los sentimientos son los que realmente determinan a actuar. Lo bueno denota un sentimiento de aprobación y lo malo de desaprobación que experimentamos con respecto a ciertas acciones y modos de ser de las personas. Nos llevan a obrar en un sentido o en otro. Lo que despierta ese sentimiento es la utilidad que la acción tenga para la humanidad. La ética de Hume es emotivista y utilitarista.
4. Religión y política:
Hume concluye que no es posible una justificación racional de la religión. Aduce que no se puede demostrar que encierre contradicción afirmar que Dios no existe, ni el principio de causalidad permite descubrir la existencia de un Dios único y personal. Se muestra interesado en el fenómeno religioso y cree que sus orígenes pueden encontrarse en la naturaleza humana, que las ideas religiosas nacen de las esperanzas y temores del ser humano. Los errores en materia de religión son peligrosos, en filosofía simplemente ridículos. Hume es consecuente con el empirismo y utilitarista:
Es la utilidad de los hombres lo que explica la formación de las sociedades a partir de la única asociación natural, que es la familia. Tb ve en la utilidad el fundamento de obediencia. Su posición es pragmática.