El Raciovitalismo y la Rebelión de las Masas: Pensamiento de Ortega y Gasset

La Filosofía de Ortega y Gasset: Raciovitalismo y Perspectivismo

Ortega concibe la filosofía ocupándose de todo cuanto hay en el universo, sea real o irreal. El filósofo renuncia a apoyarse en nada anterior a la filosofía que se vaya elaborando, sin suposiciones, tratando de ir más allá de lo dado y sus apariencias. Tanto la autonomía como la búsqueda de lo universal deben estar basadas en la claridad; pues la filosofía es conocimiento teorético, que hace uso de conceptos y busca transparencia.

Ortega hará una crítica tanto a la filosofía anterior a la modernidad, el Realismo, como al Idealismo, la filosofía que se desarrolló a partir de Descartes.

Crítica al Realismo y al Idealismo

  • Realismo: La realidad es comprendida como el conjunto de las cosas que existen independientemente del sujeto. Esta realidad es algo acabado, estático, y se explica con los conceptos de esencia o sustancia. Además, en el Realismo el sujeto es una cosa más, siendo el yo absorbido por el mundo.
  • Idealismo: El conocimiento de la realidad se fundamenta sobre el sujeto, sobre el pensamiento, llegándose a afirmar que todas las realidades no son sino ideas del sujeto. En el Idealismo, las cosas son así absorbidas por el yo (subjetivismo). Además, este sujeto es a su vez una sustancia estática que no evoluciona con el tiempo.

Ambos se conforman con medias verdades: las cosas, incluido el ser humano, no son algo fijo e inmutable; a su vez, la conciencia, las ideas, no están aisladas, implican siempre un pensar en algo, las cosas. La realidad, pues, no es la naturaleza ni la conciencia, es la relación entre sujeto y mundo, a la que están subordinadas tanto las cosas como las ideas. A esto le llama Ortega la realidad radical.

La Vida como Realidad Radical

Para Ortega, la verdadera realidad está en el yo con las cosas, no siendo el yo ni las cosas algo acabado e independiente, sino dependientes ambos en su constitución y desarrollo. Esta relación mutua del sujeto y del objeto se da en la Vida, por ello ésta es el fundamento de toda realidad. Tanto el yo como el mundo se van constituyendo mutuamente a lo largo de la Vida, a lo largo de una vida, de mi vida. Así, la vida se constituye como la Realidad Radical.

La vida a la que alude Ortega se supone que un yo tiene que vivir en una determinada circunstancia, atendiendo a su entorno; y en esta circunstancia hay una serie de elementos a los que Ortega denomina creencias. Frente a las creencias están las ideas o pensamientos que tenemos sobre las cosas, que tienen un puro contenido intelectual; y las creencias son la vía por la que la sociedad establece la continuidad de sus creaciones, es decir, que la vida humana se desarrolla dentro de los límites que establece el pasado, la historia.

Raciovitalismo y Razón Histórica

De esta forma, la vida es primordial, pero también lo será la Razón, pues es la única que puede clarificar la propia vida. Surge así el Raciovitalismo, donde la razón no es algo que esté fuera o antes de la vida, algo que existe de forma abstracta, «pura» o «a priori», sino que se encuentra en la vida concreta de cada uno. Se trata, por tanto, de una razón vital y personal, pero inmersa también en una determinada realidad social e histórica.

La razón vital se realiza en y desde la vida del ser humano, es siempre concreta y, por lo tanto, es siempre razón histórica. Razón vital y razón histórica no son, pues, dos razones distintas. Esta razón asume a la vida como temporalidad y, en consecuencia, comprende la realidad en su devenir. La razón histórica o vital no acepta nada como un hecho fijo, sino que estudia el proceso de la realidad mediante esquemas intelectuales, categorías y conceptos, que van cambiando y modificándose con la vida misma. Por ello, ella misma es algo móvil, igual que la realidad que trata de conocer, siendo un proceso que nunca acaba.

Perspectivismo

Surge así el Perspectivismo: cada individuo tiene una perspectiva, una verdad propia. Estas verdades individuales son perspectivas de la realidad y no pueden ser, por tanto, tomadas como verdades absolutas. Así, la realidad se dará siempre en perspectivas diversas y cambiantes de cada uno, el cual se relaciona con ellas también desde diversas perspectivas cambiantes, desde las que les da un significado, un valor y un sentido, creando así un mundo, el mundo propio. A su vez, estas perspectivas propias podrán unirse con otras formando perspectivas más amplias y verdaderas, pero nunca se llegaría a la verdad absoluta, pues esto implicaría la suma de todas las perspectivas habidas y por haber.

La Teoría de las Generaciones y la Rebelión de las Masas

En su teoría de las generaciones, Ortega asume que en toda sociedad humana conviven distintas generaciones. Estas generaciones se cumplen en periodos de quince años y hay dos tipos fundamentales: las establecidas, las mayores que ya poseen el control social, y las emergentes, las nuevas. Cuando los presupuestos teóricos de ambas son compatibles, la sociedad se desarrolla sin sobresaltos; cuando, sin embargo, hay una ruptura entre una y otra, surge la crisis social.

En nuestra época se da una crisis en la sociedad, pues ha ocurrido un fenómeno especial: la rebelión de las masas. Para Ortega, los hombres se dividen en hombre masa y en minoría selecta. No se trata de una división de acuerdo al puesto social que se ocupa, sino de acuerdo a una forma de ser y actuar en la vida.

  • Hombre masa: Es aquel que se encuentra satisfecho de sí mismo, creyéndose completado moral e intelectualmente, y actúa como el niño mimado que pretende que todo esté para él sin exigirse nada.
  • Minoría selecta: Es aquel tipo de persona que se exige a sí misma más que a los demás y vive su vida buscando alcanzar ese desarrollo máximo ateniéndose a deberes y trabajo vital.

El problema actual, piensa Ortega, es que el hombre masa gobierna la sociedad, sin atender a las minorías selectas, imponiendo su capricho uniformador y poco respetuoso con la libertad individual.

Biografía y Contexto Histórico de Ortega y Gasset

Biografía

Ortega y Gasset nace en Madrid, en el seno de una familia liberal e ilustrada: la familia materna es propietaria del periódico madrileño El Imparcial y su padre es director del mismo. Estudia filosofía en la Universidad de Madrid, y visitará las universidades alemanas. Gana la cátedra de Metafísica en la Universidad Central, funda el diario El Sol y la Revista de Occidente, que también dirige. Sus doctrinas contrarias a la Dictadura de Primo de Rivera le llevan a dimitir de su cátedra, pero continuará sus clases en el teatro Rex y más tarde en el Infanta Beatriz. En la Segunda República funda junto a Marañón y Pérez de Ayala la «Agrupación al servicio de la República» y llegará a ser diputado por León y Jaén. Al comenzar la Guerra Civil se autoexilia; viaja y da cursos en París, Holanda y Argentina, donde vive hasta que en 1942 se traslada a Portugal y, en 1945, vuelve a España. Apartado de la cátedra, fundará el «Instituto de Humanidades» donde volverá a ejercer su función de magisterio.

OBRAS MÁS IMPORTANTES: ¿Qué es filosofía?, La rebelión de las masas, El tema de nuestro tiempo.

Contexto Histórico

El siglo XX es un siglo altamente conflictivo que se inicia con el choque de los imperios en la I Guerra Mundial, destruyéndose definitivamente la ingenua idea de progreso decimonónica: la técnica, que habría de liberar, ha sido utilizada para destruir. El final de la I Guerra Mundial, en 1918, no será sino una pausa para la siguiente guerra. Surge por estos años en Italia y Alemania el fascismo, y en la Unión Soviética el comunismo. Así, el periodo de entreguerras se vive como un momento dramático en el cual todo parece abocado a otra guerra mundial y que tiene como un momento anterior fundamental a ésta la guerra civil española. En 1939, al finalizar la contienda en España, comenzará la II Guerra Mundial. Tras la victoria aliada en 1945 sobre las potencias fascistas de Alemania, Italia y Japón, se dividirá el mundo en dos bloques comandados por EEUU, el bloque capitalista, y la URSS, el bloque comunista, provocando la llamada guerra fría.

En España, este mundo en crisis se agudiza aún más desde el inicio de siglo, con la pérdida de las últimas colonias españolas y el derrumbe definitivo del Imperio (1898). Así, un grupo de intelectuales, la Generación del 98, pretenden algo que influirá enormemente en Ortega: estudiar el problema de España desde el ensayo, la literatura o la poesía. De esta generación será deudora la del 14, o Novecentismo, a la que pertenece Ortega. El reinado de Alfonso XIII no satisface las ansias de cambio y la dictadura de Primo de Rivera, la guerra de África y la dictablanda de Berenguer provocan la caída del escaso prestigio que le quedaba a la monarquía. Alfonso XIII abdica y se proclama, en 1931, la Segunda República. Al principio es apoyada por Ortega, pero al no resultar como él esperaba pronto se desengaña, alejándose progresivamente de la política. Finalmente, al comenzar la Guerra Civil (1936-39), Ortega se exilia para volver en 1945 con la dictadura de Franco.

La primera mitad del siglo XX supone un momento de cambio. Rotas las ilusiones en el eterno progreso, el mundo entra en una crisis que concluirá con la II Guerra Mundial. Surge la sociedad de masas (que Ortega analizará en su obra La rebelión de las masas), caracterizada por la fabricación en serie, la mejora de las condiciones económicas y laborales, y el consumo. En arte aparece una nueva forma expresiva, el cine. Las vanguardias en artes plásticas (dadaístas, surrealistas,…) como en literatura (Kafka, Joyce,…) romperán definitivamente con el Realismo burgués. En el mundo científico habrá un cambio de paradigma con la Teoría de la Relatividad (Einstein) y la Mecánica Cuántica. España vivirá una época de renacimiento cultural con hombres destacables en la ciencia (Ramón y Cajal), y en las artes (la Generación del 98 y del 27), surgiendo una generación de intelectuales preocupados por las cuestiones sociales.

Tampoco la filosofía será ajena a este cambio. En la primera mitad del siglo XX dominan las filosofías vitalistas (Bergson y Ortega en España), el Psicoanálisis (Freud), la Fenomenología (Husserl y Heidegger), el Existencialismo (Sartre), el Marxismo (con distintas interpretaciones destacando la Escuela de Francfort), el Neopositivismo (Russell) y la Filosofía Analítica (Wittgenstein). La mayoría de ellas son desarrollos, muchas veces originales, de los grandes pensadores del s. XIX, Hegel, Nietzsche, Marx…, y no solo se plantean ya los típicos problemas filosóficos, sino también el propio papel de la filosofía como conocimiento. Así, la filosofía del siglo XX será, fundamentalmente, una filosofía que reflexionará sobre su propia función ante el conjunto de los saberes. En España, junto con el Vitalismo del propio Ortega, está la figura de Unamuno, que desde cierto irracionalismo intentará enfrentarse al mismo problema orteguiano: la vida. Por último, la revista fundada por Ortega, Revista de Occidente, es desde la que los intelectuales españoles reflexionan sobre todo tipo de temas y será fundamental para entender el renacimiento intelectual español frustrado por la Guerra Civil.

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