Definición del Ser Humano
El ser humano, procedente por evolución de la familia de los primates, se caracteriza por estar dotado de un genoma de la especie, del que emerge una inteligencia simbólica y social, que procesa información -parte de ella en estado consciente- y que le permite: comunicarse, dirigir el propio comportamiento y crear manifestaciones culturales que introducen cambios decisivos en el modo de utilizar su propia inteligencia, y en su relación con el entorno social y físico.
La Distinción Previa
- La filosofía autobiográfica: Se refiere a los esfuerzos individuales por responder a las cuestiones fundamentales de la vida, del conocimiento o de la realidad.
- La filosofía sistemática: Hace referencia a aquellas afirmaciones o teorías que están fundamentadas con la suficiente firmeza para poder afirmar que superan el mero interés biográfico, y tienen validez universal.
Teorías Autobiográficas sobre el Ser Humano
Unas teorías son fundamentalmente religiosas, y otras filosóficas. Aunque en ocasiones resulta difícil separarlas.
- Las teorías religiosas: Se basan en creencias cuya verdad no puede demostrarse racionalmente, pero que los creyentes aceptan porque consideran que han sido reveladas por la divinidad, o porque las han descubierto en experiencias privadas.
En las religiones orientales, también se valora al ser humano por encima de todas las cosas.
En la religión hindú -basada en los Vedas, que son sus libros sagrados-, el ser humano es el lugar donde los dioses se manifiestan.
- Las teorías filosóficas deben justificarse realmente si pretenden tener validez universal. Algunas veces, religión y filosofía se entremezclan.
Las teorías filosóficas sobre el ser humano han identificado su naturaleza con alguno de sus principales aspectos:
- El ser humano es un ser racional: la razón es la característica fundamental del ser humano y que lo define.
- El ser humano es un ser social: según esta teoría, el ser humano solo existe dentro de las relaciones sociales.
- El ser humano es un ser libre y por tanto moral: la discusión sobre la libertad del ser humano ha sido un tema fundamental para entender su naturaleza.
- El ser humano es un ser metafísico: necesita encontrar sentido a su vida, saber quién es y a qué atenerse.
El Ser Humano es un Ser Racional
La exaltación de la razón como nota dominante de la naturaleza humana procede de la cultura clásica. La razón se ha considerado la nota diferencial de la humanidad.
Sin embargo, lo que se entiende por razón y racionalidad ha ido variando a lo largo de la historia.
En la filosofía griega:
Platón llegó a identificar la razón con el alma, para hacer referencia a lo más íntimo, profundo y específico del ser humano. Aristóteles consideraba que el alma era la forma organizadora del cuerpo, y que el alma humana era racional. Su principal función era conocer, pero además debía guiar el deseo humano. La voluntad es el «deseo guiado por la razón».
La filosofía medieval:
Fundamentalmente cristiana, también definió al ser humano como animal racional. Cada ser humano está compuesto de un cuerpo y de un alma espiritual, creada individualmente por Dios. Consideraba que la razón era una participación de la inteligencia divina.
La filosofía moderna:
Hizo de la razón la seña de identidad de la humanidad, cifrando en ella todas sus esperanzas y posibilidades. Podía llegar a desentrañar los misterios de la naturaleza y del universo a través de la ciencia. Un buen ejemplo es la física de Newton.
Además, podría llegar a solucionar los problemas morales y de convivencia, como encontramos en la obra de Kant titulada La paz perpetua, donde defiende la idea de que si todos los seres humanos supieran vivir guiados por los principios de su razón.
La filosofía de la Ilustración estuvo plenamente volcada en este proyecto. Los filósofos reflexionaban sobre la educación, sus planes y organización, así como sobre los ideales y modelos políticos más adecuados para lograr la convivencia basada en la justicia y la igualdad. La razón era la facultad que podía guiar al ser humano hasta la consolidación de este proyecto ilustrado.
En los siglos XIX y XX:
Mientras que la ciencia confiaba cada vez más en el poder de la razón, una parte de la filosofía comenzó a desconfiar de ella por diversas razones, surgió así el llamado irracionalismo filosófico. Frente a la exaltación de la razón, se reivindicaron otras facultades humanas.
En un primer momento la voluntad, entendida como la fuerza, el deseo, la capacidad de actuar y tomar decisiones. La razón sin la voluntad no es nada; es tan solo una posibilidad, un esquema o representación.
Los Filósofos de la Sospecha
Los protagonistas de la concepción filosófica de la sospecha fueron:
Sigmund Freud (1856-1939):
Neurólogo y psiquiatra austriaco, revolucionó el mundo de la psiquiatría y la concepción de la personalidad. Su aportación a la desmitificación de la racionalidad humana consistió en afirmar que el ser humano no se mueve solo por principios racionales, sino que en toda persona existe una parte irracional e incluso inconsciente, que juega un papel relevante en la configuración de su personalidad.
Karl Marx (1818-1883):
Tuvo también una enorme influencia. Sociólogo y economista alemán, defendió una explicación materialista de la historia, y la dimensión del ser humano como un ser que transforma, produce, fabrica la realidad. Según él, son las transformaciones materiales, laborales y económicas las que mueven el mundo y generan los valores e ideas.
Friedrich Nietzsche (1844-1900):
Se considera el pensador más representativo de la filosofía de la sospecha, porque llevó a cabo una dura crítica de los valores racionales en todas sus formas y manifestaciones. Su concepción del ser humano se encuadra en lo que se conoce como vitalismo irracionalista, que frente al racionalismo, defiende que el punto de partida para entender al ser humano es su propia vida.
Para Nietzsche, la vida se rige por la voluntad de poder, que es el deseo o impulso de vivir, pero no de cualquier forma, sino de vivir con el máximo de potencialidades vitales posibles.
El Ser Humano es un Ser Social
Aristóteles definió al ser humano como «animal social». Consideraba que la posesión del logos -lenguaje y pensamiento- fundaba esa sociabilidad. Algunos pensadores y psicólogos especializados en el estudio de las culturas, es decir, de la herencia social, han llegado a afirmar que el ser humano es solo cultura, que no hay ninguna naturaleza compartida. Hay tantos tipos humanos como culturas. Por tanto, no se podría hacer una ciencia del ser humano, ni fundar una ética común a todos ellos, ni tendrían solución los problemas de multiculturalidad. No es de extrañar que quienes llevan esta opinión a sus últimas consecuencias acaben diciendo que son seres humanos exclusivamente los que pertenecen a su raza, religión o cultura.
El Ser Humano es un Ser Libre y por lo tanto Moral
Casi todas las definiciones del ser humano afirman la libertad como una de sus propiedades esenciales. Sin embargo, sobre este aspecto las teorías son muy variadas: algunas niegan la libertad humana, a la que consideran una mera ilusión, mientras que otras sostienen que el ser humano no es más que libertad. Hay dos formas de entender la libertad:
- Libertad física o libertad de hacer: Es la ausencia de coacción o impedimentos externos a la hora de actuar. Un preso tiene limitada su libertad física.
- Libertad interna, libertad de querer o libre arbitrio: Es la ausencia de factores internos que imponen la elección de una opción u otra. Es propia y exclusiva del ser humano. A este tipo de libertad nos referimos cuando decimos que el ser humano es un ser libre.
Existencia y Límites de la Libertad
Acerca de la existencia y límites de esta libertad interna, hay distintas opciones.
El determinismo: Niega la existencia de la libertad en el ser humano; como mucho la considera un deseo o aspiración, que se sustenta en el desconocimiento real de las causas internas o externas que mueven a la voluntad en una dirección u otra.
- El determinismo biológico: Afirma que nuestros actos son fruto de la herencia genética: el código genético determina nuestro sistema nervioso y hormonal, y este nuestro temperamento y aprendizaje.
- El determinismo educacional: La educación dirige nuestra conducta. Seremos, pensaremos y actuaremos de acuerdo con los patrones que hayamos aprendido.
- El determinismo social: Defiende la misma idea, pero cifra las causas de la conducta en la sociedad.
El indeterminismo: Afirma la libertad humana. La experiencia interna, que nos indica en cada situación que podríamos actuar de diferentes maneras, la conducta moral, la responsabilidad política y jurídica, las decisiones personales contra todo tipo de imposiciones forzadas son un buen ejemplo de esto. La teoría filosófica que más abiertamente defendió el indeterminismo, haciendo de la defensa de la libertad el tema de su doctrina, fue el existencialismo.
La Perspectiva Existencialista
Sartre concluyó que «el hombre está condenado a ser libre», lo que significa que no somos libres de dejar de ser libres, que no tenemos más remedio que elegir, pues aun cuando decidamos no elegir, ya lo estamos haciendo. Los demás pueden influir o decidir por uno, pero la última palabra es personal, y en quien recae las consecuencias de la conducta seguida no es en quien elige por uno, sino en quien finalmente actúa, y sobre esas elecciones se va configurando el propio proyecto de vida. Esta es la esencia de la filosofía existencialista: optimista, pues cada uno es dueño de su propio proyecto de vida, pero duramente optimista, pues es duro aceptar que cada uno es responsable de sus fracasos personales.
La Libertad Condicionada
Frente al determinismo y al indeterminismo radicales, surge una postura intermedia más moderada. En este caso, no se entiende la libertad de un modo absoluto, pues se reconoce que siempre hay causas que influyen y condicionan las decisiones, al igual que defendía el determinismo. Pero, frente al determinismo radical, se afirma que estos motivos no juegan un papel inflexible en las decisiones. Esta manera de entender la libertad fue defendida por Ortega y Gasset.
Ortega hablaba de «libertad situada», pues frente a la defensa de una libertad abstracta, común o genérica para todos los humanos, entiende la libertad como un hecho individual, vivenciado de distinta forma por cada individuo, dependiendo de su situación, contexto y circunstancias vitales.
El Ser Humano es un Ser Metafísico
Una cuarta teoría define al ser humano como un ser metafísico. Metafísica significa «lo que está más allá de la física o de lo perceptible a través de los sentidos». La pregunta por el sentido de la vida es una pregunta metafísica, que implica preguntarse por algo ajeno a nuestra propia existencia que pudiera darle sentido. Estas teorías hacen referencia a otra dimensión de lo real que está más allá de la dimensión humana propiamente dicha. ¿Qué hay después de la muerte? ¿Por qué hay algo en lugar de nada? ¿Qué me cabe esperar? ¿Cuál es el sentido de mi vida, la finalidad última de mi existencia?
Las respuestas e interpretaciones que se han dado a esta cuestión han sido muy dispares. Se pueden resumir en tres tipos:
La vida tiene un sentido inmanente: Aristóteles afirma que todo lo que ocurre en la naturaleza tiene un orden interno. Todos los seres tienen una finalidad que cumplir, y el desarrollo de su existencia está destinado y guiado por ese fin. La finalidad o sentido propio del ser humano es llevar una vida contemplativa, es decir, una vida guiada por la razón.
La vida tiene un sentido trascendente: Otro grupo de teorías filosóficas afirma que el sentido de la vida está más allá de la naturaleza o de la propia vida. Es trascendente porque trasciende, está fuera de la dimensión empírica o natural.
No es posible encontrar un sentido a la vida: Por último, la filosofía del absurdo afirma que es imposible encontrar un sentido, una dirección, una justificación a la existencia humana. Según esta teoría, somos fruto de un azar evolutivo.
¿Qué Entendemos por Naturaleza Humana?
La palabra «naturaleza», indica la esencia de algo, como fuente de sus propiedades y comportamientos. Podemos definir también por oposición:
- Natural se opone a artificial, por eso se llama «naturaleza» al conjunto de los seres no artificiales: los reinos animal y vegetal, etc.
- Además, en el caso del ser humano, natural se opone a cultural. Por naturaleza tenemos la capacidad de hablar, pero hablamos un idioma concreto por la cultura a que pertenecemos. Andar es una habilidad natural, montar en bicicleta es aprendida, es decir, cultural.
¿Existe una Naturaleza Humana?
Los datos científicos nos permiten afirmar que hay una identidad básica entre los seres vivos humanos. Su fisiología, su sistema nervioso, sus necesidades fundamentales son comunes. Todos somos seres lingüísticos, y tenemos una inteligencia capaz de manejar símbolos, y los mismos deseos de bienestar, sociabilidad y ampliación de nuestras posibilidades.
En todas las culturas podemos descubrir unos universales culturales, es decir, unos rasgos, instituciones o elementos que aparecen en todas las sociedades humanas. El estudio de las lenguas demuestra la capacidad de comunicación entre todos los seres humanos, y la ciencia demuestra que podemos elaborar sistemas conceptuales universalmente válidos. Formar parte de una misma especie es lo que funda la igualdad esencial de los seres humanos.
Estas facultades y necesidades comunes permiten hablar de una naturaleza humana compartida. Pero es necesario añadir que una parte de nuestra «naturaleza» consiste en la necesidad de «crear cultura». La evolución biológica ha sido seguida por una evolución cultural, que ha introducido cambios importantes, pero no esenciales, entre los seres humanos.
Para mayor claridad conviene distinguir entre la naturaleza originaria, la matriz común de la que derivan las diferencias culturales, y una naturaleza segunda, que es un efecto del desarrollo cultural, tecnológico, y de las formas de vida.
¿Se puede definir filosóficamente la naturaleza humana?
Podemos encontrar algunos rasgos esenciales:
La naturaleza humana se define por su inteligencia: Gracias a la habilidad para manejar información, combinarla y producir información nueva, podemos anticipar el futuro, comparar lo que hay con lo que debería hacer, y proponernos metas y proyectos que pueden originar nuestro comportamiento. Es una inteligencia creadora, continuamente impulsada a producir novedades, a expandir sus posibilidades de acción.
La inteligencia humana es social: No solo porque los humanos somos seres carenciales, que nacemos prematuramente y necesitamos vivir en comunidad para sobrevivir, sino porque nuestra naturaleza se desarrolla mediante el aprendizaje. La educación permite al niño asimilar en muy pocos años habilidades que la humanidad tardó decenas de miles de años en conseguir.
El ser humano puede alcanzar niveles muy altos de autonomía: Este nivel de autonomía en parte deriva de la educación. Lo que llamamos voluntad es un conjunto de destrezas de autocontrol aprendidas socialmente. En su origen, está la capacidad de la inteligencia de bloquear la respuesta al estímulo.
Autonomía: Es la capacidad de un artefacto o de un organismo para mantener su integridad y realizar operaciones dirigidas por metas propias, atendiendo a las informaciones recibidas, a los contenidos y a los propios criterios de evaluación.
La búsqueda de sentido: Sentido significa «dirección», «tendencia a un fin». Esa dirección puede ser trascendente, es decir, fijada y dirigida hacia algo exterior a la naturaleza humana -es lo que afirman las religiones-, o puede ser inmanente, y entonces derivará de nuestra propia naturaleza, de nuestras aspiraciones.