El Ser Humano y la Libertad en el Existencialismo de Sartre

La Libertad como Condenación

Para Sartre, el ser humano se define por su libertad. Estamos condenados a ser libres, negando cualquier determinismo, ya sea divino, natural, social o inconsciente. No estamos obligados a actuar de una manera específica, sino que somos lo que hemos elegido ser y siempre podemos cambiar.

«Somos lo que hemos querido ser y siempre podremos dejar de ser lo que somos.» – Sartre

Responsabilidad y Angustia

Esta libertad implica una profunda responsabilidad. Somos responsables de nuestros actos y no podemos escudarnos en excusas. La conciencia de esta responsabilidad genera angustia, ya que nunca podemos estar seguros de haber elegido correctamente.

La angustia, según Sartre, es el miedo a nosotros mismos, al saber que somos responsables de nuestras decisiones y que con cada elección estamos definiendo un modelo de conducta para la humanidad entera.

El Problema de la Mala Fe

Para Sartre, la mala fe es un autoengaño en el que nos refugiamos para evitar la angustia de la libertad. Consiste en ser conscientes de nuestra libertad pero fingir que no somos responsables de nuestros actos.

«La mala fe es a la vez conocimiento y desconocimiento.» – Sartre

Esencia y Existencia: Un Nuevo Enfoque

Sartre rompe con la idea tradicional de que la esencia precede a la existencia. Al negar la existencia de Dios, niega también la existencia de una esencia humana predefinida. Para él, la existencia precede a la esencia: primero existimos y luego, a través de nuestras elecciones, vamos definiendo quiénes somos.

La Existencia Precede a la Esencia

Esta inversión del concepto tradicional tiene profundas implicaciones. Significa que el ser humano está arrojado a la existencia sin un propósito predefinido. Nuestra vida, en principio, carece de sentido, es absurda.

El Absurdo y la Náusea

La confrontación con este absurdo genera lo que Sartre llama la náusea, una sensación de malestar ante la falta de sentido inherente a la existencia. Sin embargo, la libertad nos permite dar sentido a nuestra propia vida a través de nuestras elecciones y acciones.

El Ser en Sí y el Ser Para Sí

Sartre distingue entre el ser en sí, propio de las cosas, que simplemente existe, y el ser para sí, que es la conciencia humana. El ser para sí es un vacío, una nada, que representa la libertad frente al determinismo del ser en sí. Es la conciencia la que da sentido al mundo.

La Nada y la Libertad

La experiencia de la nada es fundamental para comprender la libertad humana. Somos libres porque no estamos predeterminados, somos un proyecto en constante construcción.

Conclusión: Un Existencialismo Ateo y Responsable

El existencialismo de Sartre es una consecuencia de su ateísmo. Al no existir Dios, somos libres y responsables de nosotros mismos. No hay una naturaleza humana predefinida, sino que nos definimos a través de nuestras elecciones. A pesar de la angustia que genera la libertad, es a través de ella que podemos construir nuestro propio sentido y definir nuestra esencia.

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