El Ser, la Fe y la Subjetividad: Explorando a San Juan de la Cruz, Platón, Aristóteles y Kierkegaard

San Juan de la Cruz (1542-1591): Poesía mística y erotismo divino

San Juan de la Cruz es una figura enigmática y extraordinaria. En él encontramos al místico enamorado y al técnico experto. Un tema único en su poesía: la unión con Dios. Uno de sus poemas más famosos es La Noche Oscura. Este poema tiene un doble significado: el encuentro carnal de dos enamorados y la unión del alma con Dios.

Atendiendo a la segunda interpretación, hay una cierta simbología en el poema:

  • Amado: Dios
  • Amada: Alma
  • Noche: Ausencia de los sentidos y negación de lo sensible
  • Casa: Cuerpo

La noche, que significa la negación de los sentidos, se considera como el vacío espiritual necesario para el encuentro con Dios, a través de la vía unitiva. Se muestra en la tercera estrofa y en la quinta la unión con Dios. La última representa el abandono total del alma a Dios; el alma se olvida de lo sensible y se vuelve a lo absoluto, produciéndose la unión entre el ser divino y el humano.

El Ser como Pluralidad: Platón y Aristóteles

El ser como pluralidad: No hay un único ser, sino muchos, y es lo que a partir de Sócrates se llama la esencia.

Platón

En Platón, hemos visto cómo las cosas de este mundo son algo en la medida en que participan o imitan a un auténtico ser o esencia que es la idea. Las Ideas platónicas son las auténticas realidades: eternas, inmateriales, formas puras, que se encuentran en otro mundo, el mundo inteligible. La palabra idea significa visión. El alma, eterna e inmortal, ve estas ideas; al caer en este mundo, al ver las cosas de aquí, recuerda aquello que vio antes de nacer; ese recuerdo son los conceptos.

En resumen, para Platón:

  • Las esencias son las Ideas, auténticas realidades que existen eternamente en el mundo inteligible.
  • Las cosas de aquí son copias de las Ideas.
  • Los conceptos o pensamientos son imágenes mentales que se refieren a las Ideas.

Aristóteles

Aristóteles, discípulo de Platón, continúa con el planteamiento del ser como pluralidad, pero da un giro de gran importancia. Aristóteles considera que hay diversos tipos de seres:

  1. Las cosas particulares o individuos concretos que existen, a los que llama sustancias primeras. Para Aristóteles, las cosas son seres en sí mismas porque existen, y en esto se diferencia de Platón, para quien las cosas no son auténticos seres (como lo que les ocurre a las sombras del mito de la caverna).
  2. Los seres como esencia, a los que llama sustancias segundas. Estas son el resto de las Ideas platónicas, pero a diferencia de Platón, no existen en ningún mundo inteligible, sino que existen en las cosas mismas.

Comparación Platón – Aristóteles:

PlatónAristóteles
Ser y no ser. Ser: Ideas, mundo inteligible.Ser. Ser que está en las cosas concretas (forma substancial).

La forma substancial es la heredera de la Idea platónica; es como si la Idea de Platón la bajara a este mundo y la colocara en las cosas. Para Aristóteles no hay mundo inteligible; tan solo el mundo en que vivimos existe. Otra diferencia entre Platón y Aristóteles es que, mientras que para Platón la existencia de las Ideas es absolutamente independiente de las cosas de este mundo (el cual puede existir o no), para Aristóteles las formas substanciales existen porque existen las cosas. Para Platón, el caballo existe independientemente de que existan individuos concretos; puede existir su Idea sin que haya existido o no exista ninguno concreto. Para Aristóteles, sin embargo, la esencia del caballo concreto existe mientras que existe algún caballo concreto; si desaparece, la esencia del caballo se pierde también.

Søren Kierkegaard: Subjetividad y Salto de Fe

Kierkegaard ha sido considerado filósofo, teólogo, padre del existencialismo, crítico literario, humorista, psicólogo y poeta. Dos de sus ideas más conocidas son la «subjetividad» y el «salto de fe». El salto de fe es su concepción de cómo un individuo cree en Dios, o cómo una persona actúa en el amor. No es una decisión racional, ya que trasciende la racionalidad en favor de algo más extraordinario: la fe.

Kierkegaard consideraba que tener fe era al mismo tiempo tener dudas. Para tener verdadera fe en Dios, uno también tendría que dudar de su existencia; la duda es la parte racional del pensamiento de la persona, sin ella la fe no tendría una sustancia real. La duda es un elemento esencial de la fe, un fundamento. Creer o tener fe en que Dios existe sin haber dudado nunca de tal existencia no sería una fe que mereciera la pena tener. No requiere fe el creer que un lápiz o una mesa existen, puesto que uno los puede ver y tocar. Creer o tener fe en Dios es saber que no hay un acceso perceptual ni de ningún otro tipo a él, y aún así tener fe.

Kierkegaard también resaltó la importancia del yo, así como la relación entre el yo y el mundo, fundamentado en la reflexión y la introspección del yo. Argumentó en Apostilla conclusiva no científica a las»Migajas filosófica» que»subjetividad es verda» y»verdad es subjetivida». Esto tiene que ver con la distinción entre lo que es objetivamente cierto y la relación subjetiva de un individuo (como la indiferencia o el compromiso) con esa verdad. La gente que en algún sentido cree las mismas cosas, puede tener relaciones bastante distintas con esas creencias. Dos individuos pueden creer que hay mucha gente pobre que necesita ayuda, pero puede que este conocimiento sólo lleve a uno de ellos a ayudar a los pobres.

En cualquier caso, Kierkegaard discute principalmente la subjetividad en relación con los asuntos religiosos. Argumenta que la duda es un elemento de la fe y que es imposible conseguir ninguna certeza objetiva acerca de doctrinas religiosas tales como la existencia de Dios o la vida de Jesucristo. Lo máximo que uno puede esperar sería la conclusión de que es probable que las doctrinas religiosas sean ciertas, pero si una persona creyera estas doctrinas sólo en el grado en que es probable que sean ciertas, él o ella en absoluto sería verdaderamente religioso. La fe consiste en la relación subjetiva de total compromiso con tales doctrinas.

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