La Filosofía de Nietzsche: Voluntad de Poder, Eterno Retorno y Superhombre
La Voluntad de Poder y la Transvaloración de los Valores
La reflexión de Nietzsche conlleva una afirmación vitalista que propone nuevos valores, una nueva forma de vivir donde el ser humano será capaz de reinventar su futuro hacia una mayor intensidad vital. Aquí se sitúa la voluntad de poder, que consiste en el deseo de plenitud vital para vivir de forma auténtica e intensa. Será bueno lo que intensifique la voluntad de poder y malo aquello que impida su desarrollo.
Zaratustra será el profeta de la vida que predica esta transvaloración, con quien pretende desarrollar una filosofía propia y original alejada de teorizaciones metafísicas. Es el nuevo profeta que sustituye a quien pervirtió el mensaje de la vida, el anticristo, el mensajero de la «muerte de Dios». Sustituye a Dionisio por Zaratustra, respondiendo a la necesidad de romper con la filosofía anterior y personalizar en una nueva figura todas sus ideas. Predica el eterno retorno, la transmutación de los valores y el superhombre.
El Eterno Retorno y la Fidelidad al Presente
El eterno retorno es la idea de que los acontecimientos de nuestra vida han de regresar eternamente para volver a vivirlos de forma idéntica. Incluye una clara consecuencia temporal: no existe más que el presente, la única realidad que puede darse y a la única que debemos ser fieles, pues el pasado ya fue y el futuro no existe. Un presente eternamente repetido. Este es el eterno retorno que nos invita a permanecer fieles a nuestro tiempo.
Termina convertido en valor que permitirá la afirmación de la vida como expresión del lugar y tiempos propios de la voluntad de poder, que se libera del lastre del pasado y del temor al futuro. Zaratustra eleva la visión griega de la naturaleza a la categoría de valor moral y destaca la inocencia o carencia de sentido del cambio y el deseo de eternidad del presente (amor fati).
La Voluntad de Poder como Fuerza Creadora
La voluntad de poder es vida en sí misma, tratando de imponerse y extenderse, de realizar todos sus deseos, mostrando su fuerza creadora. Su interpretación escapa de la política y las tesis racistas. Es la voluntad creadora de valores que despliega toda la fuerza del individuo. Recupera la visión circular del tiempo que tenían los griegos, rompiendo con la concepción lineal impuesta por el cristianismo. Los acontecimientos se repiten cíclicamente, ligándola con su propuesta vitalista.
En esta afirmación de la vida aparece de nuevo la crítica y la transmutación de todos los valores: derrumbar los valores que niegan o se oponen a la vida y respaldar con nuestras obras y nuestras palabras la vida, la voluntad de poder, el eterno retorno. Hay que ser inmoralista y crear nuevos valores que estén en sintonía con el eterno retorno, la vida y la voluntad de poder. El creador de valores está más allá del bien y del mal y se personifica en el nuevo concepto de superhombre.
El Superhombre y las Tres Transformaciones
El superhombre es la encarnación de todos los valores, aquel que vive según su voluntad de poder, asumiendo el eterno retorno y la transmutación de los valores anunciados por Zaratustra. Es producto del eterno retorno y recupera la inocencia del hombre primitivo que puede jugar con la vida. Nietzsche presenta al superhombre en sus tres transformaciones:
- El camello: vive abrumado por el peso de la carga que transporta. Representa el espíritu doblegado por los valores impuestos por la religión. Es humilde, sumiso, obediente y vive pendiente de las normas. Su existencia viene marcada por el peso del «tú debes».
- El león: busca la libertad destruyendo los viejos valores. El ser humano se rebela y se emancipa de la religión y los valores tradicionales, sustituyendo el «tú debes» por el «yo quiero». Pero aún no puede crear nuevos valores y para ello necesita de una última transformación.
- El niño: simboliza la inocencia, desconoce el bien y el mal. Cada instante es un juego, un fin en sí mismo. Representa el espíritu que inventa, que busca una nueva manera de vivir libre de cargas y ataduras. Crea nuevos valores basados en el principio de afirmación de la vida.
El superhombre aglutina todos los conceptos. Es un mensaje condensado en un solo modelo de hombre. El superhombre es la aparición natural que sigue a la «muerte de Dios». Es la desaparición absoluta de Dios, que es la negación de la vida. El que sirve a Dios, la vida deja de vivirla. El superhombre es aquel capaz de superar la destrucción de Dios, uno de los temas característicos de la crítica nietzscheana a la civilización occidental.
Crítica de Nietzsche a la Cultura Occidental
Crítica al Conocimiento, la Razón y la Metafísica
Su filosofía es vitalista al insistir claramente en el valor de la vida del individuo. Y para afirmar el valor de la vida, revisa de manera crítica toda la cultura occidental, donde la vida ha sido sometida y menospreciada, poniendo por encima otros valores. Los ámbitos a los que se dirigen sus críticas son el conocimiento de la realidad, la religión y la moral. La razón es la que unifica y dota de significado a lo que se manifiesta a través de los sentidos, utilizando conceptos. La intuición es la base que nos permite acceder a la realidad, formada por individuos particulares y concretos, a través de los sentidos.
Los orígenes del concepto están, pues, unidos al uso de la metáfora en nuestra manera de entender. Conocer consistirá en proponer una imagen poética o imaginativa de la realidad en continuo devenir. No existe ninguna verdad única ni universal. La verdad es un punto de vista sobre una realidad, una perspectiva. La crítica del modo en el que la cultura occidental ha tratado el conocimiento está unida a su concepción de la metafísica. Conocer significa alcanzar la verdadera realidad que se esconde tras las apariencias, despreciando el conocimiento sensible. Estos ámbitos son inaceptables porque implican un rechazo del valor de la vida. De ahí el ataque a la filosofía, religión y moral.
A Platón le reprocha que hay una sola realidad, captada por los sentidos, y consiste en una perpetua movilidad y pluralidad.
Crítica a la Moral y la Religión: La Genealogía de la Moral
La interpretación sobre el origen de los valores morales se encuentra en su obra La genealogía de la moral. Empleará el método genealógico para desenmascarar los motivos ocultos que explican el origen de nuestros valores y de la concepción del mundo. Es el resultado al que llega cuando se pregunta cómo es posible que los valores del desprecio por la vida de la moral cristiana hayan prevalecido en Occidente durante tantos siglos.
Descubre que los conceptos del bien y el mal son muy diferentes a como lo fueron en la Grecia antigua. Homero, en sus poemas, destaca la fuerza, el valor, la belleza, el éxito y el vigor como valores superiores y excelentes, que corresponden a la moral de los señores, y lo malo equivale a lo débil, enfermizo, cobarde o mediocre. La inversión de los valores surge con el cristianismo. Es producto del resentimiento de los débiles, para quienes lo bueno es la humildad, la resignación y la mansedumbre. Quiere hacer frente a la decadente moral cristiana que se ha impuesto en Occidente para que estos conceptos vuelvan a ocupar el lugar que les corresponde. Por ello augura la «muerte de Dios».
El Nihilismo como Consecuencia de la Muerte de Dios
Los valores propios de la cultura occidental han desembocado en el nihilismo, un acontecimiento irreversible y expresión de la esencia de su proceso histórico. Con dos momentos:
- Nihilismo pasivo: de quien se hunde ante la falta de referentes y vive angustiado por la «muerte de Dios» sin llegar a abrazar los valores de la vida.
- Nihilismo activo: como signo del creciente poder del espíritu de la voluntad de poder que emprende un nuevo rumbo vital.
La clave para diferenciar ambos tipos reside en la voluntad de poder. Cuando disminuye, aparece el pasivo, puesto que tal voluntad no es otra cosa que la esencia de la vida. El nihilismo activo, por un lado, es una potencia de destrucción que se origina en el creciente poder del espíritu o voluntad de poder y, por el otro, es condición necesaria para que la voluntad de poder cree nuevos valores. El nihilismo activo, como respuesta a esta crisis y potenciado por una enérgica voluntad de poder, se sobrepone a este nihilismo, destruyendo los falsos valores y sustituyéndolos por los suyos propios. La voluntad de poder crea destruyendo y destruye en su acto de creación.
Este nihilismo conduce a Nietzsche a desarrollar una crítica radical contra los fundamentos de la cultura occidental, contra la filosofía y la moral. La moral y la religión judeocristianas surgen del terror que el hombre siente ante sí mismo. Con la «muerte de Dios» desaparece el sentido de la vida y el fundamento de los valores del Occidente cristiano.